La Ciencia Ficción en la Literatura infantil y juvenil de la Argentina
Arrancó el “Laboratorio de
análisis y producción de literatura infantil y juvenil contemporánea”, en cuya
apertura contamos con la contribución del escritor y especialista Alejandro Alonso,
y muchos participantes entusiasmados por explorar en este espacio. Compartimos
estas reflexiones acerca de la Ciencia Ficción, el primero de los géneros
abordados, a cargo del coordinador del ciclo, Mario Méndez.
Por
Mario Méndez
Antes
de realizar un panorama por algunos de los muchos y buenos libros de nuestra
literatura infantil y juvenil que representan –también- al género de la Ciencia
Ficción (un género dentro de una literatura, que sería mejor que decir un
género dentro de un género), comencemos con una mirada histórica sobre la
Ciencia Ficción. El especialista Jorge Sánchez, en el prólogo a la antología
editada por CEAL dice que, si bien el término Ciencia Ficción es de 1926 y se
debe a Hugo Gersback (el de la revista Amazing Stories y del premio que lleva
su nombre), este género es viejo como la literatura misma.
En
su recorrido, Sánchez menciona, tal como lo hiciera Jorge Luis Borges en su
famoso prólogo a Crónicas Marcianas,
a Luciano de Samosata, que en el año 165 escribió La historia verdadera, en la que una tormenta marina lleva una nave
griega a la luna, que está habitada por seres fantásticos. Recién en el siglo
XVII, cuatro años después de la muerte del autor, se publica Somnium, novela del astrónomo Johannes
Kepler, en el que otra vez nos encontramos con un viaje a la luna, tema
recurrente. En 1664, también póstumamente, se publica la novela de ciencia
ficción –dividida en dos partes- de Cyrano de Bergerac que, pese al tema
repetido, resulta genial: Historia cómica
de los estados e imperios de la Luna e Historia cómica de los Estados e
imperios del Sol, en la que inaugura la sátira en el género. Su estilo
influirá a Defoe y, sobre todo, a Jonathan Swift, el de los viajes de Gulliver
(principios del siglo XVIII), en los que, además de los célebres enanos y
gigantes aparecen los sabios Huyhmhnms y sus sirvientes los yahoos, degradación
de los seres humanos que influirá en los epsilon de Aldous Huxley (Un mundo feliz), en los Morlock de La máquina del tiempo, de Wells, y en
los degradados ciudadanos de 1984, de
Orwell.
Llegados
al siglo XIX, aparece, según el autor Brian Aldiss, la primera novela de
Ciencia Ficción en sentido estricto: Frankenstein
o el moderno Prometeo (1818), de Mary Shelley. Y en pleno siglo XIX es en
Estados Unidos, según Sánchez, donde, exceptuando al gran precursor inglés
Wells -que sería el padre de la escuela imaginativa de la C.F. (además de La máquina del tiempo, escribió El hombre invisible, La guerra de los
mundos, Los primeros hombres en la luna)-, donde toma fuerza la Ciencia
Ficción. Nada menos que Poe, a quien consideramos padre del cuento moderno, del
policial de detectives, del cuento fantástico, es quien escribe “La
incomparable aventura de un tal Hans Pfall” que parece ser es el primer gran
cuento del género, además de “El caso del Sr. Valdemar”, donde entra lo
científico junto con el horror. Melville, London, Bierce y Hawthorne practican
el género.
Por
último, Sánchez hace una pasada por Francia: allí, además de Cyrano, y de
Voltaire (de quien menciona Cándido,
y los relatos Micromegás y La princesa de Babilonia, como
exponentes del género), brilla, por supuesto, el otro gran precursor que fue
Julio Verne, padre, según Sánchez, de la escuela cientificista: Viaje al centro de la tierra, De la tierra a la luna, Veinte mil leguas de
viaje submarino, etc.
Ciencia
Ficción en el siglo XX
Tal
como dijimos, en 1926 Hugo Gernsback acuña el término en su revista Amazing
Stories. Surgen, en esa primera época, en pleno auge del pulp, dos grandes
escritores: Heinlein y, sobre todo, Isaac Asimov. En las décadas siguientes el
género evoluciona, aparecen revistas más serias y con intenciones estéticas más
jugadas. En la década del ´30, además de Asimov y Heinlein publican Theodore
Sturgeon (Más que humano) y van Vogt
(Slan).
Y de a poco, desde los 30 hasta la nueva ola, en los 40 y 50 van surgiendo los grandes nombres del género: Arthur Clarke (El fin de la infancia, 2001, Encuentro con Rama); Ray Bradbury (Crónicas marcianas, El hombre ilustrado, Fahrenheit 451); Dick, Farmer, Simak, Vonegutt. En la década del 60 aparecen los dos últimos monstruos sagrados, que exceden por completo el género: J. G. Ballard (Playa terminal, Crash) y Ursula K Le Guin (Los desposeídos y La mano izquierda de la oscuridad, entre otros).
Y de a poco, desde los 30 hasta la nueva ola, en los 40 y 50 van surgiendo los grandes nombres del género: Arthur Clarke (El fin de la infancia, 2001, Encuentro con Rama); Ray Bradbury (Crónicas marcianas, El hombre ilustrado, Fahrenheit 451); Dick, Farmer, Simak, Vonegutt. En la década del 60 aparecen los dos últimos monstruos sagrados, que exceden por completo el género: J. G. Ballard (Playa terminal, Crash) y Ursula K Le Guin (Los desposeídos y La mano izquierda de la oscuridad, entre otros).
