Mariela Slosse, Fabiola Prulletti y Cecilia Repetti: “Siempre hemos contado con el apoyo de muchos colegas editores”

En esta segunda parte de la entrevista a las chicas de Bambalí hablamos de las dificultades de llegar desde Mendoza al resto del país, de las alegrías que brinda tener un proyecto como este en la propia provincia, del difícil equilibrio entre lo que quieren hacer como editorial, lo que quiere el lector y lo que Bambalí puede hacer sin perder su esencia. De su enorme trabajo, en suma, de hormiga y de elefante.


Mario Méndez: Hablaron de un catálogo en inglés, pero antes de llegar a la internacionalización, por lo que dicen, fue más difícil nacionalizarse, salir de Mendoza a todo el país. ¿Cómo es la problemática para imprimir? ¿Pueden imprimir en Mendoza?    

Fabiola Prulletti: Qué pregunta… Empezamos. Porque en realidad lo que queríamos era que nuestro proyecto fuera bien mendocino, en principio. Los primeros libros salieron bien, lo que nosotros considerábamos que estaba bien o muy bien. Acá en Mendoza no hay muchas imprentas que puedan hacer específicamente libros; hacen de todo un poquito. Y nuestra primera experiencia fuerte fue en la Feria del Libro de de 2019 o 2018. En las ferias vienen de distintas imprentas, a ofrecerte trabajos. Y nos agarraron los libros y empezaron a mirarlos y a comentar qué cosas les parecía que no estaban bien. De la impresión, de la encuadernación… Y claro, nos pasamos el resto de la feria revisando lomos de libros, y en cómo estaban encuadernados, y nos dimos cuenta de que estaba bueno imprimir acá, en Mendoza, porque podíamos hacer el control de calidad e ir todas las veces que quisiéramos, pero no lográbamos la calidad que necesitábamos para competir en Buenos Aires, al mismo nivel que otras editoriales. Así que hasta ahí llegamos con la imprenta de acá, de Mendoza… 

Mariela Slosse: Igual, siempre que podemos, algún proyectito de acá del interior, o si sale una venta de acá, de la Dirección General de Escuelas de Mendoza, mandamos algún trabajo a la imprenta. Porque realmente, cuando arrancamos, fueron de las personas que nos apoyaron y nos dijeron que nos hacían la cantidad que quisiéramos, y que pagáramos como pudiéramos. Realmente nos aguantaron porque también apuntaban al proyecto. Entonces por ahí, cuando surge alguna cuestión tratamos de no olvidar a los que nos fueron apoyando en este camino y nos ayudaron a crecer. Entonces, cada tanto les damos algún trabajo chico. Pero es como dice Fabiola, y ellos mismos lo reconocen, que no tienen las máquinas para producir a gran escala.  

MM: Dice Fabián Sevilla en el chat: “La imprenta de Dios también atiende en Buenos Aires. Con los costos de transporte (me imagino que suman, desde Buenos Aires a Mendoza, si imprimen acá), más algunas otras cuestiones, ¿cuál es la política de precio de venta al público que tienen ustedes? 

MS: Lo que hacemos con los costos es, directamente, como ya trabajamos con distribuidoras, es que salen de la imprenta y van a las distribuidoras en Buenos Aires. No traemos la mayor cantidad a Mendoza. Igual tratamos de tener un precio de mercado promedio, no ser ni de los más caros ni de los más baratos. Buscamos siempre llegar a un precio competitivo para que los libros se vendan. Y principalmente, para que se vendan en las escuelas. Sabemos que hay precios a los que los chicos no pueden acceder, entonces buscamos tener un precio competitivo. A veces ganamos menos, porque es así, realmente, pero bueno, es la forma de posicionarse y competir contra las editoriales que ya están. Si no tenés buenos precios, hay colegios a los que no entrás. Es difícil, pero se puede buscar un equilibrio para que se vendan libros.  

MM: Siempre un precio intermedio. Lo que pasa es que si es demasiado barato tampoco se puede competir después. Y el otro problema que solemos tener, me imagino que ustedes también, ¿cómo es la distribución?  

MS: Nos reímos porque fue tremendo. Al principio pensamos en distribuir nosotras, hacer todo lo que se pudiera para ahorrar en costos. Pero llegó un momento en el que, obviamente, el proyecto creció y tuvimos que negociar con las distribuidoras grandes, para que realmente los libros salieran de Mendoza. 

MM: ¿Y las cadenas se abrieron con facilidad o costó mucho llegar a estar en las librerías más conocidas?  

