La niña que iluminó la noche

Tratándose de LIJ y ciencia ficción no podía faltar la reseña de este clásico de Ray Bradbury, quien el sábado pasado habría cumplido 100 años. Una obra, que como bien reseña Débora Pert, ha sido leída por niños, jóvenes y adultos, y se sigue leyendo a través de los años.


Por Débora Pert* 

Este libro es ya un clásico en el campo de la literatura infantil. Fue publicado por primera vez en 1955 y editado y traducido por Ediciones de la Flor en el año 1972, con sucesivas reediciones, en una colección que rescata textos de autores conocidos por su obra para adultos, no infantil, como Umberto Eco, Clarice Lispector, Silvina Ocampo, Eugene Ionesco, Augusto Roa Bastos, Guy de Cars, Martha Mercader, entre otros.
 “La niña que iluminó la noche” (Switch on the night en idioma original), al igual que otros textos de Ray Bradbury, inquiere en los conflictos y los miedos más profundos del ser humano: el temor a la oscuridad, a la noche, que representa el miedo a la desprotección, a la soledad o a la muerte. 
Un niño le teme a la noche: sólo se siente seguro encendiendo objetos que la iluminan: lámparas, antorchas, faroles, velas… Pero también sabe que hay algo más afuera, que por ahora se le escapa, que no es capaz de descubrir y de disfrutar como lo hacen los otros niños.
Hasta que algo le sucede y puede empezar a darse cuenta de que en el interior de la noche se esconden maravillosos secretos, mundos alternativos, partes de la vida y de la naturaleza que sólo pueden existir si está oscuro, como la luna o las estrellas, como los grillos y la intimidad. 
Es un texto escrito en un lenguaje poético, con un juego de repeticiones y acumulación de oraciones breves que le dan una cadencia musical.
Las ilustraciones del rionegrino Juan Marchesi abren puertas para descubrir nuevos sentidos, son rupturistas, desconcertantes. 
La niña que iluminó la noche es un libro para disfrutar, para leer y mirar una y otra vez, de día o de noche, a la luz de una lámpara o de una vela y después (con los ojos abiertos o cerrados) atreverse a penetrar en los misterios de la oscuridad. Y para que se deleite también ese niño que siempre nos acompaña en un rincón de nuestro corazón.
El autor: Ray Douglas Bradbury nació el 22 de agosto de 1920 en Waukegan, Illinois. De pequeño su tía le leía a Poe y todos los 31 de octubre la acompañaba en los rituales de la noche de brujas.
 Cuando tenía once años, empezó a escribir sus primeras historias. En 1934 la familia se radicó en Los Ángeles. No pudo asistir a la universidad y se convirtió en autodidacta frecuentando bibliotecas y sosteniéndose como vendedor callejero de periódicos.
Su primer publicación paga fue Pendulum (1941) y con The Lake (1942) muestra el perfil que lo haría famoso. En 1943 se dedica de lleno a la literatura. The Big Black and White Game (1945) es elegida como la mejor historia breve en EEUU.
En 1947 se casa con Marguerite “Maggie” McClure (del matrimonio nacerán cuatro hijas) y publica Dark Carnival (1947) primera recopilación de historias cortas. El reconocimiento internacional llega con The Martian Chronicles (1950) donde narra la conquista del planeta rojo.
En su obra alude a temas recurrentes: el racismo, la xenofobia, el peligro del armamentismo y el desarrollo tecnológico, la nostalgia por la vida sencilla y el terror a la muerte. Incursionó en la poesía, el teatro y el ensayo. Frecuentó la narrativa realista. La impronta de toda su obra es el tono poético de las imágenes y metáforas.
Se suceden The Illustrated Man (1951), la célebre novela Farenheit 451 (1953), publicada mediante entregas en Playboy, The October Country (Cuentos, 1955), Dandelion Wine (Novela, 1957), Sun and Shadow (Novela, 1957), A Medicine for Melancholy (Cuentos 1960), Something Wicked This Way Comes (Novela, 1962), y muchos otros.
Llegó al cine y la televisión (Alfred  Hitchcock Presenta, Dimensión Desconocida, Cuentos del Futuro); ha sido guionista de películas clásicas de aventuras (Moby Dick, 1956) y ciencia ficción (It come from outer space, 1953), y libretista de series fantásticas (The twilight zone y su propia serie: The Ray Bradbury Theatre, en 1985).
Recibió decenas de distinciones, incluidas el Grand Master Nebula Award (1988), un Emmy por el guión televisivo de The Halloween Tree y la nominación para el Oscar por su película animada Icarus Montgolfier Wright sobre la historia de la aviación.
Falleció el 5 de junio de 2012 en Los Angeles, EEUU.
En su honor, un cráter lunar ha sido bautizado con el nombre de Dandelion, por su novela, y con su propio apellido, un asteroide que vagabundea por el espacio (9766 Bradbury).
El ilustrador: Juan Carlos Marchesi nació en la Ciudad de Buenos Aires en 1943. Es dibujante, ilustrador, escenográfo y docente de arte, egresado de la Escuela de Bellas Artes ‘Manuel Belgrano’ y del Instituto Universitario Prilidiano Pueyrredón. Tras vivir unos años en Bariloche y El Bolsón, se radicó finalmente en Viedma donde vide hace más de treinta años. En su extensa trayectoria, recibió importantes premios. En 2010 se jubiló de la docencia oficial en la Escuela de Artes Alcides Biagetti de Carmen de Patagones.
Como ilustrador, realizó una treintena de trabajos para Ediciones de La Flor, Colihue, Fausto y El Ateneo. Ilustró obras de Ray Bradbury, Silvina Ocampo, Umberto Eco, Eugene Ionesco, Augusto Roa Bastos, Fernando Alegría, Michel Butor, Griselda Gambaro, Walmir Ayala, Ariel Dorfman, Italo Calvino y Elsa Bornemann, entre otros. En la Comarca Viedma-Patagones, realizó ilustraciones para obras de María Cristina Casadei y de Nancy Page.
* Débora Pert es narradora de cuentos. Coordinadora del Sector Infantil y Juvenil en la Biblioteca Popular Sudestada. Coordinadora del Rincón de Libros en la ONG Leamos un Libro. Escribió “El ovillo de Ariadna”, publicado por la Editorial Muchas Nueces. 


La niña que iluminó la noche
Ray Bradbury
Ilustrado por Juan Marchesi
Ediciones De la Flor, 1974.

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