Harry Potter: la fórmula del héroe contemporáneo
Hoy cumple 40 años Harry Potter, el niño mago de la famosísima saga de J.K. Rowling. Lo festejamos con esta nota de Camila Castro Chiesino.
Por Camila Castro Chiesino
‘’De adentro del bolsillo interior de su abrigo negro sacó una caja algo aplastada. Harry la abrió con dedos temblorosos. En el interior había una gran torta de chocolate pegajoso, con <<Feliz Cumpleaños, Harry>> escrito en verde. ’’
La cita que encabeza esta nota es la del día en el que Harry cumplía once años. Nunca antes los espantosos tíos con los que vivía se habían preocupado por festejar su cumpleaños. Esa torta, aplastada y un poco desprolija era la primera de su vida, y traía con ella no solo el primer gesto de cariño hacia él, sino también, el primer acercamiento a su verdadera identidad, esa que le había sido negada durante once años.
Hoy Harry cumple cuarenta años y aunque la saga llegó a su fin hace tiempo, este personaje de anteojos sigue hasta el día de hoy gozando de una fama enorme. No es casualidad: Harry Potter es el ejemplo perfecto del héroe contemporáneo.
Voy a detenerme un poco en la definición de héroe. El héroe clásico se caracteriza por realizar hazañas diferentes y superiores a las del resto de las personas; tiene un poder por el que se destaca del resto. Se desenvuelve con destreza en las batallas y supera con habilidad cualquier prueba que se le presente. Generalmente las hazañas que realiza son de tipo físico, como una batalla o salvar la vida de alguien. Un ejemplo claro del héroe clásico es Ulises u Odiseo en su nombre griego.
Harry Potter sin duda cumple con todas esas características: salva a Ginny Weasley de morir en manos de Voldemort en el segundo libro, supera todos los obstáculos que se le presentan a lo largo de la saga, y se gana el título de héroe al derrotar al Señor Oscuro en la batalla de Hogwarts. Entonces: ¿por qué no lo defino como un héroe clásico y se termina la rosca?
Como dije antes, las hazañas del héroe clásico suelen ser de tipo físico; la tiene re clara y casi no hay espacio para los problemas espirituales. A partir del siglo xx la figura del héroe se reformula. No solo realizará hazañas físicas sino también espirituales, que representarán su crecimiento como individuo.
Harry, al contrario de Ulises por ejemplo, no solo pistea como un campeón durante toda la saga hasta derrotar a Voldemort, sino que además recorre un camino de autoconocimiento: descubre su historia, y si bien tiene una cierta facilidad para la magia que lo destaca de sus pares, lejos de creérsela reconoce que para vencer necesita la ayuda de todos sus amigos.
Harry se replantea varias veces las acciones que tiene que tomar y crece espiritualmente durante los siete libros. Quizás la muestra más contundente de ello sea la del capítulo 34 del último libro (Harry Potter y las Reliquias de la Muerte) cuando al darse cuenta que para derrotar al Señor Oscuro debe matar a la parte de Voldemort que vive en él, se entrega sin dudarlo al villano, poniendo la vida y el bienestar de la comunidad por encima de la propia. Es por esto que ubico a Harry en la categoría de héroe contemporáneo, ¿me atrevo a decir que es mejor que Ulises?. Sí, me atrevo, vengan de a uno.
No puedo obviar el momento histórico que nos atraviesa. Me gusta imaginar cómo lo viviría Harry. ¿Festejaría su cumpleaños?, ¿El mundo mágico ya tendría la cura hecha con algunos yuyos?
No hay respuestas para esto, solo ganas de divagar; pero lo que sí puedo decir es que como lectora crecí a la par de esta historia, y en momentos como este, la saga es para mí un gran refugio.
Por último y ya los dejo en paz, a todos los amantes de la saga les recomiendo muchísimo leer el libro de Karina Bonifatti ‘’Las voces de los clásicos en Harry Potter’’. Karina plantea que los clásicos siguen hablándonos y traza un recorrido analógico entre la saga de Rowling y los clásicos de Homero y Virgilio. Se centra en los tres personajes principales de Rowling: Harry, Hermione y Ron y los compara con Pirro, Hermione y Orestes, hijos de los tres héroes de Grecia que invaden Troya. Este libro me abrió un mundo nuevo y me permitió sumergirme en las aguas de los clásicos a los cuales me había resistido por años. Y todo empezó por la saga de Harry que hoy cumple sus primeros cuarenta años.
Maravillosa saga. El mundo de Harry se abrió ante mis hijos - y ante mí mismo, ya adulto - tras el segundo libro; no tengo muy claro, quién o donde escuché por vez primera su nombre. Sí recuerdo claramente que lo pedí en la librería en la cual compro desde hace más de 30 años; me pidió - el librero - que repitiera el nombre del libro, no lo conocía. Poco tiempo después ya estaba hecho el vínculo: Harry entró en nuestras vidas; de mis tres hijos, Flavia, Santiago e Ignacio (10, 11 y 12 años respectivamente, al leer "La piedra filosofal") Cada nuevo libro era una fiesta; lo compraba y el primer capítulo se los leía y luego cada uno lo leía a su tiempo. Hoy, pasados tantos años, con un nieto, Francisco, el vínculo vuelve, ya estamos leyendo "La Orden del Fénix". "Always".
ResponderBorrarQué sorpresa, KB
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