Los fuegos de Orc: el juego de la poesía y la técnica
La antología Los fuegos de Orc (mágicas
naranjas, 2016), compilada por Patricio Foglia y Marcelo Díaz,
construye una voz poética que dialoga con elementos propios de la
ciencia-ficción, creando escenarios que pasean al lector por distintas
experiencias. Las miradas de los distintos autores forman así un arco de
imágenes potentes que hacen uso de los recursos nacidos al interior de
la fantasía técnica.
Por Laura Verdile
Sobre los compiladores
Patricio Foglia Nació en Buenos Aires, en 1985. Publicó Temperley (En el aura del sauce, 2011), reeditado como plaquette en 2013 por Editorial Subpoesía; Lugano 1 y 2 (Viajero Insomne, 2014), La Escafandra (Mágicas Naranjas, 2015) y Tokio (Caleta Olivia, 2016) Coordina, junto con Tom Maver, el sitio de poesía Malón Malón.
Marcelo Díaz nació
en 1981 y es Licenciado en Letras. Obtuvo el Premio Bienal Arte Joven
Universidad Nacional del Litoral y publicó varios libros, entre los que
se encuentran La sombrilla de Wittgenstein (2007), El fin del realismo (Viajero Insomne, 2014), Bosque chico (Club Hem, 2015) y El astronauta, en co autoría con Lucas Aime (La Sofía Cartonera, 2015). Participó también en las antologías Es lo que hay (2009); Penúltimos: 33 poetas de Argentina (1965-1985) (UNAM, 2014) y 20 años agarrándose los dedos con la puerta (Llanto de mudo, 2015).
El juego de la poesía y la técnica
Hace
ya tiempo que los géneros literarios dejaron de ser considerados
categorías estancas para entrelazarse y dar lugar a creaciones
totalmente nuevas. La antología Los fuegos de Orc
(mágicas naranjas, 2016) sigue por este camino: cruza la poesía y la
ciencia ficción a través de una diversidad de miradas que confluyen en
lo que Patricio Foglia denomina en la contratapa como una constelación.
Con estilos y lenguajes variados, los poemas de este libro articulan elementos propios del sci-fi,
como el cielo, las estrellas, viajes galácticos y el desdoblamiento del
tiempo y el espacio. Estos recursos se plasman en la descripción de
escenas y paisajes, adentrándose en un terreno por momentos onírico, que
cruza experiencias y atraviesa las relaciones humanas. Así, pueden
leerse, por ejemplo, imágenes como las de Martín Maigua: “Un
dejarnos ir por la borda en plena caída hacia una nueva dimensión, sin
miedo a golpearnos con todo, y en el final cumplir con olvidarnos”.
Ya desde el título, Los fuegos de Orc
hace uso de una estrategia a la que muchos de sus poemas recurren: la
intertextualidad que permite tomar prestadas referencias de historias
con las que la ciencia ficción ha engrosado su repertorio a lo largo del
tiempo. De esta forma, se encuentran poemas como el de Javier Roldán,
que tiene como telón de fondo a Gravity, la producción cinematográfica de Alfonso Cuarón, estrenada en 2013: “Nos
veo a ambos/ con un fondo de millones de estrellas/ intentando reparar/
la nave espacial que nos llevó hasta allí/ hasta el punto exacto en el
que orbitamos”.
Si bien el
libro contiene una multiplicidad de tonos, los poemas conforman una
unidad sólida. La fantasía técnica hace contacto con una voz poética que
juega con los sentidos, desafiando las leyes físicas y construyendo
escenarios que parecen irreales, pero que en definitiva hablan de las
formas en que una sociedad se representa e interactúa con el mundo en el
que vive.
Fuente: laprimerapiedra.com.ar
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