FP: Yo creo que tuvimos un poco de suerte. En esa Feria de 2019 estuvimos al lado del stand de Salim, y ahí empezamos a hablar para que nos distribuyeran. Nos decían que no, que nuestro catálogo era muy chico, que no nos iba a servir, que no íbamos a poder… Después de tanto, desistimos, y fue en 2021, cuando sacamos otros títulos, que nos llamaron ellos para distribuir nuestros libros. Casi en paralelo empezamos a trabajar con Calibroscopio, que tiene muy buena llegada, trabaja muy bien, y nos ha permitido llegar a muchas librerías, que de otra manera hubiera sido imposible. Porque como dice Mariela, por más que le pusimos todo el esfuerzo y toda la onda no podíamos editar, armar cajas, llevar a distintos colegios, visitar a las maestras, era demasiado. Nos hizo muy bien esto de que nos recibieran en las distribuidoras y empezar a trabajar con ellas. Llegamos a librerías del país que ni siquiera conocíamos. También tuvimos malas experiencias, al principio, por confiar… Esa parte también hay que editarla Mario… 

MM: No, se aprende.  

Cecilia Repetti: Siempre digo que uno está hecho de muchos fracasos y algunos éxitos. Pero los fracasos son pura experiencia. Entonces se revierten en un éxito futuro. El camino está hecho de baches y de aprendizajes. Duros a veces, pero aprendizajes al fin.  

MS: Fabiola nombra esa Feria, porque nos acordamos de que participamos en las Jornadas Profesionales, tuvimos muchísimas reuniones ahí, en las que dimos a conocer el catálogo, pero también nos fuimos posicionando. Las demás editoriales nos conocen, y tuvimos la suerte de contar con profesionales compañeros, de otras editoriales, que siempre nos han estado dando apoyo y consejo. Íbamos por distintas editoriales, nos presentaban, y se sentaban con nosotros a contarnos, a decirnos qué teníamos que hacer. También Ceci. Todos nos han dado consejo, nos han dicho para dónde tenemos que ir. Siempre hemos contado con eso, con apoyo de muchos editores colegas… 

FP: Nuestro padrino, Fabián, también nos ha presentado a un montón… 

MS: Sí, autores, un montón de editores… En la Feria siempre nos ha pasado de poder sentarnos a charlar con gente con más experiencia, de editoriales grandes, que ya tienen treinta años. Y que nos estén dando consejo y orientándonos. Nosotras absorbemos todo y le damos para adelante. Así que siempre estamos más que agradecidas, porque hemos contado con colegas que sin ningún egoísmo nos han sabido orientar, y guiar.  

CR: Siempre les digo a las chicas que, desde el punto de vista del negocio, de entrada hubo un buen posicionamiento de marca. Eso es importante. A veces hay que trabajar mucho la marca para que entre, y en este caso, por la forma en la que han trabajado, por la llegada, por los premios de ALIJA, por tener un Recomendado en Fundación Cuatrogatos. Cuando yo digo que estoy en Bambalí no tengo que explicar qué es. Eso está bueno.  

MS: Y realmente, Ceci, el trabajo que hace ALIJA no sé si dimensiona lo que significa para las editoriales del interior. El trabajo que hacen y el apoyo que nos dan, porque un premio o un reconocimiento de ALIJA para nosotras es tocar el cielo. No es solo por el premio, sino porque sentís que tenés que seguir, a pesar de que a veces la estás remando en dulce de leche, es un impulso buenísimo que te da ganas de seguir adelante.  

CR: Este fue el Destacado de ALIJA de este año (muestra Cola de Flor), que surgió también en pandemia. Tengo una linda relación con las Lauras (Roldán y Devetach). Charlando con Laura Roldán de lo que se venía, le cuento que estaba con las chicas de Bambalí, por si le interesaba. Veníamos de estar todos apaleados por el tema de SM, y me dijo que iba a buscar a ver qué tenía. Y me manda un mail con Cuento con piojo y picaflor, del padre, Gustavo Roldán, un original que nunca había sido publicado. Se conocía porque estaba grabado en Paka Paka. Y después me dijo que le parecía que tenía un original de la mamá que nunca había sido publicado acá. Y nos manda Cola de flor, que es un libro que se publicó en Cuba, hace mucho tiempo, y estuvo también hace mucho tiempo en una antología de Susana Itzcovich. No es muy conocido. Un original precioso, que para mí tenía que ir a Bambalí. Si lo hubiera conocido cuando estaba en SM lo hubiera publicado en ese mismo momento. Acá tenemos a Deborah Telias, una de las coordinadoras del jurado, y a Sebastián Vargas, que no pueden contar nada porque es todo súper secreto, pero les dieron el premio por Rescate Editorial, que es una categoría que a los de ALIJA nos gusta mucho. 


