Maryta Berenguer y Gloria Candioti: “MB nació con el objetivo de visibilizar a los autores de Bahía Blanca y del sur de la Provincia de Buenos Aires”
En esta primera parte de la entrevista a Maryta Berenguer y Gloria Candioti, de la joven MB editora, charlamos acerca de los orígenes de la editorial, de su impronta bahiense, del trabajo que Gloria hace a distancia, del estresante pero muy fructífero desembarco con stand propio en la Feria del Libro de Buenos Aires y, entre otras cosas, de la importancia fundamental del aporte de CONABIP a nuestra industria editorial.
Mario Méndez: Bienvenidas, Maryta Berenguer y Gloria Candioti, directora y editora respectivamente de MB Editora, una editorial bahiense, que desde Bahía Blanca llega a todo el país. Este año, si no estoy equivocado, hizo su primera presentación con stand propio en la Feria del Libro, junto a Jacarandá. Maryta Berenguer es una autora con muchísimo recorrido, docente, narradora, locutora, (recuerdo que en las primeras presentaciones de los destacados de ALIJA de las que participé, Maryta hacía la locución) …
Maryta Berenguer: Sí, soy de radio, como decimos nosotros. Soy locutora, y en este momento, conductora de audiciones que promueven la literatura infantil y juvenil. Hace muchos años que hago radio. Fue mi primer trabajo. Soy locutora nacional, y he sido profesora del ISER. Amo intensamente hacer radio. He recorrido, en los últimos cinco años, prácticamente todas las AM y FM de Bahía Blanca. Desde hace cinco años estoy de AM1240, radio de la Universidad Nacional del Sur. Aquí hay gente a la que le hecho notas. Me siento muy bien, el micrófono es mi amigo.
MM: Qué bien. También nos acompaña Gloria Candioti, que es escritora y que tiene varios libros publicados, es docente, y también es mujer de radio, porque hace poquito ha ganado un premio Pregonero, en la última entrega de los premios, hace una semana.
Gloria Candioti. El viernes pasado.
MM: Contanos un poquito, Gloria.
GC: El programa se llama Letras inquietas. Comenzamos en el 2020, en medio de la pandemia. Nos ofrecieron el espacio en La Desterrada. Habíamos estado trabajando también con Fabiana Margolis en La fábrica de cuentos, antes. Después ese programa cerró, la radio nos ofreció el espacio y nos lanzamos a hacer Letras inquietas. El año pasado ganamos el Hormiguita viajera, a programa de radio, y esta vez el Pregonero por Programa Radial. Estamos muy contentas.
MM: Un muy buen programa en el que tuve el orgullo de participar. Bien, ¿Y cómo nace MB, desde Bahía Blanca, hace ya doce años, Maryta?
MB: MB nació en Bahía Blanca, en la calle Gorriti, donde yo tenía mi estudio, y daba clases de narración oral escénica. Paula, de Pigüé, ha tomado clases ahí. Yo soy narradora de cuentos, una de las “históricas”, como piadosamente nos llaman a las que tenemos mucho tiempo transcurrido en esto. Yo siempre escribí, me gustó escribir desde chica. Lo que ocurre es que en un momento dado mi oficio de narradora oral sepultó, o dejó guardadas todas mis otras actividades. Radio siempre seguí haciendo. Y dentro del grupo de narradoras que he tenido, (he dado clases en todo nuestro país y he participado en innumerables festivales en el mundo). En Bahía Blanca, Teresa Prost, que también es escritora y muy buena narradora, en el año 2012 tenía algo muy lindo para publicar, que fue la primera edición que hicimos, Algo para contar. Y arrancamos con MB. En ese momento todavía no nos conocíamos con Gloria. Después, MB publicó otro libro de Teresa Prost, que en este momento está agotado, De fantasmas y otros cuentos. Y ahí MB empezó a tener muy buena recepción, porque realmente ayuda mucho que yo sea una persona muy conocida como comunicadora. Tanto en narración como en radio. Las escuelas me abrieron las puertas en Bahía Blanca, justamente por esta doble condición. Y como dice