El Arte de contar

En el marco del homenaje a Roald Dahl al que Libro de arena dedica el mes de noviembre, compartimos una mirada de María Trombetta sobre la narrativa para adultos, sin olvidar la relación que esta zona de la obra de Dahl tuvo con otros lenguajes, como el del cine. 




Por María Trombetta

Quienes practican el arte de la narración suelen sostener que un procedimiento necesario para trasponer un texto literario a la oralidad es la “edición” del mismo, como haría un director de cine, recortando algunas partes, enfatizando otras o cambiando el orden de algunos sucesos. Es importante además seleccionar las imágenes más potentes de la historia, para recurrir a ellas como guía del relato. Cuando la narración es lograda, es mucho más sencillo para el espectador entregarse a los vaivenes de la ficción, ya que quien cuenta estructuró el dispositivo al detalle, y puede comunicarlo expresiva y orgánicamente. 

Este mes dedicado a celebrar la obra de Roald Dahl me trajo el recuerdo de la narración que la queridísima y recordada Gabriela Halpern, compañera de Bibliotecas para armar, hacía del cuento La señora Bixby y el abrigo del coronel: un relato bastante extenso y detallista, con el que ella lograba atrapar la atención de quienes la escuchaban, creando los climas y el suspenso que llevan al final sorpresivo y ácidamente humorístico de la historia de la “cazadora cazada” señora Bixby. Gabriela presentaba los personajes, lograba que la audiencia empatizara con uno u otro, que lo acompañara a través del relato, sufriendo con sus percances y aliviándose con sus logros. Las situaciones aparecían frente a quienes la escuchábamos y veíamos poner su cuerpo al servicio de la narración. 

Claro que otra de las virtudes de narradores y narradoras es saber seleccionar el material sobre el que trabajarán, para poder generar el placer de la escucha, apropiarse de un relato y materializarlo con los recursos que su arte requiere. 

La señora Bixby y el abrigo del coronel es uno de los dieciséis cuentos que forman parte de “Relatos de lo inesperado”, un libro editado en 1979 que recopila relatos de Dahl publicados a partir de 1948 en diferentes revistas de Gran Bretaña y los Estados Unidos. Muchos de ellos, también versionados para el cine y la televisión, en las series “Alfred Hitchcock presenta” y la británica “Tales of the unexpected”. 

El adecuado título del libro nos presenta una colección de cuentos de clima un tanto oscuro, con personajes que apelan a cierta malevolencia, cuando no directamente al crimen, aunque en general el lector no pueda sentir otra cosa que simpatía por ellos. Cada una de las historias nos instala en el tono entre solemne y refinado de lo británico, y nos distrae con cierro recorrido hasta que lo inesperado entra en juego para aliviar la tensión. Gastrónomos, el cuento que abre el libro, nos lleva a una reunión social en la que los anfitriones e invitados, para matar el aburrimiento, apuestan más de lo que están dispuestos a pagar. Cordero asado, el relato de un crimen perfecto en la forma de un cuento magnífico; Hombre del sur, Apuestas y Tatuaje, relatan diferentes formas del horror, siempre con un sutil toque de humor. 

Al igual que en sus célebres libros para niños, Roald Dahl pone en juego torrentes de imaginación junto con estructuras que no dejan nada librado al azar para hacer que sus historias funcionen de modo perfecto: de pronto, la sorpresa llega para llevarnos de las narices por otro camino. 


Relatos de lo inesperado
Roald Dahl
Anagrama, 2006.

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