Sebastián Vargas: Lo que sí podemos decir es que había mucha competencia.  

Deborah Telias: Agrego algo que no tiene que ver con esto. Ese libro circula en las escuelas. Yo doy clase en profesorados y ese cuento ya circulaba. Entonces, la verdad es que verlo editado para mí fue una maravilla. Porque ya circulaba.  

MM: Así que el sentido del rescate está muy logrado. Tengo varias preguntas en el chat y después sigo yo. Antes de las preguntas, Fabián, en plan elogioso, las trata de descaradas y testarudas. (Risas). Ana pregunta si van a continuar con el rescate editorial de otros textos, Debie si van a estar en la Feria de editores, y Ana, otra vez, pregunta qué significa Bambalí.  

FP: Vamos a seguir buscando materia para el rescate editorial. En la búsqueda y en el crecimiento de nuestro catálogo, si hacemos otro rescate editorial tan bueno como el de Laura, lo vamos a publicar. 

CR: Un rescate editorial no es fácil para un editor. Da una alegría enorme encontrar ese libro que hace tiempo que no se edita (a mí me había pasado con los tres libros de Graciela Montes que había en SM, y es como un hallazgo). No es como una búsqueda, es un hallazgo que te aparece en el camino y tenés la oportunidad. En este caso de Roldán y Devetach, las mismas Lauras no recordaban que no se habían publicado, con tantas cosas que tienen. El rescate se lo debemos a Laura Roldán, que no pudo estar ese día en la entrega.  

MM: La otra pregunta es si van a estar en la Feria de editores que se hace en agosto.  

CR: No por ahora. Nos quedamos un poquitito cortas. Veremos, si está la posibilidad de estar en algún stand, por lo menos mostrando nuestros libros, se hará. Sobre todo porque la FED se ha convertido en una señora feria.  

MM: Gigante, sí. Ana preguntó cuál es el significado de Bambalí.  

MS: Fue un juego de palabras. Como veníamos de hacer talleres juntas, y ahí nos conocimos jugando con las palabras, cuando empezamos a pensar en esto de la editorial (si mal no recuerdo volvíamos de una Feria del Libro a la que habíamos ido como autoras) sacamos cuadernos y empezamos a escribir en el avión. Y empezamos a jugar con palabras, para pensar en cómo se llamaría nuestra editorial. Y fue una mezcla de bambú” y “jabalí”, creo. El primer logo era un monstruito. Tenía un cuento que le escribió Fabián Sevilla, sobre un bambalí, que era un monstruito que contagiaba la lectura.  

CR: Este monstruito… (lo muestra) 

MM: ¿El dibujo es de Fabiola? 

MS: Sí, el diseño es de Fabiola. Fabiola diseñó la marca de Bambalí; ella se ocupa de todos los diseños, creó la marca, el logo… 

MM: Sorprendente. Yo pensé que iba por el lado de las bambalinas.  

MS: No, no. Después nos empezamos a llamar “bambalinas”, pero venía más de Bambalí que de otra cosa.  

Laura Gutman: Yo quería hacer una pregunta. Yo veo en el catálogo y en los libros que van presentando, y en general lo veo en las librerías, cuando miro la LIJ; en esta editorial, y en algunas otras, cada libro es una pieza. Es un objeto con una estética propia. Uno podría decir que se piensa como algo atractivo. Como algo que llama desde el estante. A ser tocado, a ser mirado, a tenerlo… Cosa que, contrastando con editoriales más tradicionales, se manejan con un formato de tapa, un formato de letra, donde cambia el título cambia la imagen, pero es muy identitaria de la editorial, me refiero también a editoriales más antiguas, como Losada, que estaban muy presentes en las escuelas. Este cambio que se produce ahora en las librerías, donde el libro es una pieza única, un objeto atractivo, en el que no es solo la lectura sino también el objeto en sí. Todo su diseño, su color, las letras, las tipografías, el lugar que ocupan los dibujos, ¿esto va dirigido al mercado, va dirigido al lector, a ambos, es una impronta de diseño propia, es una forma de trabajar así el libro como un objeto más allá de la letra como un objeto estético? 

MS: Es todo.  

