Entrevista a Eric Carle
El pasado domingo 23 de mayo, Eric Carle, autor e ilustrador de literatura infantil, murió en Massachussets a los 91 años. Entre sus obras se destaca "La oruga muy hambrienta", que vendió alrededor de 40 millones de ejemplares, y se tradujo a más de 60 idiomas. Lo recordamos con ésta entrevista que fue publicada en Revista Babar en junio de 2006.
Por Rodrigo Morlesin
Eric Carle es mucho mas que un ilustrador y escritor. Sus libros combinan arte y naturaleza; infancia y sabiduría; sus libros conjugan lo que un niño es: curiosidad, inteligencia y brillantez.
A sus 83 años, su lado infantil sigue saliendo a jugar, de sus pinceles surge una selva majestuosa habitada por toda clase de animales: osos, ratones, gatos y, por supuesto, orugas glotonas.
Su éxito como creador de libros está respaldado por sus millones de fanáticos alrededor del mundo, niños y adultos que han disfrutado sus más de setenta libros y que se distribuyen alrededor del mundo traducidos a más de cincuenta idiomas como el español, japonés, italiano, francés, y hasta le ha tocado ver ediciones en braille.
De sus libros ha vendido más de 110 millones de ejemplares, y junto a Tomi Ungerer, es de los pocos autores de libros para niños que cuentan con su propio museo, el cual se encuentra en Estados Unidos (si quieres dar un paseo virtual en su web).
Pero en la vida no todo es miel y chocolate; Eric nació en Nueva York, proveniente de una familia de inmigrantes alemanes que regresaron a su tierra natal en 1930 cuando el pequeño Eric tenía tan solo seis años. Tiempo después, su padre fue llamado a combatir en la Segunda Guerra Mundial y fue apresado por tropas rusas. Dos años más tarde volvió a casa y, como el mismo Eric Carle cuenta, «Era un hombre destrozado, física y psicológicamente devastado».
El sueño de Eric por volver a América se hizo realidad cuando en 1952, con cuarenta dólares en el bolsillo, volvió a Nueva York y consiguió un empleo en el New York Times como diseñador gráfico. Pero una vez mas la guerra llamaba a su puerta y fue reclutado por Estados Unidos y enviado a una base en Alemania durante la guerra de Corea.
Al regresar a América, retomó su empleo en el diario y ahí fue donde una de sus ilustraciones llamó la atención del autor Bill Martin Jr., quien le pidió que ilustrara el libro Brown Bear, Brown Bear, What do you see? (Oso pardo, oso pardo, ¿qué ves?). A ese libro le siguieron 1,2,3 to the zoo y su libro más famoso, The Very Hungry Caterpillar (La pequeña oruga glotona).
El gusto por la Naturaleza se lo transmitió su padre, y su pasión por el arte la heredó de su madre. Así, en cada libro les rinde un amoroso tributo.
Y aun ahora, Eric Carle sigue ilustrando, pintando y sobre todo conviviendo con los niños que visitan su museo: les da talleres y les muestra cómo crear sus propios libros. Es una alma creativa e inagotable que sigue llenando de color e imaginación el mundo de los niños y de adultos que alguna vez fueron niños y guardan grandes recuerdos con los libros de Eric Carle.
Una pregunta común: ¿cómo surgió la idea para hacer La pequeña oruga glotona?
Un día estaba haciendo agujeros con una perforadora a una pila de papeles, y se me ocurrió la idea de un gusano de biblioteca. Así cree una historia llamada A Week with Willi the Worm. Después, mi editor me dijo que no le gustaba la idea de un gusano y sugirió una oruga, y yo dije: «Mariposa», y el resto es historia.
¿Cómo creó ese sello tan particular en sus ilustraciones, los collages de manchas de color?
Realizo mis ilustraciones de collage usando mi propio papel pintado a mano. Pinto con pintura acrílica papeles translúcidos, delgados, para crear mi «paleta» de colores y texturas, y después, usando esos papeles pintados, corto y rasgo y luego pego en cartulina para crear las ilustraciones.
Sus libros son alas para la imaginación, ¿qué le hace volar?
Siempre he amado dibujar, desde que era pequeño. He hablado muchas veces acerca de mis recuerdos de la infancia en la escuela, de las pinturas coloridas y esas grandes hojas de papel, la luz del sol entrando por la ventana del aula… Siempre, desde mi infancia, he disfrutado de la sensación del lápiz tocando la superficie del papel, un pincel goteando pintura brillante y alegre, patrones y texturas, formas y colores.
La vida tiene aspectos muy duros, ¿usted cree que los niños deben saber este tipo de cosas o es mejor mantener esa inocencia infantil?
Yo creo firmemente que cada niño es un individuo; cada niño es diferente. Ni siquiera me gusta la palabra «niños». Prefiero decir «un niño», «otro niño»… Para mí, el comienzo de la vida escolar fue un periodo particularmente difícil. Repetí el primer año dos veces, una en Estados Unidos y otra en Alemania, a los seis años. Dos culturas, dos idiomas, dos métodos de enseñanza diferentes. Es por eso que estoy particularmente interesado en la transición del niño de la casa a la escuela, porque puede ser un poco traumático. Espero que mis libros ayuden a hacer esta transición más fácil para los niños. Mis libros e historias están conectadas con el niño que hay en mí, y es ahí donde siempre comienzo. Espero que mis libros resulten entretenidos, interesantes, y dejen también algún aprendizaje.
¿Qué compone un buen libro?
Para mí, un buen álbum ilustrado debe estar bien diseñado. Respecto a los míos, mi objetivo es siempre simplificar y limpiar, ser lógico y armonioso.
Le ha dado a los niños libros geniales… pero ¿qué es lo que usted recibe de los niños?
Uno de mis libros, The Mixed-Up Chameleon (El camaleón camaleónico) surgió de los talleres que hice con los niños, y soy muy afortunado por recibir cartas y dibujos de pequeños lectores. El mayor halago para mí es cuando un niño dice sobre mis dibujos: «¡Oh, yo puedo hacer eso!».
¿Cuál es su animal favorito para dibujar?
Amo a todos los animales, e inherentemente ese amor viene de mi padre, pero sobre todo me encantan los gatos.
¿Cual es su postre favorito?
Me encantan la miel y el chocolate.
¿Y de música?
Soy un gran fan del jazz y la música clásica. Mozart es mi compositor favorito.
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