Cien años en la selva de Quiroga
Este año se cumple el centenario de la primera edición de los Cuentos de la selva, del escritor y
poeta uruguayo Horacio Quiroga. Esta obra fundacional para la literatura
infantil es uno de los primeros textos pensados y escritos para los niños y
niñas de la región, de allí su importancia y relevancia.
En ocho bibliotecas comunitarias, nos ocuparemos de conocer la vida del
escritor y la riqueza de cada uno de los cuentos. Compartimos una de las experiencias
que realizamos en la biblioteca de la Casa del Niño y el Adolescente de La
Boca.
Por Belén Leuzzi.
El desafío de narrar con esta técnica entusiasmó a los
jóvenes, porque está íntimamente ligado al juego. Exploramos al máximo este
recurso que nos acompaña todo el tiempo y que pasa desapercibido en la vida
cotidiana, pero que cuando nos lo señalan, por ejemplo, en un campamento o nos
cuentan una historia de terror utilizándolo, cobra una relevancia notable.
Durante el desarrollo indagamos en las distintas posibilidades para trabajar, leímos varios cuentos en los que luces y sombras son protagonistas y realizamos juegos en los que se proyectaban diferentes tipos de sombra: con el cuerpo, quietos,
en movimiento, con figuras de teatro japonés, con opacidades o trasluces de
colores. Hicimos un verdadero “laboratorio de sombras”.
Y a la hora de llevarlo al formato libro -no tradicional- nos
inspiramos en el libro japonés Motion silhouette, que demuestra que la
sombra de una misma figura puede funcionar en distintas situaciones según el
contexto. Es así, que en una segunda instancia del proyecto, los chicos y las
chicas fueron pensando qué cosas de “La
gama” les parecía importante contar y qué personajes y figuras eran
necesarios para lograrlo.
Si bien el armado de las figuras que proyectan las sombras es
delicado, porque requiere de cortes precisos y calados atentos, la parte más
difícil del libro no fue tanto la parte manual sino la de pensar colectivamente
las escenas y cómo una misma figura puede contar dos cosas distintas en escenas
contiguas.
En una de ellas, por ejemplo, la silueta de la gamita pegada en perpendicular a las hojas del libro, la sombra de la protagonista se encuentra plácidamente saboreando la miel exquisita que extrae de un panal de abejas. Pero si iluminamos la siguiente carilla, cambia la suerte de la gamita y se ve asediada y picada por un enjambre de avispas que sin piedad atacan su cuerpo y sus ojos…
En una de ellas, por ejemplo, la silueta de la gamita pegada en perpendicular a las hojas del libro, la sombra de la protagonista se encuentra plácidamente saboreando la miel exquisita que extrae de un panal de abejas. Pero si iluminamos la siguiente carilla, cambia la suerte de la gamita y se ve asediada y picada por un enjambre de avispas que sin piedad atacan su cuerpo y sus ojos…
Próximamente el trabajo será presentado en la biblioteca de la Casa del
Niño y el Adolescente de la Boca, en un encuentro en el que cerramos una etapa y abrimos la posibilidad de que los chicos y chicas saquen de la biblioteca nuevas historias a la luz.
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