Lo único del mundo
Vamos terminando el mes dedicado a la Ciencia Ficción en la LIJ, en el Laboratorio de Análisis y producción de LIJ. Hoy les compartimos esta reseña de una novela de Ricardo Mariño*, reeditada recientemente por Loqueleo. Dan ganas de releerla.
Por Olga Kennedy**
Buenos Aires del futuro. Robots capaces de reproducirse y reemplazar casi por completo las tareas de los hombres que, aburridos de no hacer nada, se ocupan de viajes intergalácticos, la modificación genética de sus cuerpos o el congelamiento por años para volver a vivir en tiempos venideros o escapar de una realidad de depresiones. Las ciudades tienen dueño o administradores que, pese a ser elegidos democráticamente, promueven discriminaciones por el tono de la piel de las personas o por su condición social. En esta realidad viven personajes como Gunta: un niño de catorce años que, tras la muerte de su madre, ingresa a un siniestro instituto de menores, es dejado allí por el padre, quien, deprimido, ha decidido congelarse durante veinte años, con sólo tres posibilidades de descongelarlo parcialmente, a requerimiento del hijo por alguna urgencia y que son agotadas por Gunta ese mismo día, desesperado por recuperar su libertad. Buk Ferraguto: un taxista a cargo de una de las naves más antiguas. Odia a los robots y es una de las pocas personas de la ciudad que no se ha modificado e incluso sigue trabajando (la mayoría de los taxis son manejados por autómatas). Psíquica: es una joven de 17 años, de piel oscura, empleada en la misma agencia de taxis que Buk. Es algo diferente, con ciertos poderes, como la telequinesis y otros. El día de la cita con su compañero de trabajo un hecho retrasará el encuentro, en un principio, debido a la extraña relación del taxista y una robot con su pequeño hijo: “Azúcar”, del cual se siente responsable. Las vidas de Gunta y el chofer se cruzan por primera vez en el viaje del muchacho y su padre al Centro de Congelamiento. La nave, manejada por Buk lo lleva luego de regreso al instituto de lenguas intergalácticas, a cargo de su despreciable director al que llaman “Invertebrado”. Sus intentos de fuga le traen una serie de castigos y situaciones de peleas con los otros internos, alentadas por la Dirección. Ya en su cuarto, agobiado e impotente, descubre un número de IP (especie de celular inteligente de la época) anotado en la pared del placard y decide contactarse con su dueño/a. Así conoce a Nadine, una chica de su misma edad. Sus charlas son lo único bueno que le pasa por esos días y tanto ella como Buk se convertirán en inesperados aliados del solitario adolescente.
La novela está narrada con matices de humor e ironía, trata de temas importantes y actuales, como la soledad, la amistad y las desigualdades sociales. ¿Una de “ciencia Ficción” o una metáfora del presente?
*Ricardo Mariño: escritor, periodista y guionista argentino, principalmente reconocido por sus cuentos para niños. Nacido en Chivilcoy, provincia de Buenos Aires, el 4 de agosto de 1956. Por su trabajo obtuvo varios premios, incluyendo el Casa de Las Américas del año 1988 por Cuentos Ridículos y el Konex 1994 y 2004 en reconocimiento a su trabajo en la Literatura Infantil. Algunas de sus obras son: El sapo más lindo del mundo, Botella al mar, Ojos Amarillos, La noche de los muertos. Participó con sus cuentos de revistas como Billiken y Genios.
** Olga Kennedy participa desde hace años del taller literario coordinado por la Prof. Ana Tripi en la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre de caseros, Prov. de Buenos Aires donde integró la C. D. de la biblioteca.
Participó con sus escritos de tres antologías publicadas por el taller y una de sus obras fue seleccionada por ACATREF para formar parte de un libro homenaje a Ernesto Sábato en 2014. También formó parte de otras tres antologías auspiciadas por la Municipalidad de Tres de Febrero.
Lo único del mundo
Ricardo Mariño
Loqueleo, 2016.
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