Comics imprescindibles para regalar a niños y jóvenes
¿Qué hacer cuando un niño o niña nos pide que le regalemos una historieta y no tenemos la menor idea de qué comprarle? En Gorgona Digital se ocuparon de este tema y les pidieron ayuda a verdaderos "especialistas en cuadritos". Así, Andrés Accorsi, Grisel Pires dos Barros, Lea Caballero, Muriel Frega y Cristian Mallea, nos acercan un listado de recomendaciones de lectura para los más pequeños.
Está
demostrado que la lectura de historietas desde la temprana infancia
aporta numerosos beneficios, tanto es así que ya se usa en muchas
escuelas como una verdadera herramienta educativa.
Esto
sucede porque las palabras y las imágenes se apoyan mutuamente,
permitiendo que se procese mejor el material, que lo podamos retener
fácilmente en nuestra memoria, que prestemos más atención.
Otros beneficios que aportan los comics es que permiten a los chicos enriquecer el vocabulario y fomentan su imaginación.
Por
eso, pensamos que es el regalo ideal para cualquier niña/o, y decidimos
consultar a los que realmente saben cuáles son – según su criterio –
las lecturas imprescindibles, o aquellas que no pueden faltar en ninguna
biblioteca.
Andrés Accorsi,
es Lic. en Ciencias Políticas y el periodista de historietas más
reconocido de la Argentina. Traductor y jurado en importantes eventos
como ColossusCom Catamarca y Banda Dibujada, Accorsi ,sin dudar, armó
este top 10:
- Toda Mafalda (Quino)
- Cualquier tomo de Astérix de René Goscinny y Albert Uderzo
- The Life and Times of Uncle Scrooge (Don Rosa)
- Cualquier tomo de Lucky Luke de René Goscinny y Morris
- Cualquier tomo de Spirou de André Franquin
- Bakuman Vol.1-20 (Takeshi Obata y Tsugumi Ohba)
- Amuleto Vol.1-9 (Kazu Kibuishi)
- Escuela de Monstruos Vol.1-9 (El Bruno)
- Cualquier tomo de Súper López (Jan)
- Cualquier tomo de Titeuf (Zep)
Grisel Pires dos Barros es
graduada en Letras de la Universidad de Buenos Aires, Especialista en
Literatura Infantil y Juvenil (CePA) y Master en Libros y Literatura
para Niños y Jóvenes de la Universidad Autónoma de Barcelona. Trabajó en
enseñanza de literatura en diversidad de niveles y espacios educativos y
publicó artículos en la revista Imaginaria y otras revistas
especializadas. Además, coordina talleres de iniciación literaria para
niños en el Instituto Vocacional de Arte de la Ciudad de Buenos Aires y
en los últimos años participó en el FILBITA (sección infantil del
Festival Internacional del Literatura de Buenos Aires, FILBA) y fue
jurado de los Premios Banda Dibujada y miembro de preselección de
proyectos para una estancia en La Maison des Auteurs de Angouleme,
Francia, en una acción organizada por el Museo del Humor de la Ciudad de
Buenos Aires y la Cité internationale de la bande dessinée et de
l’image.
Al
ser consultada nos dijo lo siguiente: “No sé si hay historietas o
cuentos o poemas o novelas imprescindibles así como para hacer un
listado de recomendaciones. Las imprescindibles son las que cuando una
crece se le han quedado pegadas en algún rincón y han puesto lo suyo
para el desarrollo de la mirada de la que una es hoy.
En mi propia historia “Bicherío”,
de Tabaré, es imprescindible. Pero otros me han acercado después sus
imprescindibles para seguir ampliando la mirada. Así que más que
recomendar imprescindibles, puedo recomendar una mesa lo más variada
posible donde niñas y niños puedan servirse, probar, y elegir con qué se
quedan.
A
esa mesa, además de lo que ya tienen más a mano, como las historietas
de superhéroes y superheroínas, o las versiones en viñeta de historias
que conocen por dibujos animados, como “Gravity Falls”,
yo sumaría lo que quizás no sepan que tienen a mano pero que puede
hallarse en librerías o bibliotecas en estos días. Por ejemplo “Aloha”,
de Maco, editado por Loco Rabia, que no fue pensado para chicxs, pero
es muy apropiable por ellxs, y gracias a CONABIP está en todas las
bibliotecas populares del país. O alguno de los libros de la serie de “Pequeño Vampiro”, de Joann Sfar (Pequeño Vampiro y la sopa de caca, y Sueño de Tokio son
mis preferidos); hay cinco títulos disponibles en edición de Océano
Travesía o bien la serie completa en un tomo de Fulgencio Pimentel.