Zitarrosa, se “crece desde el pie”. Y empezamos a crecer. Cuando nos conocimos con Gloria (yo le digo cariñosamente Glorieta), fue gracias a Alicia Salvi. Nos conocimos por ALIJA. Estábamos con Lilia García Basterra, también de Bahía Blanca. Acá habemos escritoras que hemos podido llegar a publicar en Buenos Aires. También está Paula Bombara, que vive en Buenos Aires, pero es de acá, Lisa Porcelli Piussi… Somos todas bahienses. Cuando la conocí a Gloria, ya hacía muchos años que yo daba narración en Buenos Aires. Fundamos la Escuela de Narración del Museo Argentino del Títere, con Sara Bianchi, allá por el año 2000, y cuando la conocí a Gloria, comenzó a tomar clases de narración conmigo. Y un día le pregunté qué le parecía si arrancábamos a dar clases de escritura. Porque yo, desde el estudio de Montserrat daba Narración. Nos caímos bien, porque uno tiene que tener empatía con la persona que trabaja. Ahí empezó a crecer. Después empezamos a diseñar colecciones. Nació con un objetivo: visibilizar a los autores, fundamentalmente de Bahía Blanca, y del sur de la Provincia de Buenos Aires. A los autores y a los ilustradores. En Bahía Blanca tenemos las cuatro escuelas de arte: La ESAV, que es la Escuela de Artes Visuales, y muchos de los ilustradores son excelentes. Son ilustradores de MB; porque, repito, por eso está asentada en Bahía Blanca. Es la única editorial independiente de literatura infantil y juvenil, que hay aquí, desde el sur de la provincia para abajo. Paula lo sabe. Está Silvina, que también es autora nuestra, autora de Amorina y el cuco y Amorina y la lluvia. Gloria también, obviamente. Este año estuve contando los libros que ya teníamos publicados. Desde que comenzamos hasta ahora hemos publicado treinta y tres títulos.
MM: En solo diez años es un montón. Diez años y en el medio una pandemia, y varias crisis económicas. Estamos bastante acostumbrados, pero hay que capear esos temporales… son un montón de libros.
MB: Sí, hemos crecido mucho. Yo he dejado algunas actividades para dedicarme de lleno a la editorial, porque lleva mucho tiempo: atender, leer, seleccionar. A esta altura uno va aprendiendo; está Gloria que hace la edición. Osvaldo, mi marido, como buen matemático hace toda la parte contable (es muy buen escritor, además), y somos nosotros. Lleva mucho tiempo, pero estamos muy contentos, porque el resultado es bueno, tienen muy buena recepción, y como siempre, repito, le doy prioridad a la gente del sur. Acá me recuerda Paula, que Pablo Vaccarezza, que ilustró Los misterios de Nicolás, es de Pigüé. Es egresado como diseñador y como ilustrador de la UBA, y es uno de nuestros ilustradores. Es una manera de abrir puertas de abrir caminos, y que no se concentre en Buenos Aires. A pesar de que yo trabajo en Buenos Aires, siempre mantengo esa “doble nacionalidad”. Y doble domicilio.
MM: Ahí viene Cris Ramos.
MB: Somos las dos editoras patagónicas. Estamos comunicadas permanentemente. Somos las más sureñas.
MM: El otro día estuvimos con Cris en una presentación que hizo en la Biblioteca del Congreso de la Nación, y después nos fuimos a comer con ella y Mauricio, su asistente y compañero de trabajo en Ruedamares. Y en un momento Mauricio me decía que es todo un tema ver quiénes son los patagónicos. Hay que ver si los que están más al sur aceptan que los bahienses sean considerados patagónicos.
MB: Es el umbral de la Patagonia. Después viene Villalonga, Patagones y te caés a la provincia de Río Negro. Bahía Blanca es una ciudad muy grande, tiene dos universidades nacionales, la del Sur y la Tecnológica, tiene universidades privadas, tiene todas las carreras, hasta Medicina, están todos los institutos del profesorado, están las cuatro escuelas de arte, de una de las cuales soy egresada. Es una ciudad importante viniendo desde el sur de la provincia. Acá estamos.
