120 años del nacimiento de Robert Desnos

Mañana se cumplen 120 del nacimiento de Robert Desnos. Siendo muy joven se acercó a los dadaístas y posteriormente al surrealismo francés, en el que desarrolló, sobre todo, la escritura automática. Tuvo diferencias con André Breton, y se separó del grupo. Se dedicó también al periodismo. Fue un militante activo de la Resistencia Francesa. La Gestapo lo detuvo en febrero de 1944 y estuvo confinado en distintos campos de concentración. El último fue el guetto de Terezin, donde murió de tifus en 1945, al poco tiempo de la liberación del campo. Lo recordamos con tres de sus poemas.


En el fin del mundo

Algo grita en la calle negra en cuyo final el agua del
Río ruge contra las barrancas.
Esa colilla arrojada desde una ventana cambia en estrella.
Algo grita una vez más en la calle negra.
¡Ah!, ¡vuestras fauces!
Noche pesada, noche irrespirable.
Un grito se acerca a nosotros hasta tocarnos casi, pero
Expira justamente en el momento de alcanzarnos.

En alguna parte del mundo, al pie de un terraplén,
Un desertor parlamenta con centinelas que no
comprenden su manera de hablar.

El cementerio

Aquí estará mi tumba, y sólo aquí, bajo tres árboles.
Recojo sus primeras hojas primaverales
Entre un zócalo de granito y una columna de mármol.
Recojo sus primeras hojas primaverales,
Pero otras hojas nacerán de la feliz podredumbre
De este cuerpo que, si puede, vivirá cien mil años.
Pero otras hojas nacerán de la feliz podredumbre,
Pero otras hojas se ennegrecerán
Bajo la pluma de los que cuentan sus aventuras.
Pero otras hojas se ennegrecerán
Con una tinta más líquida que la sangre y que el agua de las fuentes:
Testamentos incumplidos, palabras que se pierden más allá de los montes.
Con una tinta más líquida que la sangre y que el agua de las fuentes,
¿Podré yo defender mi memoria del olvido
Como una jibia que huye perdiendo la sangre, perdiendo el aliento?
¿Podré yo defender mi memoria del olvido

Es de noche

Te irás cuando quieras
El lecho se ciñe y se afloja con las delicias igual que un corsé
de terciopelo negro
Y el insecto resplandeciente se posa sobra la almohada
Para estallar y entonces reunirse con lo oscuro
El oleaje llega martillando y se calla
Samoa la bella duerme entre algodones
Conejar ¿qué haces con las banderas? las arrastras por el fango
A la buena de Dios y en lo profundo de todo fango
El naufragio se acentúa bajo los párpados
Relato y describo el sueño
Recojo los envases de la noche y los ordeno sobre el estante
El ramaje del pájaro de madera se confunde con la irrupción
de los tapones en forma de mirada
Nada de volver allí nada de morir allí la alegría desborda
Un invitado de más a la mesa redonda en el claro verde esmeralda
del bosque con yelmos resonantes cerca de un
montón de espadas y armaduras abolladas
Nervio a modo de amorosa lámpara apagada al fin del día
Yo duermo

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