40 años de la muerte de Blas de Otero
Ayer
se cumplieron cuarenta años de la muerte de Blas de Otero, la más importante de
la figuras de la poesía social española de los años ’50. La producción poética
de Otero tuvo períodos bien diferenciados: una etapa marcada por el
cristianismo, otra con una fuerte presencia del existencialismo, y una última
etapa de poesía social, que coincide con su afiliación al Partido Comunista en
1952, y en el que el yo lírico inscribe su voz entre las voces de la humanidad
de su tiempo, y reemplaza el “yo” por el “nosotros”. En 1960, viajó a China y a
la Unión Soviética. Debido a la censura franquista, sus libros no se publicaban
en España. En 1964 dejó su país y se instaló en La Habana hasta 1967, año en el
que regresó y se instaló en Madrid, donde vivió hasta su muerte en 1979. Lo
recordamos con dos de sus poemas.
EN EL PRINCIPIO
Si he perdido la vida, el tiempo, todo
lo que tiré, como un anillo, al agua,
si he perdido la voz en la maleza,
me queda la palabra.
Si he sufrido la sed, el hambre, todo
lo que era mío y resultó ser nada,
si he segado las sombras en silencio,
me queda la palabra.
Si abrí los labios para ver el rostro
puro y terrible de mi patria,
si abrí los labios hasta desgarrármelos,
me queda la palabra.
PENÚLTIMA PALABRA
Dentro de
poco moriré.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida,
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.
El zafarrancho de mi vida
toca a su fin. El alma está partida,
y el cuerpo a punto de partir. Lo sé.
Amé la
vida, sin embargo.
Bien sabes tú que la amé mucho.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.
Aunque me expulsen de la vida, lucho
aún. Ancho el amor y el dolor largo.
Veo los
ríos, me conmueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.
Contemplo un árbol, quedo absorto.
El mar inmenso me parece corto
de luces frente a muertos que se mueven.
He
caminado junto al hombre.
Participé sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.
Participé sus arduas luchas.
Muchos han sido los fracasos; muchas
más las conquistas que no tienen nombre.
Dentro de
poco moriré.
Aquí está todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.
Aquí está todo mi equipaje.
Cuatro libros, dos lápices, un traje
y un ayer hecho polvo que aventé.
Esto fue
todo. No me quejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente.) Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.
Sé que he vivido intensamente.
(Demasiado intensamente.) Enfrente
está el futuro: es todo lo que os dejo.
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