MM: Entre otros, mencionabas recién a Teresa Prost, que es autora de Amauta también, está Miriam Bahntje. Ustedes las tienen juntas también, ¿no?
MB: Sí, es una de las ilustradoras de MB: Carlos Villarroel, que ilustró textos de Gloria y también es ilustrador de Jacarandá. Después, acá hay una editorial que se llama EDIBA, que la deben conocer por la revista Maestra jardinera, que en un momento proveyó de trabajo a la gente que egresaba de la ESAV, la escuela de arte. Y que también nos daba lugar a los autores de Bahía Blanca, desde esa revista. MB nace, como dije, porque además yo tenía una necesidad. Siempre amé los libros, desde chiquita. Por eso también fundé la biblioteca popular Pajarita de papel, que ya cumplió treinta y tres años.
MM: “Vamos a tener que jugarle”, dice Sebas en el chat.
MB: ¡Sí! Treinta y tres años cumplió la Pajarita, treinta y tres libros tenemos editados. Siempre fui lectora. Iba a la casa de mis tíos y tenían muy prolijitos ahí El tesoro de la juventud, y nunca nadie los había leído. Yo me los leí todos cuando era chica, en visitas de tías, y jugaba a ser bibliotecaria. Y obligaba a mis compañeros de la escuela a que retiren libros y les hacía fichas. Vivíamos pasando el Puente Colón. Cuando a los doce años mis tías me dijeron que podía ir sola en colectivo, mi primer viaje fue a la biblioteca Rivadavia, que es emblemática, que cumplió ciento cuarenta años.
MM: Una vida dedicada a los libros. Desde muy pequeñita. Gloria, ¿cómo es el trabajo a distancia? Porque vos sos de acá, de Capital, y trabajás como editora desde Buenos. Aires. ¿Cómo es esta mirada de la prioridad con los autores bahienses? ¿Cómo trabajás con eso?
GC: Arde el Whatsapp. (Risas). La verdad es que en la época en la que empezamos a trabajar juntas en el taller de escritura, y después me fue compartiendo cosas de la editorial, le pedía consejo y demás, Maryta viajaba mucho, estaba dos veces por mes acá. Entonces fueron muchas charlas. Yo la fui acompañando en lo que me fue pidiendo. Me acuerdo de que la primera cosa más contundente que hice para la editorial fue crear o sugerirle la creación de la colección juvenil. Yo le puse el nombre. En ese momento estábamos a full con El viajero de los tiempos, entonces le dije que la colección tenía que llamarse Viajeros, porque era algo muy de ella. Ella quiso empezar esa colección con un libro mío, y después seguimos con otros autores. Ahí empezó. Y siempre es una charla, en realidad. Ella me manda por mail el material que llega, me pide un informe de lectura, me dice lo que cree que se puede editar, y yo le digo que sí, o que no me parece. También con llamadas telefónicas. De pronto aparece un mensaje de Maryta que me dice que quiere editar cuatro títulos, y hay que convencerla de que no se puede editar tanto. En realidad, no tenemos problemas, porque como nosotras trabajamos juntas en el taller, que también es a distancia, porque tenemos alumnos de distintos lugares y lo hacemos por zoom (a partir de la pandemia dejó de ser presencial), estamos todo el tiempo muy en contacto.
MM: Acá Silvina Juárez dice que “es un orgullo total para Bahía Blanca contar con una editorial que nos dé la posibilidad de publicar libros de calidad estética y buen contenido”.
MB: Gracias. Es la autora de Amorina. Los chicos adoran a Amorina.
GC: También es verdad que apenas empezamos a trabajar juntas, Maryta empezó a querer darle un vuelco a la editorial. En ese momento había solamente una colección, que era Gatitos Lectores y algún título de Gato Lector. Era más para primera infancia. Y así en el diálogo se fue creando. Ella también tenía la intención de darle un poco más de vuelo. Y la convencí de presentarse en la Feria del Libro este año. Y fue una linda experiencia.
