50 años del Mayo Francés

Entre el 3 y el 13 de mayo se produjo en Francia una revuelta que tuvo como protagonistas principales a los jóvenes. Estudiantes universitarios y obreros fabriles lograron unidad en la acción, y pudieron reclamar en las calles, por un orden social más justo. Una de las figuras más representativas de los estudiantes fue Daniel Cohn Bendit (apodado también “Daniel el Rojo”). El 12 de Mayo de 1968 firmó un documento político, Nuestra Comuna del 10 de Mayo, en el que analizó los hechos que se producían en ese momento. Libro de Arena comparte algunos fragmentos salientes de ese documento, en este mes que dedicamos a los Jóvenes Protagonistas en la literatura en conmemoración de los 50 años del Mayo Francés. 



“La "noche de las barricadas" del viernes 10 de mayo no fue premeditada como lo pretendió el gobierno, pero nosotros sabíamos, yendo a la manifestación, que podría pasar cualquier cosa. Ya no podíamos contentarnos con desfilar tranquilamente y regresar a nuestras casas. Dos días antes, el miércoles, cuando la columna había llegado a lo alto del bulevar Saint-Michel, se había lanzado la voz de orden: "A dispersarse". Nosotros estábamos en contra, pero eso no es lo importante. Lo que cuenta es la manera como los estudiantes recibieron esa voz de orden. Estaban desalentados. He visto a muchos llorando, que decían "Entonces, ¿nos vamos? ¿Cedemos? ¿Hemos venido para nada? ¿Hubo mil heridos en dos días y se contentan con marchar, de la Bastilla a la República, para volver enseguida a sus casas? ¿Para qué sirve eso?" Era el sentimiento de casi todos los jóvenes que estaban allí, no sólo de los estudiantes, sino también de los jóvenes obreros que habían venido a unirse a nosotros. “

“·No podíamos impedir de pensar en la Comuna. Hasta había quienes escribieron en las paredes: "Viva la Comuna del 10 de mayo". Ya no se trataba sólo de un movimiento de estudiantes. Los otros, los jóvenes obreros, comprobaban que, por primera vez, había una acción real, masiva, contra el régimen y contra el sistema que los oprimía.”

La construcción de las barricadas, hasta el momento en que los policías atacaban, tenía carácter de fiesta. Había una atmósfera extraordinaria. Si la policía se hubiera retirado, hubiera habido una formidable explosión de alegría, todo el mundo hubiera celebrado la liberación del barrio y nosotros mismos habíamos considerado la posibilidad de traer orquestas.

“Muchos nos dicen ahora: ustedes obtuvieron resultados, es verdad, pero les costó centenares de heridos y quizás —se terminará por saberlo— muchos muertos. ¿No significa esto pagar un precio muy alto por sus éxitos? Yo les respondo: no somos nosotros quienes estábamos en posición de decidir si habría heridos y muertos o no. Es el poder.”

“No son los responsables del movimiento quienes decidieron la violencia; son los estudiantes que, espontáneamente, eligieron resistir. Después de eso, era inconcebible que los dirigentes dijeran:
"Atención, nos retiramos del juego, esto se pone muy peligroso". El gobierno habría dicho: "Ustedes ven, hasta los dirigentes de extrema izquierda se desentienden de los grupos de exaltados que han actuado el 3 de mayo".

Los días que siguieron, desde luego, hubo todavía más heridos, hubo escenas horribles. ¿Pero de qué manera nos podemos considerar responsables? Es el sistema el que es violento, la sociedad misma es violenta. Sí, nuestra resistencia a la violencia del poder —ya que es él, después de todo, el que envió contra nosotros sus policías, armados de garrotes y granadas— provocó muchos heridos. Muchos jóvenes han recibido heridas físicas. Pero los jóvenes obreros, de quienes hablé hace un momento esos de la barricada de la calle Le Goff, ellos tienen una herida interior quizás mucho más grave. La hipocresía burguesa consiste en decir: mejor seguir perpetuando las heridas interiores, que no se ven, que arriesgarse a hacer correr la sangre.”

“Jamás soñamos con lanzar la voz de orden: "Todos a la calle y a la lucha". Nadie nos hubiera seguido. Nosotros pensamos que un movimiento se desencadena cuando una situación objetiva lo justifica y lo motiva. Nosotros pensábamos, ya lo dije, que esta situación objetiva existiría el próximo año. La estupidez del gobierno la creó en el mes de mayo: nosotros no tenemos nada

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