FP: Sí, pensamos así los libros: en resaltar la estética y en que sea nuestro elemento diferenciador. Que no solamente le llame la atención al mediador, o al papá cuando va a comprar el libro a la librería, sino que cuando el niño lo reciba también lo disfrute. Y se encuentre, y se divierta, y vea las ilustraciones. Tratamos que las ilustraciones no queden separadas del texto, sino integrarlas, fusionarlas, para que se lea junto. Para que comuniquen de otra manera. Está bueno que lo hayas notado. Que no son iguales a los otros.  

MS: Tener en cuenta todo: qué quiere el lector, qué quiere el mercado, qué podemos hacer… No hay que olvidarse de que el libro es un producto de una empresa que tiene que venderlo, entonces hay que buscar el punto de equilibrio entre lo que queremos hacer, lo que quiere el lector y lo que podemos hacer sin perder la esencia. La verdad es que hay que buscar el equilibrio entre todo eso. Un producto vendible, que le guste al lector, que lo podamos hacer, que lo podamos promocionar… 



CR: Además de eso, los libros de literatura infantil y juvenil permiten esto de “salir a jugar”. La presencia de ilustraciones, de tipografía juguetona… Después hay una mirada más desde el negocio (creo que cito a la Bauhaus): “Lo bello, vende”. Un buen contenido que sea bello. En mi caso, tuve la suerte de rodearme de buenos diseñadores que me hicieran propuestas interesantes, por ejemplo, a la hora de pensar una colección. Y acá tengo otra suerte: que está Fabiola, que es totalmente puntillosa, y siempre tiene algo para ofrecer. No nos quedamos calladas, ni Mariela ni yo, porque también tenemos nuestros puntos de vista. El libro es un bello objeto, y si puede tener valor agregado desde lo audiovisual, por qué no. Si puede tener una buena tapa, el papel también. Cuando recibimos un libro, los editores nos entusiasmamos, lo olemos, lo tocamos, lo damos vuelta y demás.  

FP: Los chicos también se dan cuenta de eso. Cuando vamos a los colegios y les leemos los libros, les hacemos tocar el papel, que se fijen si es más finito o más grueso, o cuando hemos trabajado con papel ahuesado, les contamos por qué elegimos ese papel para ese libro. Que es una lectura más extensa, o que requiere más concentración, y por eso elegimos ese papel. Siempre vamos dando esos elementos extras que de alguna u otra manera comunican. Que vean que en un libro pusimos otra tapa, les explicamos qué son las montañitas de los cuadernillos…, es decir, los pliegos. Van descubriendo y disfrutando el libro de otra manera.  

CR: A Fabián lo hicimos escribir veinte veces esta cuartilla. Los libros tienen solapa, entonces se nos ocurrió poner un textito en la solapa. Acá como ven es un poema. Es el primer libro de poemas de Fabián, ilustrado por la señora Fabiola Prulletti. Es divino: “¿Has visto una jirafa/ viajar de orilla a orilla?/ Si unís las dos solapas/ verás qué maravilla”: A los chicos prácticamente no hay que decirles mucho. La mayoría se da cuenta. Cuando lo presentamos en la Feria, los pequeñitos se dieron cuenta enseguida de que había que unir las dos solapas, y encontrar de qué forma iba de un lado al otro el cuello de la jirafa.  

MM: Está bueno eso, me encantó la cuartilla. Acá tengo más cosas que ocurren por los márgenes.  Dice Airamfleur, que en Mar del Plata se hace la Feria de Invierno los días 17 y 18 de junio, y les pregunta si estará Bambalí.  

MS: A través de alguna distribuidora o librería seguro que sí. Nosotras vamos en la medida que podemos, pero, por ejemplo, ahora, este mes, estamos con todo el proyecto de Hacedores de Libros, con visitas a los colegios, talleres… En junio no nos queda un minuto libre. Estamos metidas en todos los colegios. Es tan lindo trabajar con los chicos que no podemos dejarlo, así que estamos a full.  

MM: Dice Seba que Cola de Flor ganó el destacado entre muchos libros excelentes. María Rosa, compañera de Laboratorio hace mucho, escritora e ilustradora, dice: “Se suele decir que ahora la presentación de ilustraciones ya no es en material en bruto sino digital. Ya que hay una editora especializada, ¿es así? ¿No se manda la acuarela original, por ejemplo, sino un archivo digital?” 

FP: Es así. Se manda el digital. Muchos ilustradores los retocan en la compu antes de mandarlos. Realzan los colores o borran algún elemento que no les gustó como estaba.  