MM: Un poco estresante. ¿O no?
GC: ¡Tremendo! Pero tuvimos muy buena compañía, porque hicimos el stand junto con Jacarandá. Así que nos sentimos muy cómodas, trabajamos muy bien juntas. Estresante por donde lo mires, pero la verdad es que está bueno eso de compartir con otros. Con una editorial que tiene prácticamente los mismos objetivos. Dos editoriales chicas, que recién empezaban, que iban por primera vez a presentarse en la Feria, todo un aprendizaje.
MB: Además, las dos somos autoras de Jacarandá. Estuvo también Ruedamares con nosotros en el stand. Fue un grupo lindo, fue todo un aprendizaje y salimos fortalecidas. Era la primera vez, así que cansadas pero felices. Hemos podido establecer vínculos con librerías de otras provincias. Estamos actualizando nuestra página web, Julieta Pérez es la diagramadora. Mi hijo más grande, que es egresado de la Universidad de La Plata, es comunicador visual, y al principio era el diagramador, pero tiene otros trabajos. Otra de las diagramadoras fue Guillermina Marino. Sabe interpretar muy bien mis historias, me encanta cómo las ilustra. Y en este momento está Julieta Pérez, que tampoco es porteña… ¿es de Bragado?
GC: Es de Bragado, pero vive en Martín Coronado.
MB: Después nos fuimos ampliando. Ya cuando vean el catálogo van a ver las tapas, los autores, los ilustradores… Este año estamos a la espera, como todo el mundo. Sí hay un libro en el que vamos a comenzar a trabajar a partir de agosto o septiembre, en coautoría con Istvan. Yo soy la autora del texto, Istvan va a ser el autor de las ilustraciones, y se llama Andanzas de una línea recta.
MM: Un lujo Istvan. Nuestro último y reciente Pregonero de honor.
MB: Hoy estaba camino a la sierra, por eso me dijo que no se va a poder comunicar. Estaba de viaje de vacaciones. Estamos muy contentos porque nos llevó bastante tiempo de lectura. Cuando terminé de escribirlo me dije que tenía que ser para él. Y él pensó lo mismo. Nos conocemos desde hace mucho tiempo. Y en este proyecto estamos los dos juntos.
MM: Vamos a ir yendo al catálogo, pero despacito. Una de las cosas que me llamó la atención fueron los nombres: Gato, Gatitos Lectores, Saltarines, Andariegos… Viajeros ya lo explicó Gloria. Pero evidentemente hay una relación muy fuerte con los gatos.
MB: Sí, porque yo amo a los gatos. En el perfil del Whatsapp tengo un gato, que es Toto, mi gato. Adoro los gatos. Gatitos Lectores, para primeros lectores. Gato Lector ya son un poco más grandes.
GC: Eran las dos primeras colecciones que estaban.
MB: Andariegos, para los que están ahí en el medio, Saltarines, que es una colección para los que empiezan a leer más largo, y ahí terminamos, ¿No, Gloria?
GC: Saltarines es una colección para chicos de seis, siete años que están empezando a ser lectores autónomos. Andariegos es una colección que tiene novelas episódicas (por ahora tiene dos, es una de las que tenemos que hacer crecer), para chicos de entre ocho y nueve años que quieren leer más largo, que pueden aventurarse a un texto de una lectura un poco más compleja. Ahí está, por ejemplo, Los misterios de Nicolás, que es episódica, y hay un libro mío que se llama En su mundo, que tiene dos historias: En su mundo y Mami, tengo un problema. Y después Viajeros que es la colección juvenil, para chicos de once años en adelante.
