Las mil y una vidas de Mort Cinder

Este mes se cumplen cien años del nacimiento de Héctor Germán Oesterheld, y en Libro de Arena compartiremos distintos textos en los que se reflexiona sobre el encuentro con las obras que nos generaron interés por las historietas. En este caso, nos detendremos en Mort Cinder, esa obra maestra de los años '60 de Oesterheld y Breccia. 

Ezra Winston, co protagonista basado en la fisonomía del mismo Breccia.

Por Julián Emilio

A Mort Cinder lo descubrí en mi adolescencia, en la década de los 90, mientras buscaba algo diferente a las revistas de Columba (Nippur Mágnum, El Tony y Dartagnian) que salvo algunos super anuales, venia por entonces cayendo su calidad artística y salir . También quería salir de los estereotipos de super heroes yanquis que venía consumiendo mucho.

Ya lo dice Tyrion en la infame octava temporada de Games of Thrones: “¿Qué une a la gente? ¿Ejércitos? ¿Oro? ¿Banderas? No, historias. No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia

Y Oesteheld lo sabía. Como Molina y Valentín, o Scheherezade y el sultán, Mort Cinder narra al anticuario Ezra Winton, las historias que esconden los objetos antiguos que misteriosamente llegan a su negocio. Lo curioso es que el mismo Mort es protagonista y testigo de todas esas historias, debido a que muere y resucita sucesivamente desde los orígenes de la humanidad. 

Página original de Mort Cinder por Alberto Breccia.

Las historias de Mort Cinder transcurren en distintos lugares del mundo y en distintos momentos históricos: la construcción de la Torre de Babel, la batalla de las Termópilas o la Primera Guerra Mundial. Esto le permitió a Oesterheld elaborar relatos de géneros distintos para cada capítulo.

La historieta parece haber sido pensada para un mercado internacional, ya que no tiene en aparentemente una pizca de argentinidad, ni en los personajes ni en las locaciones. Esto le da cierta universalidad al relato. Esta versatilidad narrativa fue un pedido de Breccia, que necesitaba esos cambios para mantenerse “estimulado” con el dibujo.

La historia, como toda la obra de Oesteheld, se destaca por sus valores humanos. Mort cinder en sus distintas encarnaciones si no está al frente de una guerra, es perseguido, encarcelado o esclavizado. Siempre participa de acontecimientos históricos pero desde la posición del oprimido: es un individuo que busca resolver de manera colectiva una realidad opresiva.

En lo personal, Mort Cinder fue amor inmediato. Era como el Flaco y Charly tocando “Rezo por vos”. No sé si es la mejor de las historietas, pero sí que estaba hecha por los mejores en su mejor momento. Oesterheld y Breccia, quizás las dos figuras máximas de nuestra historieta, juntos, realizaban una obra adelantada a su época, que empuja los límites artísticos del medio.

Página de la edición norteamericana, donde se aprecia el formato apaisado original, la nitidez de la línea, valores y pinceladas.

Reedición
Para tomar dimensión del impacto, la influencia y vigencia de la obra de esta pareja creativa, Fantagraphics, la editorial norteamericana quizás más prestigiosa en la actualidad que edita clásicos del comic y novelas gráficas contemporáneas, reeditó Mort Cinder el año pasado. Previamente había editado El Eternauta.

Esta será la primera etapa de la reedición de toda la obra de Breccia. Para esta nueva edición de Mort Cinder las páginas originales han sido re escaneadas casi en su totalidad.

Una de las viñetas recortadas en la versión de Colihue, acá completa de la edición norteamericana.

Las comparaciones son odiosas, pero me resulta interesante contrastar los dibujos de esta reciente reedición norteamericana o algunos originales (como los que se vieron en la muestra de este año “Breccia 100. El dibujo mutante”), con la edición de Colihue que yo tenía en los '90.

En la edición de Colihue no solo el formato horizontal original de algunas páginas fue brutalmente alterado, con viñetas recortadas o repetidas, sino la cantidad de grises y pinceladas que tanto más expresivo hacen al claroscuro brecciano, se perdien cuando se las aumenta para llevar el contraste a un blanco y negro pleno. 

El sentimiento es agridulce, por una parte, se siente algo así como haber venerado por años algo del estándar de calidad de un apunte universitario, una fotocopia.

Por otra parte, está la sensación de que aún hay más Mort Cinder por descubrir: trazos, valores, texturas perdidas que pueden redescubrirse en estas nuevas ediciones. 

Ya se encuentran en el mercado ediciones españolas, brasileras, alemanas, norteamericanas, polaca y hasta croata de Mort Cinder. ¿Cuando podremos disfrutar una reedición nacional de esta calidad, para éste clásico que les debemos a dos de los más importantes exponentes de la historieta argentina?


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