CR: Yo soy de las viejas editoras que recibían los originales de las ilustraciones en físico. Entonces, lo primero que hacía era preguntar si podía tocar la textura, el óleo, olerlo, o ese tipo de cosas. Además cuando empecé a trabajar entré en el Departamento de Arte, en Aique, fui subjefa del área y todo. Conocí primero a ilustradores, antes que a escritores, como María Delia Lozupone, Itsvansch… Con él era una fiesta porque traía sus cajas que eran más lindas que los originales. Me ponía a contar cuántas capas tenían, porque trabaja collage. ¿A ver cuántas capas le pusiste al sol? Cada uno de los originales tenían ocho o nueve capas. De hecho, tengo algún original de Itsvansch dando vueltas por ahí. No sé si él sabe. Eran otras épocas, la verdad. Después, venía todo el proceso. Me acuerdo de que había que escanear, retocar, era todo otro tema. No me voy a olvidar nunca de que en un momento, por ejemplo, recibimos los originales de Bambá, un libro que escribió Margarita Mainé, que ilustró Nora Hilb. Y Nora había dibujado con acuarelas flúo. Cuando se escaneaba se opacaban los colores; la retocadora de imágenes estuvo sufriendo. No dormía pensando en qué podíamos hacer para destacar ese brillo de las tintas que era imposible. Ahora, la posibilidad de que ese control lo tenga el ilustrador, es fantástico. Aunque se pierda esta posibilidad de revivir el original, olerlo, tocarlo y demás. Puede controlar las sombras, los colores… Hay miles de cosas. Puede saber que lo que envía es el final. Y no que en el medio el editor tocó un montón de cosas y por ahí no le gusta.  

MM: ¿Piensan en un ilustrador de acuerdo al tema del libro o lo hace el escritor? ¿Cómo es la elección? ¿Interactúan entre ellos?  

FP: Elegimos el ilustrador en base a las características del texto y pensando siempre en el lector, teniendo en cuenta la edad, qué tipos de ilustraciones les pueden gustar y tratando siempre de hacer una mezcla, de ser el sommellier perfecto entre el texto y el ilustrador. Buscando esa mezcla exacta, que se potencien entre los dos. Que la ilustración potencie el texto y el texto la ilustración. El maridaje.  

MM: Te salió lo mendocino. El sommellier, el maridaje… (Risas).  

CR: Claro. Yo decía “encontrarle el novio”.

Fabián Sevilla: Que un ilustrador maneje tecnología digital es muy positivo, a la hora de crear un libro objeto para las infancias y las adolescencias. Porque por ejemplo, en el caso de ¿Has visto un mamut andar en bicicleta? que lo ilustró Fabiola, o los libros que ilustra Ernesto Guerrero, cuando a mí me llega el PDF y veo la ilustración, lo que hago es sacar del texto todo eso que la ilustración ya está narrando, de modo tal que mi escrito quede completado con la ilustración, y no haya una redundancia. Poder pedirle a un ilustrador que retoque, hace que surja un discurso integrado y no que esté el cuento o el capítulo, y el dibujo ahí. Que funcionen como un solo discurso; que haya tres discursos en un libro. Eso es muy rico para los chicos, porque precisamente, permite que el escritor no vea su obra como terminada, sino que la vea como abierta, que si el autor hizo un sapo azul, yo no voy a poner que el sapo era azul, sino que voy a hablar del sapo. Que el chico descubra que es azul sin que yo se lo tenga que decir. La tecnología viene a enriquecer el laburo de estos libros que son tan pensados, para que los chicos aprendan a leer, no solo decodificando un código escrito, sino también lean imágenes, esto es, leer el libro como algo integral, no como lo que está escrito por un lado y por otro lo que está ilustrado. Eso es lo que para mí es buena literatura para un chico. O un adolescente.  

MM: Magalí, vice presidenta de ALIJA dice: “Maravilloso ese libro objeto”. Supongo que se está refiriendo al de la jirafa. Sandra pregunta en qué librerías podemos encontrar los libros en Buenos Aires, y Ana le contesta que acá la distribución de Bambalí la hace Calibroscopio. O sea que lo encargás en cualquier librería. Pero además de eso, supongo que debe haber algunas librerías especializadas.  

MS: En las librerías de SBS están, seguro, todos los libros. Son tantas que no recuerdo bien los nombres, pero es así, Ahora, con las distribuidoras, en cualquier librería, si no está, o está agotado lo piden ellos mismos a las distribuidoras, porque hay libros en Buenos Aires. Hay stock, hay en todos lados, así que no debería faltar en ninguna librería.  

