VIAJERAS DEL TIEMPO

Las cartas viajan a través de la distancia y el tiempo para unir a quienes las escriben y a quienes las leen. Durante los últimos meses, en Palabras que dejan huella, el ciclo de lectura y memorias destinado a personas mayores, compartimos textos, imágenes y recuerdos en torno a la literatura epistolar.


Por María Trombetta

Palabras que dejan huella – Literatura epistolar

Una mano recibe un sobre cerrado y lo abre: rompe el borde con los dedos, con una tijera, o con el utensilio específico, un abrecartas, preferentemente con mango de nácar. Saca el papel, y lo despliega con cuidado, ansiedad, curiosidad, pasión, temor, angustia, o cualquier otro sentimiento posible para la ocasión. Reconoce la letra, o no. Tal vez se trata de una carta impresa. Distingue la fecha, el saludo de apertura (formal o cariñoso, depende), el cuerpo del texto, la firma del final, la posdata si corresponde. Hay alguna posibilidad de que huela el perfume que alguien salpicó sobre la hoja, y quizá la apriete contra su pecho. O arrugue el papel y lo tire con desprecio o enojo al cesto de papeles. Muchas posibilidades, y estas son solo algunas, para el simple hecho de recibir una carta.

Cuando decidimos dedicar a la literatura epistolar la primera edición de este año de Palabras que dejan huella, el ciclo que inició en tiempos de aislamiento social y que fue tomando diferentes formatos y contenidos desde entonces, no sabíamos que, abriendo nuestra curiosidad e interés hacia las cartas abríamos también múltiples caminos que nos descubrirían el lugar central que ocupa en nuestra cultura este particular modo de interacción humana.

Así, a lo largo de los meses, quienes participaron de los encuentros leyeron, conversaron, escucharon, miraron y compartieron cartas reales y de ficción, públicas y personales. Conocieron historias de amor que se desarrollaron por correspondencia, recuperaron cartas de personajes célebres que, seguramente sin saberlo al momento de escribirlas, estaban documentando momentos clave de la Historia. Rescataron del fondo de su memoria canciones con y sobre cartas, anécdotas sobre correos de lectores en diarios y revistas, películas y obras de teatro con la correspondencia en el centro del conflicto. Visitaron los nuevos formatos de lo epistolar a través de la lectura de newsletters y correos electrónicos de escritores y personajes de la Cultura.

Cada semana el espacio se enriqueció con el aporte activo de las participantes: todas mujeres en esta oportunidad. Una reciente mudanza ayudó a encontrar la carta que una hija escribió hace muchos años a los Reyes Magos, el resultado adverso de un partido de fútbol se alivió con una misiva dirigida al futbolista menos eficaz del equipo de los amores, una travesura de la niñez vino de la mano del recuerdo de paisajes y amigos.

Como producción final del ciclo invitamos a las asistentes a recuperar imágenes de sus propias infancias para escribir una carta a esas niñas que fueron hace algún tiempo: las fotos y las voces de las protagonistas se unieron en la pieza audiovisual que hoy les compartimos. Cartas viajeras del tiempo que traen perfumes queridos.

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