Otros
autores importantes: Stanislav Lem; Damon Knight; Moorcock (que dirigió una
revista inglesa muy importante), Cordwainer Smith, Sheckley, y por nuestros
pagos Angélica Gorodischer, Pablo Capanna, Elvio Gandolfo, Sergio Gaut Vel
Hartmann y el uruguayo Mario Levrero.
En
cuanto a la temática en sí misma, dos ejes atraviesan la CF: la especulación (¿qué
pasaría si?) y la maravilla.
Entre las muchas definiciones posibles, hay una clásica, que
la considera “la literatura de la imaginación disciplinada”. Podemos tomar,
también, la de Isaac Asimov, uno de sus más famosos y brillantes cultivadores,
“la ciencia ficción es esa rama
de la literatura que trata de la respuesta humana a los cambios en el nivel de
la ciencia y la tecnología”.
Temas y libros: un panorama con el eje en la LIJ
Los temas de los que el género se ha ocupado, los que
podríamos nominar como clásicos del género son:
· El viaje por el
espacio: Crónicas marcianas, 2001 y toda la saga, De la tierra a la luna, y en
LIJ Recuerdos de Locosmos y En el último planeta, de Ricardo Mariño,
El regreso de los innombrables, de un
servidor, El bajaestrellas, de Nicolás
Schuff, De la tierra a Kongurt, de
Ángeles Durini, Titanis, de Esteban
Valentino, La chica astronauta y las
ganas de volver, de Cristina Macjus, Josepérez,
astronauta, de Norma Huidobro.
· El viaje por el
tiempo: La máquina del tiempo, de
Wells, El Eternauta y en LIJ El viajero del tiempo llega al mundo del
futuro, de E. A. Gimenez (recurso que, aunque no sea de Ciencia Ficción ha
sido usado mucho en la LIJ para la narrativa histórica, por ejemplo en las
sagas de María Inés Falconi (el tanque de agua) y de Lucía Laragione / Ana
María Shua (la historia de Emanuel y Margarita que va de la actualidad a 1810
para terminar en la actualidad).
· Las máquinas, los
robots, la inteligencia artificial: Yo,
robot, de Asimov (creador de las famosas tres leyes de la robótica: no
hacer daño a un ser humano (primera ley), obedecer a un ser humano (segunda
ley) e intentar sobrevivir (tercera ley). Pero el “potencial” de esas leyes
era paralelo a su orden: la primera ley tenía prioridad sobre la segunda y ésta
sobre la tercera), en cierta manera 2001;
¿Sueñan los androides con ovejas
eléctricas? (Blade Runner), de Phillip Dick; en LIJ: Lo único del mundo, de Mariño, El
número cinco, de Franco Vaccarini.
· La exploración
del futuro. Muy relacionado, diríase que es casi una variación del tema, con
las nuevas sociedades. Fahrenheit 451, de Bradbury, también La tierra permanece, de George R. Stewart,
y las llamadas distopías: 1984 de
Orwell, Un mundo feliz de Huxley, Nosotros, de Zamiatin, El fin de la infancia, de Clarke. En LIJ hay buenos ejemplos, tales como Todos los soles mienten, de Esteban
Valentino y La red del miedo, de
Carolina Tosi. Además, los lectores juveniles se han apropiado, por así decir,
de sagas modernas como Divergente, Maze Runner
o Los juegos del hambre.
· Los
extraterrestres y su encuentro con los hombres: La guerra de los mundos, de Wells, diversas novelas de invasión y
de contacto y aquí muchos ejemplos en la LIJ: El hombre que compró un planeta, de Diego Muzzio, La noche del meteorito, de Franco
Vaccarini, La maestra, de Victoria
Bayona, Como cocinar un plato volador, de
Sergio Olguín.
· La genética: Más que humano, tremenda novela de Theodore
Sturgeon, Jurassic Park, de Michael
Crichton. En LIJ no he encontrado muchos ejemplos como tema central, pero sí
aparece en las ya mencionadas Lo único
del mundo y La red del miedo,
además de un abordaje muy particular en la excelente novela Titanis (el armario de la luna), de
Esteban Valentino.
· La exploración de
mundos diferentes, distantes, paralelos: del ya mencionado Eduardo Abel
Gimenez, próximo invitado al ciclo, Quiero
escapar de Brigitte y Un paseo por
Camarjali, a los que se podría sumar El
regreso de los innombrables, La chica
astronauta y las ganas de volver y esa joya que es Son Tumikes, de Sebastián Vargas, que aborda temas como la
discriminación hacia los inmigrantes, la explotación e incluso el exterminio,
en clave de ciencia ficción.
· Aunque no sea un
tema en sí mismo, el humor en los relatos de Ciencia Ficción, cuyo cultor más
importante para adultos es el gran Stanislav Lem, está muy presente en la obra
de Diego Muzzio, Ricardo Mariño, Franco Vaccarini, Victoria Bayona, Liliana Cinetto,
Sergio Olguín y Cristina Macjus, entre otros autores.
A pesar de ser "hiperlectora" y narradora, nunca había incursionado por el género de ciencia ficción. El lunes pasado de la mano de Mario Méndez y Alejandro Alonso, me invitaron a recorrer un espacio desconocido. Encima Mario nos desafió a escribir una crónica o al menos una pastillita.
ResponderBorrarAgrego otro libro de Muzzio Los extraterrestres y su encuentro con los hombres: "Un tren hacia casi casi es navidad" con un manejo del humor y el absurdo muy interesante.
ResponderBorrarY agrego una escritora fabulosa llamada La gran dama de la ciencia ficción: Octavia Butler http://octaviabutler.org/