MM: Bueno, ahora, antes de hacerles otras preguntas les voy a dar “hora libre”, como decían en las escuelas. Muestren ustedes, a su gusto, sus colecciones. Preséntennos con los libros en la mano o compartiendo pantalla, como prefieran, la colección de Bambalí.  

MS: Bueno, es el catálogo que había presentado recién Ceci. Si vos lo querés volver a compartir… 

MM: Sí, porque fue súper rápido.  

FP: Igual, para el que le interese dejé el link en el chat de comentarios, porque está publicado en Issuu. Ahí está el catálogo y hay distintas páginas para cada uno de los libros, con las edades para las cuales fueron pensados, los escritores, los ilustradores que trabajaron en cada PDF.  

MM: Ahí tenemos el catálogo. Yo les dije que era una hermosa pieza, y lo es, ese dibujo es bellísimo. Hoy lo pasaste rápido, Ceci. Ahora andá contando.  

CR: Claro. Lo pasé simplemente porque estábamos hablando de eso.  

MM: Contanos. Por ejemplo, acá tenemos tres libros premiados. Dos de “Los favoritos de los lectores”, uno recomendado por la Fundación Cuatrogatos. Cuéntennos, alguna de las tres.  

MS: Bueno, “Los Favoritos de los lectores”, fue en 2019. Nos encantó este premio, porque saber que los chicos habían sido el jurado, es algo maravilloso. Porque darse cuenta de que ellos lo eligieron, ellos lo votaron, ellos lo hicieron ganar… Casualmente son nuestros dos libros a los que les decimos caballitos de batalla. Porque Juegos macabros y Mi querida planta carnívora van a entrar ahora en la tercera reimpresión. Son libros que se agotan, que se cansan de leer los chicos. Y que los vuelven a pedir, así que estamos más que contentas. Y Efecto mutante quedó Recomendado en Fundación Cuatrogatos, entre los cien libros de los que todos los años hacen ese catálogo tan lindo.  

CR: Cuando entregaron “Los favoritos de los lectores” de ALIJA, viajaron especialmente a Buenos Aires a recibir el premio porque estaban realmente muy contentas. Este año pasó lo mismo: vinieron durante una semana, para las Jornadas de profesionales, que fue cuando en ALIJA, lanzamos los destacados de ALIJA. A la semana siguiente hacíamos la ceremonia pero ellas no pudieron cambiar el pasaje. Así que se fueron un domingo y el miércoles volvieron para la premiación. No estaban preparadas para el éxito. (Risas).  

MS: No sabés lo importante que es acá en el interior contar que tenés un premio de ALIJA. En muchos colegios es tener que explicar qué es ALIJA, porque las docentes nos preguntan. Y se asombran de que hayamos ganado. Acá eso es muy grande. En Buenos Aires están más acostumbrados. Pero acá lo decís y es increíble. Los tres libros ilustrados por tres ilustradores de acá, de Mendoza, que nunca habían publicado. Ernesto Guerrero, que ya está siendo publicado en todos lados, Fernando Carmona y Nicolás Viñolo. Los tres con sus estéticas particulares, así que nosotras, más que felices con eso de unir autores con gente que no había publicado y que sabíamos que eran excelentes en su trabajo.  

CR: Bueno, la colección Luna de cartulina, que va cambiando de color, según las edades, que son, como siempre, aproximadas (como pasa con las colecciones de muchas otras editoriales). Son recomendaciones para el mediador, para el librero o el docente. Para que sepa por dónde ir, simplemente eso. Acá mostramos Lo que ves no es, de Chanti, que es un libro que encanta y con el que hay que jugar. Hay una adivinanza… 

MS: Hay que mirar al trasluz y encontrar la respuesta al poema. Los chicos descubren la respuesta a la adivinanza. Es para primeros lectores. La verdad es que es un libro que gusta mucho, se agota siempre.

CR: Ahí está Cola de flor y los otros libros ilustrados. Un mar para Emilia, que fue el primer ilustrado que sacamos.  

MM: Cola de flor, es una pregunta obvia pero quiero que lo cuenten, ¿qsignificó para ustedes firmar contrato con Laura Devetach? 

MS: Ah Yo parecía de esas fanáticas… porque me crié leyendo los libros y los cuentos de Gustavo Roldán y de Laura Devetach. Entonces no podía creer que estaba hablando con ella. Tengo cuentos escritos por mí cuando tenía nueve o diez años, en los que les copiaba cosas a los cuentos de Gustavo; escribía sobre el sapo, el mono… Y era lo mismo que había escrito él, pero le cambiaba la historia, y los tengo ahí guardados. Porque quería ser escritora, pero todavía no sabía cómo, entonces copiaba. 