MB: En Gatos Lectores están los cuentos que necesitan más una reflexión de parte del lector. Ahí está, por ejemplo, Hotel La Perla, que es de mi autoría. Yo observo lo que ocurre en la ciudad, las historias urbanas. De manera que escribo historias urbanas, que son reales, ficcionalizadas. Hotel La Perla, El botón de cuatro agujeros, que es sobre una familia de cartoneros. Hotel La Perla es sobre una familia del noroeste argentino que viene a Buenos Aires en busca de una mejor vida, y no la encuentra, que también es una historia real ficcionalizada. Y ahora estoy con una historia que creo que también voy a publicar. Que se llama, Gero, el mochilero rapero. Tengo el ilustrador y todo ya. También es una historia urbana, es un rapero que vive en un baldío porque fue desalojado, hasta que se tiene que ir porque vienen las máquinas que empiezan a hacer agujeros porque van a construir un edificio. Entonces él agarra la mochila, la guitarra, y se tiene que mandar a mudar de ahí. Y se encuentra con un mosquito que se llama Picacoco, que fue desalojado de la comunidad de mosquitos porque no quería picar humanos, y vivía en los parrales picando uvas. Son dos diferentes que se encuentran. Ahí estoy con esa historia que me gusta mucho. Lo que pasa es que, al tener editorial, me olvido de enviar a otras editoriales.
MM: Eso te quería preguntar. Hay una tensión cuando un autor o una autora tiene una editorial, que tenés que decidir, si es para tu propia editorial o para otra. ¿Cómo es en tu caso? ¿Cuándo decidís mostrar en otra editorial o priorizás la tuya?
MB: Tendría que mandar, y a lo mejor, por una cuestión de prejuicio mío, no envío. De todas maneras, en Quipu yo tengo la saga El viajero de los tiempos, que va por la cuarta; a los chicos les encanta. En El viajero 1… el protagonista es de Bahía Blanca y sale desde ahí, tiene los abuelos en Coronel Dorrego, que está antes de Monte Hermoso, y van a salvar al Lucinda Sutton que es una goleta, que naufragó a comienzos del siglo pasado en Monte Hermoso. Eso es real. Con la madera que esa goleta que naufragó, el ingeniero Dufour construyó el primer hotel de madera de Monte Hermoso. Y ahí nació ese lugar en el que todos los bahienses veraneamos. Cuando yo era chica, iba con mis tíos todos los veranos. Son lugares muy entrañables. Y ahí tomé también, hablando del sur, en Villalonga, una vez que fui, la historia de la primera persona que fue a vivir ahí, era un europeo que se trasladaba en un barril. Porque de acá, cuanto más vas para el sur, más viento hay. Entonces había mucho viento y soplaba la paja brava, que cuando te pega en las piernas no es muy grato. Entonces se trasladaba en un barril. Yo preguntaba cómo podía ser, y me aseguraban que sí. Incluso una docente. Yo volví a mi casa con un revoleo en la cabeza, con esos datos y esa historia, que me senté y ahí nació el primer Viajero de los vientos. Me lo publicaron en la colección Dulce de leche, que salía dentro de los periódicos del interior. En Córdoba, en Bahía Blanca, (en La Nueva Provincia), y ahí quedó. Mucho tiempo después, como decimos los que escribimos, lo agarré, y nació El viajero de los vientos, que me lo publicó un amigo que es actor, que vive en España, en Zaragoza, y tiene editorial. Se entusiasmó tanto con esa aventura, que la publicó. Y me vino bárbaro, porque la leyeron los chicos de las escuelas de Zaragoza, y les pareció todo tan diferente que nos invitaron de las escuelas. Ahí me fui con Osvaldo. Con ese libro. La cuestión es que cuando traigo los derechos a nuestro país, se lo mandé a Olga Drennen, que la conozco desde siempre, y lo publicaron hace ya bastantes años. El viajero del tiempo 1, que ya no sé la cantidad de ediciones que tiene. Después está El Viajero…2. Una aventura patagónica, en la que van a salvar a la ballena franca a Puerto Madryn, después El Viajero…3, interplanetario, y después El Viajero… 4. En Quipu tengo dos policiales también. Y en Kirikoleta, de Quipu, a mí me gusta mucho escribir poemas narrativos, y cuentos en rima que tengo ahí. Tengo bastante publicado. En total, unos veintiocho títulos. Para mí, es bastante.
