Mujeres, de la historia a la literatura


En este mes Libro de arena pone a la mujer en el centro de la escena: mujeres escritoras, escrituras feministas, mujeres en la historia. Tal como lo hacen dos libros que me son muy queridos: Vidas perpendiculares, de Ana María Shua, recientemente reeditado por Norma, colección que reúne las historias de vida de veinte personas importantísimas en la historia, siete de ellas mujeres y Mujeres de la historia, cuentos de Graciela Rendón, escritora y bibliotecaria radicada en San Martín de los Andes, compañera luchadora que encontró lugar para sus cuentos en la pujante Abran Cancha, la editorial que creó y conduce otra escritora, compañera y luchadora: Adela Basch.



Por Mario Méndez

En el prólogo a su bello libro Vidas perpendiculares, Ana María Shua, una de las más importantes escritoras argentinas, comenta que le costó mucho encontrar mujeres que sobresalieran perpendiculares a la chatura general, porque la historia, tradicionalmente, registró siempre, mucho más, a los hombres. Y porque durante siglos la mujer estuvo dedicada, en lo fundamental, a la supervivencia de la especie, a cuidar la prole. “Fue difícil encontrar las mujeres famosas para este libro. No había nada tan importante que las mujeres pudieran hacer por la humanidad como tener hijos y cuidarlos. Tan pocos eran los que sobrevivían. Por eso casi todas las mujeres famosas de otra épocas fueron reinas o santas…” Esta dificultad no le impidió, de todas maneras, encontrar el material para componer siete brillantes historias de vida. Junto a las biografías de Shakespeare, Edison, Gardel o Galileo Galilei aparecen las de Madame Curie, Isadora Duncan, Cecilia Grierson, Lola Mora, Florence Nigthingale, Mary Shelley y Sor Juana Inés de la Cruz. Todas ellas magníficas, algunas inolvidables: la semblanza de Mary Shelley, a la vez fundadora de la ciencia ficción y de la literatura de terror gótico, la madre de Frankenstein, pinta la historia, en pocas líneas, de una mujer que peleó contra los prejuicios de su tiempo, que sufrió mucho y que creó, a los diecinueve años, un mito literario que perdurará por siempre. El final de la historia de Lola Mora, poético y duro, con la imagen de la escultora secando a sus nereidas en la Costanera Sur, es también inolvidable: “Una noche, poco antes de morir, un periodista porteño la encontró en la Costanera Sur, viejita y muy perdida, debajo de la lluvia, tratando de secar con un pañuelito mojado las sirenas de su fuente: ‘Vine a secar a mis hijitas’, le dijo la pobre mujer”.

Otro fue el camino que eligió Graciela Rendón para homenajear a las mujeres de la historia: el camino del cuento. Rigoberta Menchú, Azucena Villaflor, Eva Duarte, Mariquita Sánchez de Thompson, Delfina (una princesa guaraní), Juana Azurduy y Lucy, la homínida bípeda encontrada fosilizada en África, en 1974, mientras los arqueólogos escuchaban “Lucy en el cielo con los diamantes”, de los Beatles, son las mujeres que Graciela Rendón trae de la historia a la literatura, y lo hace de la manera más bella. Cuentos como “Corre, Eva, corre” o “Azucena circula y florece” nos tocan en lo profundo.

Dos libros de mujeres, con mujeres. Dos libros diferentes, muy recomendables, uno de biografías y otro de cuentos basados en historias de vida. Dos libros para tener muy presentes en este mes de la mujer.

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