CR: Vos le mostraste a Laura los libros que tenés guardados. Después, cuando vino a Buenos Aires, Laura le trajo otros, especialmente para ella. Algunas eran de la editorial anterior.  

MS: Parecía una fanática. No lo podía creer. Tener esto en el catálogo, realmente, es algo que todavía no lo podemos creer.  

MM: Felicitaciones. No solo por el premio, sino porque ya es un premio publicar a Laura.  

CR: ¿Podemos leer la primera página? “Un día de invierno le brotó a Saverio una margarita en la punta de la cola. Era lindísimo sentirse un perro que vez de terminar en perro terminaba en flor. Grupi, grupi, grupi –ladró Saverio con los ojos redondos. ¡Y ahora qué hago? Pero no tuvo mucho tiempo para pensar. Tía Sidonia lo paró sobre una carpeta con flecos, en el aparador. Justo hoy vienen mis amigas a tomar el té, y no conseguí flores para adornar la casa. Saverio, trabajarás de florero esta tarde.” Y así le pasan un montón de cosas al pobre Saverio, hasta que conoce a Laurita, otro personaje. Es un cuento que Laura madre les contaba a sus hijos, por eso, Laurita, el personaje que aparece al final, es Laura Roldán. Aparece la tía Sidonia que es la misma Laura Devetach, un personaje que aparece en tantos otros libros.  

MM: Acá dice Fabián que no hay que olvidar que Franco Vaccarini y Olga Drennen fueron los primeros consagrados en apostar a Bambalí, luego de los tres primeros libros. 

MS: No, para nada. Lo que pasa es que ya vamos a hablar ni bien aparezcan sus libros allí, pero cada uno de los escritores que hemos seleccionado es increíble que estén en nuestro catálogo. Cuando nos reunimos con Franco Vaccarini tampoco lo podíamos creer. Con todos ha sido así. Y empezar a recibir propuestas, porque también empiezan a llegarnos mails de un montón de escritores que quieren publicar con nosotros… Festejamos todos y cada uno. Publicaríamos todo, obviamente.  

MM: Ahí están esos dos, grandes y consagrados. Liliana Bodoc y Sandra Siemens.  

MS: Olimpia cuenta Juanes, de Sandra es un cuento precioso, que queremos muchísimo… Como todos. Que nadie se sienta ofendido, porque adoramos cada uno de nuestros libros.

MM: Ahí tienen a O'Kif, nada menos, además de Gustavo Roldán. Miren qué hermosura de tapa de Cuento con piojo y picaflor. Uno de nuestros “ilustradores más ilustres”.

CR: Ahí tenemos el de Fabián, ¿Has visto un mamut andar en bicicleta? Ilustrado por Fabiola Prulletti.  

MS: Acá tenemos libros… porque cuando arrancamos también sacamos una convocatoria, en la que el premio era publicar a los autores. Y estos son dos de los libros que salieron de esta convocatoria. Un no sé qué, de Enrique Socas, un muy buen escritor, como todos, ilustrado por Mariano Martín, Y Manojo de palabras, de Juan Manuel Montes, ilustrado por Ximena García. 

MM: ¿Enrique Socas es de Mendoza?  

MS: Enrique Socas es un profesor que trabaja en Las Catitas, en una escuela rural, en Mendoza, que escribe muy bien.  

MM: Cartas para una ballena de Marisa Pérez Alonso.

MS: Ilustrado por Eugenia Susel. Las dos son mendocinas… 

FP: Eugenia es conocida acá en Mendoza, porque durante mucho tiempo hizo columnas en el diario Los Andes, que es uno de los más importantes y más antiguos.  

MM: Ahí trabajaban Fabián… 

CR: Fabiola también, eran compañeros del diario.  

MM: Bien. Angurrias, de Fabián… 

CR: Con Ernesto Guerrero.  

MM: La sonrisa del elefante. Este lo leí, me gustó mucho. Y ahí están para los más grandes, Juegos macabros, El ojo de Balor, de Olga… qué grande Olga… 

MS: De Olga Drennen, ilustrado por Matías Davirón, que también es un ilustrador de acá. El libro de Olga también gusta muchísimo. Con la estética que le hizo Matías, es un libro que queremos mucho. Para los más grandes. Una aventura con viaje en el tiempo.  

