Fantasía y realidad: un recurso teatral y literario inagotable

Muchas veces, la novela rosa aparece moldeando la subjetividad de personajes que aparecen en otros tipos literarios. Es el caso de la protagonista de Trecientos millones, una de las obras de teatro más importantes de Roberto Arlt.

Por Rosario Proe
Soñé un sueño tiempo atrás, dónde la vida era distinta. Tenía el mundo a mis pies, mis sueños siempre alcanzaría” nos relata Víctor Hugo en Los miserables.
Y es que sí, los sueños, la realidad onírica, es una gran solucionadora de problemas a preguntas sin respuesta, a conflictos irresueltos, a muertes sin resolver.
El espacio imaginario y de los sueños abre ante nosotros un universo de posibilidades pero es a su vez también un arma de doble filo porque enfrenta al lector a un personaje distinto. Más bien no a uno sino a dos.
Y si bien sueños disparatados tenemos todos, pocos se animan a mostrarlos y compartirlos.
Cómo bien dije al principio, los sueños son grandes solucionadores de conflictos irresueltos. Asi eligió responder sus preguntas el dramaturgo argentino Roberto Arlt, nacido en Buenos Aires en Julio de 1942 en la obra 300 millones.
Arlt nos presenta la vida de una criada que vive dos realidades: la vida que lleva de servir y trabajar y la vida que lleva con sus amigos “imaginarios”;  el principal de ellos, Rocambole.
Esta criada le permitirá a Arlt resolver un enigma:  ¿Por qué aparece la muerte presentada en el prólogo?
Cómo esta obra hay otras tantas que han resuelto amores imposibles, locuras incomprensibles.
El mundo del teatro nos abre un abanico de enormes posibilidades que para ser comprendidas por el espectador deben contar con tres pilares fundamentales: libro, dirección e interpretación.
Cuando este tipo de historias son llevadas a escena deben estar acompañadas por distintos factores que puedan acompañar el traslado a cada realidad (luces, vestuario, dinámica escénica, etc).
Un caso similar a la obra de Arlt es NINE, donde Güido (el personaje que recrea a Fellini) vive su múltiple vida amorosa en dos realidades distintas y así va relatando su vida adulta y su juventud en paralelo.
Por último no hay que pasar por alto que el mundo imaginario nos permite hacer posible lo que la realidad no. Como el romance de Lucía y El galán o la interpretación de “On my own” de Eponine, una de las protagonistas de Los miserables en la versión óperística.
Sin embargo, si eligiésemos la vida real quizás sufriríamos un poco como Hazell Grace y Augustus Waters en Bajo la misma estrella, dónde la enfermedad toma las riendas de su amor y les prohíbe hasta soñar con un futuro juntos. A pesar de lo cual, como dice Hazell, logran abrazar su pequeño infinito.

Roberto Arlt Teatro - 300 Millones, La Isla Desierta Y Otros
Roberto Arlt 
Centauro Ediciones, 2013.

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