A cuatro manos


Al pensar en el acto de la escritura, la imagen más común que nos viene a la cabeza es la de una persona sola, en su escritorio más o menos atiborrado de papeles, o frente a la pantalla de la computadora, ensimismado en el acto de escribir. El creador solitario, arrebatado por la inspiración. Pero la literatura no siempre es una experiencia solitaria, o que atañe a un solo individuo. Este mes en Libro de arena repasaremos aquellas grandes parejas creativas que "a cuatro manos" dejaron su huella en la historia de la literatura.



Si pensamos, por ejemplo, en los poemas homéricos, es altamente probable que detrás de la figura que llegó hasta nosotros como Homero, haya más de un poeta escribiendo la historia de la guerra de Troya y el viaje de Odiseo a lo largo de los años.

Atrás del autor anónimo del Poema del Mío Cid, es muy probable que se agrupen las voces de los distintos juglares que narraban las historias de Rodrigo Díaz de Vivar por los caminos de España.

En el siglo XlX, los hermanos Jakob y Wilhelm Grimm, se dedicaron a la recopilación de leyendas folklóricas alemanas. A partir de este material produjeron cuentos dirigidos al público infantil de su época.

A comienzos del mismo siglo se publicó el Frankenstein de Mary Shelley, sobre el cual (por lo menos en la versión de 1818), su marido Percy Shelley intervino bastante. La idea y el texto base son de ella, pero teniendo en cuenta la admiración que sentía por la obra poética de su marido, no es extraño que haya permitido esa intrusión.

Ya situándonos en el siglo pasado, pensemos en Antonio y Manuel Machado que fueron autores de varias obras teatrales en conjunto (quizá la más célebre sea La Lola se va a los puertos), hasta que la Guerra Civil Española lo puso a uno camino del exilio y al otro apoyando al franquismo. Ahí se terminó la relación, tanto personal como literaria.

En Francia, la pareja de Sartre y Simone de Beauvoir no tuvo una producción literaria conjunta, pero ambos fundaron la revista Tiempos Modernos.

En el terreno de la filosofía y la antipsiquiatría, en 1972 Deleuze y Guattari publicaron su ensayo El Antiedipo- Capitalismo y esquizofrenia.

En otro terreno, el de la literatura infantil y juvenil argentina contemporánea, en 2018 Martín Blasco y Andrea Ferrari publicaron la novela Quizás en el tren

Mañana, viernes 8 de marzo se cumplen 20 años de la muerte de Adolfo Bioy Casares.
Una de las zonas de su producción literaria está constituida por aquello que escribió en colaboración con Jorge Luis Borges.

Quizá lo más célebre sean Los cuentos de Bustos Domecq. También publicaron la antología Cuentos breves y extraordinarios, y, aceptando un funcionamiento como trío, incluyeron a Silvina Ocampo en la clásica Antología de la literatura fantástica, publicada por Sudamericana.

A partir de esta experiencia de “literatura colaborativa”, el tópico de Libro de arena del mes de Marzo, registrará distintas experiencias de escritura en las que hayan participado dos personas como mínimo.

Vamos entonces a rastrear textos, en los que se destaque el trabajo de por lo menos dos “socios creativos”, que escribiendo a cuatro manos, hayan puesto en contacto con otros mundos posibles al público lector.

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