La imagen toma la palabra

Cuando empezamos a pensar sobre el mes dedicado al libro álbum, teníamos algunas cosas claras y otras no tanto. Sabíamos que nos encantan las historias con pocas palabras y que admiramos a los autores/ilustradores que nos cuentan a través de las imágenes. Que la experiencia de leer un libro álbum es muy diferente a la de leer un libro de texto o uno en el que las ilustraciones son complementarias y no protagonistas.



Sin embargo, al preguntarnos por las diferencias entre un libro álbum y un libro de historietas, nos quedábamos sin una respuesta clara, transitando en un territorio nebuloso.

El expreso polar de Chris van allsburg.
“En el caso del libro álbum, las ilustraciones son un circuito cerrado: comienzan y terminan en la misma página, aunque sean parte de un relato. En una historieta, en cambio, es primordial transmitir la historia sin pérdida de tiempo. Se respeta mucho la fluidez y la secuencia: cada cuadrito depende del anterior y deja lugar para la acción que vendrá”.

Daniela Kantor es ilustradora, autora y docente en la cátedra Daniel Roldán de Ilustración, en FADU/UBA y enseguida hecha luz sobre nuestras dudas. “En ese sentido, son distintos lenguajes, aunque tienen objetivos parecidos. En la historieta es posible leer en voz alta y ver la ilustración; en el libro álbum, la experiencia es cara a cara, mente a mente”.

Están los que sostienen que el libro álbum está dirigido a un público infantil más que al adulto. Pero esa mirada no contempla a los que somos adultos y necesitamos descansar, de tanto en tanto, de las limitaciones que propone la palabra escrita.

 Sector 7 de David Wiesner.
“La ilustración también es un texto –nos advierte Daniela-, se trata de un conjunto de signos y símbolos que tienen una voluntad narrativa. Las formas que componen las imágenes son receptáculos donde quien mira, aloja una innumerable cantidad de sentidos, producto de su propia existencia”.

June 29, 1999 de David Wiesner. 
El libro álbum establece un vínculo y una complicidad sólida y al mismo tiempo abierta, entre la subjetividad del que narra y el que lee, al tiempo que delinea una historia.

Ojalá la propuesta de este mes estimule a la imaginación de nuestros lectores, ofreciéndoles una plataforma desde la cual despegar hacia universos en los que las imágenes cuenten más que mil palabras.

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