MM: Recién mencionabas a Osvaldo, con el que viajaron a Zaragoza. Yo lo conocí viajando, creo que por Rawson. Y cuando uno entra en la página de MB Editora, figura como tesorero de la empresa. Y lo vi, muy contento pero muy cansado en la Feria del Libro, poniendo el hombro en el stand. Así que vamos a darle un espacio a Osvaldo. ¿Cómo va, Osvaldo? Buenas noches.
Osvaldo: Bien, muy bien, Mario. Estaba escuchando toda esta historia de Maryta, que es un ser muy especial que nos arrastra a todos. Yo casi me he convertido en un escritor no profesional. Pero me encanta el tema de la escritura. Yo soy licenciado en Matemáticas y empresario, y adoro la literatura. Para mí es un placer poner el hombro en todo esto. Sí es cierto que me cansa la Feria en sí, la gente. Me estresan esos pasillos repletos de gente, no me hacen bien. Pero había que poner el hombro. Lo puse poquito. Ahí las que trabajaron son Gloria, Maryta, las chicas de Jacarandá… Yo hago lo que puedo.
MM: Pregunta difícil, pero tengo que hacértela. Como tesorero, ¿la Feria del Libro redituó?
Osvaldo: Es un milagro. Cuando Gloria Y Maryta dijeron delante de mí que iban a comprar un stand (que sale más que el metro cuadrado de un departamento en Puerto Madero, quiero aclarar, y un departamento que tenga canillas de oro, jacuzzis, etcétera). Yo he dado clases a contadores, o sea, la Economía también me gusta. No tanto como la literatura, pero me gusta. Calculé que se perdía un 70% de la inversión. Había que vender muchísimos libros como para poder recuperar lo puesto. Por suerte combinamos con Jacarandá para hacerlo a medias. O sea que nos salía la mitad de un metro cuadrado en Puerto Madero. Para mí, era imposible. Yo no creo en los milagros. Creo en el azar. Pero en este caso se produjo un milagro, porque se recuperó todo el dinero invertido. En esos doce o trece días se vendieron más de trescientos libros. Y sé que en general, a todos los que estaban en los stands, les pasó prácticamente lo mismo. Hubo casi un millón y medio de personas que pasaron por la Feria, y sabés que muchas veces se entra de paseo y se compra poco, pero se fue vendiendo. Y creo que una de las cosas que salvó la venta es lo que siempre hay que reconocer, que desde hace años, ni los gobiernos neoliberales han podido suspender los pagos que hace CONABIP a las bibliotecas populares, para comprar libros. Eso hay que reconocerlo. En nuestro país, a la hora de la Feria del Libro, la CONABIP, a las bibliotecas populares, les da una subvención importante. Este año, espero no equivocarme, fue de cerca de ciento cincuenta mil pesos. A cada biblioteca del país. Con la condición de que uno tiene que vender al 50%. Eso para nosotros fue muy importante. Calculo que para todos. No sé qué cifra se movió a través de CONABIP, pero tiene que haber sido importantísima.
MM: Qué bueno ese reconocimiento. Y que lo traigas acá. Además, como parte de la biblioteca Pajarita… realmente, para todos los editores, escritores, y a quienes participamos de la Feria del Libro, las jornadas de CONABIP son fundamentales.
Osvaldo: Yo estoy un poco adentro y afuera de todo. Pero estoy hace cuarenta años al lado de mi mujer, o más. Y acá está lleno de amigas y amigos, y he ido a todos los encuentros de literatura infantil, narración… De todo tipo y color. Y lo que noto es que a veces no se nombra a CONABIP; y yo me saco el sombrero. Porque no hay tantas instituciones del Estado que se han mantenido a lo largo del tiempo, y no con conversación sino con hechos materiales. Y han ayudado muchísimo al desarrollo editorial.
MM: Es verdad. Y a la difusión. Y uno va a pueblitos perdidos y encuentra la biblioteca popular. Donde están los libros que compra la CONABIP.
Osvaldo. Exacto. En las escuelas también.
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