Para pequeñitxs, arrimaría a la mesa “¡Achís!”, de Jok y Aon, editado por Pictus, y también “Barbosa el Pirata y la isla de las plumas”,
de Jorge González, en edición de Mamut, recientemente arribada a
Argentina; ambos son historias contadas sin palabras, cosa que ofrece
autonomía de lectura para quienes todavía no accedieron a la lengua
escrita. Agregaría también aventura con otro par de títulos de Mamut: “La migración: Operación Papá Noel”, de Wassim, y “Lily Megamosca”, de Pep Brocal, o con “Dugong y Manatí”, de Quique Alcatena, editado por Comic.ar, o con un libro como “Norton Gutiérrez y el collar de Ema Zampak”,
de Juan Saenz Valiente, en edición de Hotel de las Ideas. Este último,
agrega además un espacio para el cruce de lecturas de lxs chicxs con sus
adultxs, que probablemente encuentren allí referencias a películas e
historietas que les recuerden sus propias infancias. En esa línea de
cruce de miradas, viene sorprendiéndome la apropiación que los chicos
hacen de “La barranca de la muerte”,
de Javier Velasco, editado por Maten al Mensajero, donde un narrador
adulto cuenta una historia de infancia muy cerca del punto de vista del
niño que fue, casi en diálogo con él. Sumaría además “Un hombre con sombrero”, de Gustavo Roldán, en edición de Pequeño Editor, o cualquiera de los libros de los “Conejitos Suicidas”, de Andy Riley, en edición de Astiberri, o “¡Viva la caca!”, de Gustavo Sala, editado por Hotel de las Ideas, o “Elías y el perro de la esquina”,
de Leo Arias, editado por Comiks Debris, que por distintas razones
provocan a lxs niñxs a producir sus propios chistes e historietas. Y dos
más, ya en el estribo: “Lucky Luke: La curación de los Dalton”, de Morris y Goscinny, en coedición de Libros del Zorzal y Planeta, un clásico a toda prueba, e “Historias Delirantes y otros locos personajes 2”, de Chanti, en edición de Comiks Debris, que llama la atención sobre el propio lenguaje de la historieta.
Queda
una mesa variadísima donde probablemente, si me preguntaran otro día,
sumaría otros platos y que llama a seguir buscando más historieta”.
También recurrimos a uno de los mayores referentes del manga en nuestro país, Lea Caballero, autor de “Yo Nen”,
miembro de la editorial Purple Books, Profesor de Historieta en la
Primera Escuela de Arte Multimedial Da Vinci, conferencista y ganador,
en 2015, del Concurso Ymir de la editorial Larp con la obra Daemon, con
guiones de Mariano Sciammarella. Y el resultado fue éste:
“Un clásico: “Dragon Ball”,
de Akira Toriyama, infaltable para la lectura de cualquier edad.
Personajes entrañables, narrativa perfecta, un clásico atemporal. El
lector no necesita ser fanático del manga, ni de las historietas, para
poder entender la historia y sumergirse en las aventuras que propone. A
esta altura del partido resulta una obviedad recomendar Dragon Ball,
pero entendiendo que la mayoría de los chicos van a ver solo la versión
animada en la tele, nunca está de más acercarles las viñetas.
Uno moderno: “My Hero Academia”,
de Kohei Horikoshi. Un nuevo clásico moderno, esta obra está rompiendo
con todo en su país de origen y en el resto del mundo. La premisa es
simple: Un mundo moderno donde la mayoría de las personas tienen
superpoderes, y ser un héroe es una carrera para estudiar en la escuela y
una salida laboral. Apuntada más bien a adolescentes que a niños, no
deja de ser atractiva, debido a los personajes claramente inspirados en
los superhéroes de Marvel y DC que tanto abundan en esta última década
en las salas de cine. Ideal si el lector ya leyó o vió Naruto y le gustó.
Un par nacionales: “Escuela de Monstruos”, de El Bruno (Mauro Serafini). Ya el título de la obra define perfectamente de qué se trata. Escuela de Monstruos se publica hace muchos años en la revista Billiken,
y es una obra notable tanto por las divertidas situaciones en las que
se ven envueltos los protagonistas, como por el amor que pone el autor
en cada página, repletas de referencias a clásicos del género de terror,
siempre pensando en que pueda ser disfrutado por los más chicos. Lo
mejor: es una historia larga, ideal para los que se enganchan y siempre
quieren más.
Asimismo, incluiría a “Jellykid”, de Franco Viglino. El maridaje ideal entre historia de superhéroes e historieta infantil/juvenil. Jellykid cuenta
la historia de un chico que obtiene poderes especiales al ponerse un
gorro con forma de aguaviva. Una buena alternativa para los que ya
vienen leyendo solo manga, o para los que quieren entrar en el mundo de
los superhéroes, con un protagonista adolescente. Lo mejor: la villana,
Pangea, es la favorita de los lectores.
Como no quisimos dejar fuera de este informe a los fanzines, “nos fuimos” hasta Ostende donde vive Muriel Frega, dibujante, ilustradora, quien edita – desde su taller de historieta y dibujo – la revista Silencio en la Costa y además, armó una fanzineteca a base de intercambios de sus ediciones por las de más de 50 artistas y editores.