CR: Un poquito de mitología irlandesa…  

MM: Este voy a presentarlo yo. Ema bajo un árbol es un juvenil de Fabián Sevilla que me gustó mucho. Lo charlamos bastante en la entrevista que le hice cerca de fin del año pasado. Una novela juvenil con un tono que no es el habitual en la literatura de Fabián, muy conmovedor. Muy dura la historia. Una hermosa novela juvenil de Fabián, basada en un hecho real.  

DP: Ahí lo que hicimos fue un juego. No sé si Fabi lo quiere contar, sino lo hago yo. Está el relato de la protagonista y después el de los chicos. Fuimos haciendo todo un relato con imágenes. Cuando aparece el relato de los chicos, cambia la tipografía, y están enmarcados por las espinas del palo borracho, y cuando habla la protagonista se advierte otro nivel del lenguaje, otro nivel socioeconómico, en realidad, hay otro tratamiento gráfico. Y este libro está bueno, más allá de que la historia es sumamente interesante, lo hemos trabajado en los séptimos y en los primeros años, y jugamos mucho con las metáforas visuales. El año pasado, en uno de los pueblos quisimos sacarles fotografías a los chicos, para que comunicaran. La verdad es que el resultado de las imágenes que lograron fue buenísimo. Porque trabajaban con el celular.  Les decíamos que tenían que contar sin contar, sin hacer un paralelismo. Que buscaran la vuelta a ver qué otras cosas podían contar con su celular. Y la verdad es que el resultado quedó bueno.  

FS: Ese libro es un ejemplo de que la literatura para las adolescencias y las infancias permite la experimentación. Porque como dice Fabiola, se discutió mucho cuál iba a ser la estética, y este libro, en vez de tener ilustraciones, tiene un trabajo con fotografías. Fabiola maneja muy bien la técnica del collage, sabe darles tratamiento a las fotografías, y se hizo con fotos. Creemos que enriqueció un libro pensado para las adolescencias. Me parece que fue un acierto y que el laburo de Fabiola fue buenísimo. En ese sentido también es una fichita experimental.  

CR: Por último, Efecto mutante, de Franco, con esa prosa contundente, en una temática inquietante, podríamos decir, de ciencia ficción, con la presencia de los pájaros y demás que a Franco le encanta. Ahí Fabiola muestra una página interior, no es totalmente una novela gráfica, pero tiene partes donde hay historieta.  



FP: Al ilustrador, Nicolás Viñolo, lo que más le gusta es el cómic. Entonces a nosotros nos pareció que estaba muy bueno el manejo que tenía para trabajarlo en este libro. Como es para lectores desde doce años en adelante nos pareció que era propicio trabajar incorporar su estilo 

CR: Bueno, y acá termina el catálogo.  

MM: Bueno. Hermoso catálogo. Ha sido un gran placer dar a conocer un poco más a Bambalí, con nuestras chicas del Laboratorio y la gente que se sumó. De ALIJA, de la carrera de Edición, amigas de ustedes, seguidoras de Ceci, escritores amigos… de todo. Acá Ana dice que conoció a Bambalí buscando el libro de Liliana Bodoc, no es un detalle menor. No sé si quieren decir algo más antes de despedirnos. Debbie dice que está segura de que con su empuje este es recién el comienzo.  

CR: Yo, Mario, agradecer.  

MM: No les pregunté en qué año empezaron exactamente.  

MS: En 2015. En ese momento empezamos a empezar el proyecto y la editorial arrancó en octubre de 2016, cuando salieron los dos primeros libros. Entraron a imprenta y ahí arrancamos con todo.  

FP: La sonrisa del elefante y Juegos macabros 

MM: Ahí dice Airamfleur:Gracias por compartir esta charla de lujo”. Las chicas la hicieron de lujo. 

CR: Gracias, Mario por invitarnos a la primera entrevista de editores. No es menor, eh… 

MM: Las que abrieron. Me pareció, entre otras razones, que era bueno que fueran de Mendoza. No trabajar solamente con Buenos Aires. El lunes que viene vamos a tener a una maestra total del mundo de la LIJ que es Adela Basch. Y después seguiremos armando encuentros. Chicas, Fabiola, Mariela, Ceci, muchísimas gracias. También a los que vinieron hoy y llenaron la pantalla. Gracias por haber venido.  

Mariela y Fabiola: Gracias a ustedes.  

 

Comentarios

  1. Son muy divertidos los kibros, siempre pensado para la edad indicada.

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