Cuentos en flor
Acompañando el florecer primaveral en el mes de septiembre,
propusimos desde el Programa Bibliotecas para armar recorrer historias
protagonizadas por las flores y el verde predominante de esta época. En el
Centro de Primera Infancia “Pulgarcito” de Barracas, la aventura se llevó a
cabo en las salitas Celeste, Verde y Amarilla con los nenes y nenas de 2 años
de edad. Esta es la crónica de la docente que llevó adelante el ciclo.
Por Natalia Forés Tacca
Aunque algunas veces se pase por alto, es muy
importante en los primeros años de la infancia el vínculo con la cultura y el
arte, particularmente con la literatura y los libros. A través de la lectura se
pueden abrir las puertas a la imaginación, la creatividad y el lenguaje: características
fundamentales al momento de construir el pensamiento y las relaciones sociales.
Suele descreerse de la posibilidad de contar historias
a los bebés cuando aun no saben hablar. Es importante recordar que la
comunicación, aunque no haya verbalización, comienza desde antes de nacer. Los
bebés escuchan las palabras y sonidos que los rodean. A partir de canciones,
cuentos o simplemente los gestos de sus familiares más cercanos, sus maestras y
sus pares, comienza la interacción social. Además, la selección de ciertas
temáticas en la primera infancia, facilita que los niños y niñas puedan
identificarse con esas historias y así incorporar nuevos conceptos.
Es posible en estos casos, combinar con la narración
algunos recursos externos a la literatura en sí. El teatro, las artes visuales
y la música, entre otras, son disciplinas que se asocian a la lectura para
impulsar aún más la experiencia y el relato. En este recorrido nos acompañó un
títere -el perrito Saverio-, que salió del primer cuento que leímos: “Cola de
flor” de Laura Devetach. El ayudante oficial, además de ser muy simpático
(algunos dirán que incluso más que la narradora), ayudó a darle un marco de
constancia a los encuentros. El títere es un elemento que llama poderosamente la
atención de estos grupos y además da confianza gracias en sus recurrentes
apariciones.
Así fuimos conociendo el ciclo de las plantas y las
flores a través de diversas historias, en las que también estuvieron presentes
otras nociones primaverales, como el amor, los colores, el cuidado de la naturaleza,
los animales.
Como todos los libros elegidos vienen acompañados de
increíbles ilustraciones, aprovechamos también para inspirar a los y las
pequeñines y decorar las salitas con producciones artísticas propias, y así
materializar el recuerdo en flor por todas las paredes del Centro de Primera Infancia
“Pulgarcito”.
Una caja llena de
Laura Devetach
Ediciones Colihue, 1995.
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