Lectura en alta mar

Martín Cuesta es agente de viajes y nos invita a conocer y disfrutar de la biblioteca del Queen Victoria, el barco de la empresa Cunard. Como para la mayoría ya en circunstancias normales es muy difícil hacer un viaje de estas características, Martín nos acerca una visita guiada y los detalles de una experiencia de lectura 6 estrellas.


Por Martín Cuesta*

Los cruceros representan una de las actividades turísticas más definidas, son verdaderas ciudades flotantes que surcan los mares y ríos permitiendo a los turistas que los habitan conocer diferentes destinos en un solo recorrido con la comodidad de no hacer las valijas y cambiar de hotel en cada trayecto. Son hoteles flotantes que dependiendo de la ruta, infraestructura, tamaño y capacidad de servicio, serán catalogados como fluviales, marítimos, estándar o de lujo. Recorren el mundo entero y, por supuesto, muchos pasan por Buenos Aires. 
Como agente de viajes cada tanto recibo invitaciones para visitar alguno de estos barcos que llegan a nuestra ciudad y así conocer y evaluar su propuesta y calidad de servicio. Así fue como en el mes de febrero, invitado por la cadena Cunard, llegue junto a un grupo de colegas a la terminal de cruceros Benito Quinquela Martin para conocer una de sus naves emblemáticas, el famoso crucero de lujo Queen Victoria. El barco llegaba al puerto de Buenos Aires como parte de su itinerario iniciado en Gran Bretaña algunas semanas atrás y habiendo cruzado el Atlántico, visitando varios países de nuestro continente en su recorrido previo. El día se iniciaba a pleno sol anticipando que nos acompañaría en esta fantástica experiencia toda la tarde. La llegada al puerto, el encuentro con el grupo y los representantes del barco, los trámites de rigor en migraciones para poder ingresar al puerto, la acreditación para acceder al barco (imponente allí anclado) no hacían más que dilatar nuestra ansiedad por conocer este tesoro: el Queen Victoria es un crucero de 6 estrellas construido en el año 2007 que forma parte de la flota de la naviera Cunard junto a otros dos barcos similares como el Queen Elizabeth y el Queen Mary 2. Al ingresar lo primero que me llamó la atención fue su ambientación elegante y distinguida que rápidamente me llevó a recordar la época dorada de los cruceros de principios de siglo XX; imposible no recordar el Titanic, uno de sus mayores referentes. Ambos barcos comparten rasgos comunes en su decoración y estilo y se inauguraron en el puerto de Southampton.
El recorrido nos llevó por las principales áreas comunes internas y externas, en distintas cubiertas visitamos salones, bares, restaurantes, el teatro Royal Court que tiene una palco exclusivo para la Reina de Inglaterra, piscinas, etc. Pero lo que más me sorprendió y llamó mi atención fue la biblioteca del barco, una verdadera biblioteca flotante e itinerante como seguramente existen muy pocas en el mundo. Su decoración y mobiliario tan moderno y elegante -en perfecta armonía con el resto del barco- alberga más de 6000 títulos en sus dos pisos revestidos de pasillos y enormes estantes. Allí el silencio y la quietud contrastan con el bullicio de otros sectores y rápidamente predisponen al turista, ávido o no de lectura, a buscar algún libro que lo acompañe en su aventura marítima. El tamaño de la biblioteca realmente es imponente, llama la atención porque no es común en los cruceros que si bien dedican algún espacio de lectura nunca se destaca tanto como en éste. Como bien dicen sus anfitriones, la biblioteca del  MS Queen Victoria es única. En ella hay espacios destinados para la lectura silenciosa con grandes ventanales que completan el deleite con los paisajes que propone el recorrido. La iluminación, los techos de vitraux y los amplios sillones nos invitan a la contemplación por fuera de cualquier lectura.
Una bellísima escalera caracol vincula internamente los dos niveles y cada uno tiene su ingreso directo desde las cubiertas que ocupa. Todos los géneros literarios están disponibles, nadie podrá quedar desilusionado en la búsqueda. Hay libros en varios idiomas, inglés en su mayoría pero también en español, chino, alemán, italiano, francés, entre muchos otros. La organización es perfecta, cada género e idioma en su espacio con todas las indicaciones visibles para poder agilizar la búsqueda y además cuenta –como toda buena biblioteca- con una persona referente encargada de asesorar a cada turista en su búsqueda y acompañarlo en que ese acto tan íntimo  -el de encontrar el libro indicado- se materialice agregando un plus de placer a su viaje.
Mi sorpresa fue aún mayor cuando descubrí el sector dedicado a los libros y guías de turismo que por obvios intereses siempre acaparan mi atención. Ediciones prestigiosas de las principales regiones y destinos turísticos del mundo en varios idiomas, una gran colección para que los y las turistas encuentren allí la información necesaria para su próximo destino: ese que les hará parecer que el mundo es más pequeño y accesible, en el que descubrirán nuevas culturas y paisajes, nuevos sonidos y colores. Lo mismo que contiene y protege esta fascinante biblioteca que no podría estar más a tono con el espíritu de sus viajes.

Antes de continuar el recorrido, pude conversar un momento con la bibliotecaria quien se encontraba asesorando a los huéspedes y organizando los libros. La pulcritud del lugar confirmaba sus comentarios sobre el orden y la limpieza de los ejemplares que diariamente son revisados y guardados para que siempre puedan estar al alcance de los lectores en perfectas condiciones. La conservación de los libros refleja la gran dedicación y el cuidado minucioso de cada detalle que caracterizan el servicio a bordo, una constante que seguiré viendo a lo largo de mi recorrido por otros lugares del barco. Pero eso quedara pendiente para otro relato.

*Martín Cuesta es Técnico Superior en Turismo y Licenciado en Hotelería y Turismo de la Universidad de Quilmes. Su lugar en el mundo se encuentra cerca del sol y del mar. En el mientras tanto, viaja y le encanta compartir sus descubrimientos con amigos y colegas.

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