Los
recomendados por Muriel en el rubro fanzines resultaron los más leídos
en el Taller. “Fueron los que elegimos para trabajar como ejemplos de
base narrativa, o desarrollo de personaje, o forma de contar una
situación en particular – explica la artista y agrega: También traté de
que hubiese distintos tipos de tamaños y ediciones para que haya
variedad”.
Y éstos son los elegidos:
- SO PA PA, de Mero Tenshi
- Viajero de bolsillo, de Carla DeTal
- ¡Che Lua!, de Nicolás Giaquinta
- Revista Changos, autores varios
- Gato gordo ninja, de Carlos Balló
- La chica del sueño, de Nana Bambini
- Viajeros inesperados, de Luciano Giraldez
- Cuatro historietas espeluznantes, de Daniela Ruggeri
- Almohada de cactus, de Maelitha
- Valentín, de Sebastián Rizzo y Jorge Blanco (Valentín no es fanzine, es un libro, tiene ISBN, y creo que está agotado, pero es re lindo igual, ¡y no quise dejarlo fuera de la lista!)
Por último, fue el turno de Cristian Mallea,
guionista, dibujante, Profesor de Lengua y Literatura. Profesor de la
Universidad de Palermo y Director General en Escuela de Dibujo “Eugenio
Zoppi”, quien afirmó: “Mi perspectiva es simple: no puedo más que
recomendar lo que dice mi nostalgia acerca de esos momentos inolvidables
de la niñez y adolescencia en los que las historietas me llenaron algo
más que las siestas. Por otro lado, de lo nuevo y de lo de siempre (las
modas, el mainstream) los chicos se van a enterar sin mi ayuda. Así que
es mejor que les cuente cuáles fueron los mejores colores, letras,
olores, ¡dibujos! de mi juventud.
- “Nippur de Lagash” de Robin Wood y Lucho Olivera. De pibe no me gustó nunca el funny, ni los monitos, ni el humor, ni Disney. Y cuando me tocó estar en cama un mes, en la sala de espera del médico estaba el primer tomo completo de Nippur. El doctor se apiadó de mí y me lo regaló. Me cambió la vida. Está ahora en un estante de la biblioteca de La Productora en Morón, listo para cambiarle la vida a algún otro.
- “Nekrodamus” de Héctor Oesterheld y Horacio Lalia. Pienso que Lalia es hoy un clásico porque supo pintar mejor que nadie el temor con dos colores, el blanco y el negro. Odio las ratas, viví de chico frente a las vías y los ratones eran más grandes que los gatos. Uno de mis primeros recuerdos acerca de ratas dibujadas me viene de una historieta de Nekro. No sabía entonces de quién era el dibujo, muchos años más tarde, releyendo la historieta lo descubrí cuando ya era ayudante de Horacio.
- “Cabo Savino” de Carlos Casalla y Julio Álvarez Cao (entre muchos otros guionistas). Vengo de una familia de arrieros, gauchos montoneros e indios, así que la música para esta historieta estaba siempre asegurada en casa. Casalla – como nadie – pintó la velocidad y la esbeltez del caballo criollo y sus jinetes. ¡Cómo no recomendar al Cabo!
- “El Eternauta” de H.G. Oesterheld y Francisco Solano López. Este lo leí recién como a los doce y, como a cualquiera, como a todos, me partió la vida de lector en dos. Es un clásico como El Quijote o La Odisea, nunca falla, siempre sorprende.
- “Mort Cinder” de H.G.Oesterheld y Alberto Breccia. Ya quería ser dibujante cuando leí esta historieta completa y, como les pasó a todos alguna vez, quería ser Alberto Breccia. Corte en el tiempo, año 2007 en Francia descubro la fascinación de los franchutes por el Viejo: en cada casa en la que estuve durante ese mes largo, habían libros de Breccia. Dan ganas de llorar cuando noto que, fuera de los dibujantes, el público lector argentino promedio no lo conoce.
- “Wolf” de Robin Wood y Jorge Zaffino. Durante un viaje a San Juan, con 40 grados a la sombra y para la época de reyes me regalaron una revista Fantasía en la que salía esta historieta. Yo soñaba con ser el hijo de la loba peleando sobre un bloque de hielo contra los daneses, abandonándolo todo, la mujer amada, la tierra, incluso la condición humana (una hermosa invitación al viaje iniciático, metafísico). Maravillosa historieta dibujada por un genio que, de no haber muerto tan joven, sería hoy uno de los más grandes maestros de la historieta mundial. Y otra vez: lo recordamos, lo queremos y copiamos… los dibujantes. El lector común ya no lo reconoce. Espero no haber aburrido. ¡Ojalá disfruten la lectura!”
De
aventura, historia, terror o costumbristas, los cómics también sirven
para aprender valores como la amistad, la tolerancia y la solidaridad,
entre otros.
Si
logramos que desde pequeños, los chicxs tomen contacto con estos
valores seguramente de adultos tendremos personas más abiertas y capaces
de empatizar con los problemas de los demás. Lo cual hoy en día no es
poca cosa.
Fuente: Gorgonas Digital
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