170 años de la muerte de Edgar Allan Poe

Ayer se cumplieron 170 años de la muerte de Edgar Allan Poe, el padre del relato policial de enigma. Se ha escrito mucho sobre su vida y su obra. Un abordaje interesante es el que hace Daniel Stashower, en su ensayo Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera. A lo largo de casi 400 páginas, se relata el crimen en el que se inspiró para escribir el cuento, la mezcla novedosa entre realidad y ficción, y se puntualiza en las posibles razones económicas que llevan a Poe a ofrecer a los editores un nuevo relato policial, al año de haber tenido éxito con El doble asesinatio de la rue Morgue, y al  elegir como tema un femicidio reciente y de gran repercusión mediática. Compartimos el fragmento del ensayo de Stashower que hace referencia al proyecto de publicación de El misterio de María Rogêt.



“Ninguna versión recoge cómo Poe recurrió al caso del asesinato de Mary Rogers como fuente de inspiración. Aunque debía recordar a la famosa cigarrera de sus días en Nueva York, se había visto obligado a seguir a distancia los detalles de la investigación. Sin embargo, la historia había despertado gran interés en Filadelfia, y el Saturday Evening Post había reimpreso casi todos los artículos   de James Gordon Benett en el Herald. El director del Post era Charles Peterson, que también trabajaba en el Graham’s y era quien había propiciado su salida al asumir sus funciones. En agosto de 1841, cuando la prensa neoyorquina se volcó por primera vez en el caso, Peterson había pedido un “análisis” del crimen desde las páginas del Post. No fue precisamente una propuesta muy novedosa en esos frenéticos días, pero el hecho de que Poe conociese personalmente a Peterson pudo sugerirle la idea. La muerte de Daniel Payne a finales de ese año debió volver a llamar su atención, en un momento en el que estaba estudiando Barnaby Rudge y prestando especial interés al funcionamiento del misterio. (…)
Posiblemente el suicidio de Payne se cruzara en un momento en que al autor lo sedujera especialmente la idea de escribir otra historia de crímenes, después de haber estudiado de un modo tan minucioso las obras de Dickens y Simms. O tal vez, como se ha sugerido varias veces, las “dificultades pecuniarias lo obligaran a tratar de repetir el éxito de Los asesinatos de la calle Morgue. Sea como fuere, lo que está claro es que el caso de Mary Rogers ocupaba toda su atención a los pocos días de su partida de Graham’s, en abril de 1842.
Dos meses después, el 4 de junio, Poe envió una carta   a Joseph Evans Snodgrass, el editor de Baltimore, con quien mantenía correspondencia amistosa. Hacía poco que Snodgrass se había convertido en director del Sunday Visiter, el periódico que había concedido cincuenta dólares de premio al Manuscrito hallado en una botella, casi diez años antes. Poe tenía esperanza de revivir esa relación. Escribió:

“Tengo una propuesta que hacerte. No sé si recordarás un cuento que publiqué hace cosa de un año en Graham’s, titulado Los asesinatos de la rue Morgue, que era todo un ejercicio de ingenio encaminado a descubrir a un asesino. Estoy a punto de concluir uno similar, que titularé El misterio de Marie Rogêt. Continuación de Los asesinatos de la rue Morgue, y que está basado en el asesinato real de Mary Cecilia Rogers, que tanto revuelo causó en Nueva York hace unos meses. He dado forma a mis propósitos de un modo totalmente novedoso. He imaginado una serie de coincidences casi exactas sucedidas en París. Una joven grisette llamada Marie Rogêt muere asesinada en circunstancias muy similares a las de Mary Rogers. Así, con la excusa de ver cómo esclarece Dupin el misterio del asesinato de Marie, hago un largo y riguroso análisis de la tragedia neoyorquina. No omito nada. Examino, una por una, las opiniones y argumentos de la prensa sobre el asunto, y demuestro que, hasta la fecha, nadie ha abordado verdaderamente la cuestión. La prensa ha seguido la pista errónea. De hecho, no sólo creo haber demostrado lo falaz de la idea más generalizada- que la joven fue víctima de una banda de rufianes- sino que he sugerido quien puede ser el asesino. NO obstante, mi principal objetivo, como sin duda comprenderás, es el análisis de los principios que deben regir una investigación en casos parecidos. Dupin razona todo el asunto”.

Pese al entusiasmo de Poe, la decisión de resucitar a Auguste Dupin para aquel nuevo cuento, probablemente obedeciera más a motivos comerciales que al interés por los principios de la investigación. Los asesinatos de la rue Morgue había cosechado tantos elogios el año anterior que sin dudas quería presentar el nuevo cuento más como una continuación que como una composición original para incrementar su valor y favorecer tal vez la publicación de una nueva antología de cuentos. Por otro lado, trasladar la acción al Paris de Dupin le permitiría apartarse de los rígidos hechos del caso, por mucho que insistiera en las “coincidencias casi exactas” de su historia. Si alguno de los detalles no coincidía exactamente con los de la tragedia neoyorquina, podía achacarlo al cambio de escenario.


Edgar Allan Poe y el misterio de la bella cigarrera.
Daniel Stashower.
Alba Editorial, 2010.

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