¡No lean esta reseña!

Mentira: por favor lean esta reseña exquisita de La venganza de la vaca, la primera novela de nuestro próximo invitado, Sergio Aguirre. Una invitación a la lectura, disfrazada de reseña, de chiste, de advertencia.


Por Juan Serafini*


Si los cuentos de terror te dan miedo como a Natacha. 

Si te preguntás ¿para qué hay gente que se dedica a escribir historias que hacen que las personas que las leen sufran, se estremezcan y se les erice la piel, pero a pesar de eso no puedan estrellar el libro contra la pared, o meterlo en el horno, o usarlo para encender el carbón del asado, o masticarlo hasta sangrar las encías para luego vomitar papel con tinta bilis tripa gorda y mate cocido, porque necesitan urgentemente llegar al final para cerciorarse que lo que tienen frente a sí es un acto de perversión metódica, estudiada, diseñada noche tras noche, imperdonable y atrapante, durante un largo tiempo, y que seguramente tendrá un final aún más escalofriante que su desarrollo? 

Entonces no leas, ni siquiera esta reseña. 

Te lo recomiendo. 

Ya te advertí. 

Es que... no sé cómo expresar la veracidad de los hechos que, en un principio, creí inciertos y por eso comencé. 

Pero luego no detuve. 

Y seguí. 

Para asegurarme de su improbabilidad ¿una vaca que toma venganza? No. ¡Es peor que eso! ¡Mucho peor! Pero la maldición está echada si ya rozaste el libro con tu piel, lo inevitable te atravesó. Ósmosis. 

Porque alguna vez tocaste la piel de una vaca tal vez tengas algo de ella. El vacío que degustaste con fritas ya es parte de tu cuerpo, sos eso, vaca.

Como tus zapatos de cuero, como tu bolso, como tu cinturón, ya está hecho. La mutación se inició, algo de vaca hay en todo.

Por favor, cuidate. 

No leas esta apología de la causalidad verosímil, aparta ese cáliz y duerme tranquilo. 

No te dejes embaucar por Sergio Aguirre que logrará trasladarte de un relato a otro sin saber dónde estás parado, una arena movediza que te vapulea entre una cosa que no llegás a entender, pero creés y otra que tampoco y sí. 

¿Cómo puede tanto desorden llegar a enredar la atención para atenazarla que da gusto?

Disculpen, pero si lo leen es responsabilidad de ustedes, quedan advertidos.

Gracias por su atención.


* Juan Serafini es maestro, clown, carpintero y cuenta cuentos. Nació en el año 1967 en el barrio de Palermo viejo, Buenos Aires, Argentina, y ha vivido en Valparaíso, Chile, San José de Costa Rica y San Cristóbal de las casas, Chiapas, México. En todos estos lugares se desempeñó como clown, cuenta cuentos, facilitador y co-creador de grupos de teatro del oprimido en comunidades de bajos recursos económicos.



La venganza de la vaca

Sergio Aguirre

Norma, 2014.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

La lectura del tiempo

“Esa mujer”, de Rodolfo Walsh, por Ricardo Piglia