La otra cara del amor (al ídolo)
Celebrando la llegada de la primavera, el cumpleaños número 70 de Stephen King y el mes dedicado al amor, les dejamos la nota La otra cara del amor (al ídolo).
Por Stella Carte
Nada se compara al amor
de un fan por su ídolo. Amar a alguien perfecto e ideal, es fácil, dulce y
nunca decepciona. Por otro lado, ser amado incondicionalmente, es una tentación
muy difícil de resistir.
Si tienen dudas al respecto, piensen en las
señoras de más de sesenta años, fanáticas de Sandro, que hacían vigilias de
días y noches a pesar del frío y la lluvia, para saludarlo en su cumpleaños. O en
los millonarios que pagan fortunas en subastas secretas, para quedarse con un
objeto tan absurdo como la maquinita que usaba para afeitarse Elvis Presley. También
está el caso de los devotos de la iglesia maradoniana, que tiene su propio
libro, una biblia llamada Yo soy la
gente. Esta congregación fue fundada en Rosario, pero tiene cientos de
seguidores en países tan disímiles como Italia, Afganistán, México y Reino
Unido, entre otros.
Si hablamos de
literatura, en los últimos años, a partir del uso masivo de Internet, surgió un
nuevo género, el fanfiction, que toma
un texto, película o serie como punto de partida para desarrollar una nueva
ficción. Un caso emblemático es el best seller 50 Sombras de Grey, que comenzó
a partir de un fanfic de la serie
Crepúsculo.
Sin embargo, cuando el
amor trasciende el póster en la pared, la película en el cine o la espera
ansiosa de la salida del siguiente libro y se vuelve una obsesión, las cosas
pueden volverse espesas.
Y si de clima denso y fanáticos se trata, es
imposible no mencionar a Misery
(1987), la más célebre de todas las historias, de terror, sobre fans. En esta novela, Stephen King cuenta los
avatares del escritor de best sellers, Paul Sheldon, que es secuestrado por
Annie Willkies, una enfermera fanática de sus libros que lo tortura para que
escriba el libro que ella quiere leer. Esta novela le valió el premio Bram
Stoker, una memorable adaptación cinematográfica y... ¡nuevos adeptos y mayor
devoción por parte de sus viejos admiradores! King, que conoce muy bien cómo se
siente ser idolatrado, dijo que la idea del libro surgió a partir de la
adicción que tuvo durante años a las drogas y también a la reacción de varios
de sus fans después de leer su novela Los
ojos del dragón.
Stephen King plantea el
revés de la trama de amor en la relación ídolo-fanático, revelando el lado más
hostil y tenebroso que las personas solemos construir, sin darnos cuenta, a la
sombra de los sentimientos más puros y políticamente correctos. Como para recordarnos que uno puede amar a un
ídolo, pero el amor ideal, no existe.
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