Por qué es tan triste despertar
En este policial de Nerio Tello, los recuerdos y la esperanza del amor se entrelazan para lograr una interesante pieza de suspenso.
Por Laura Ávila
En algún momento de la década del 90, Ramiro, el protagonista, decide viajar a Mar del Plata. Obedece a un impulso repentino. No va a tener problemas en su trabajo: es periodista y maneja sus tiempos. Pero se olvidó que su hija de cinco años tenía turno con el dentista. Le tocaba llevarla a él. Su ex mujer, Norma, no se lo va a dejar pasar.
Ramiro hace un alto en una estación de servicio de la Ruta 2. Allí conoce a una chica que lo encandila: Alexia.
A partir de esas dos mujeres que despiertan su deseo –una desde el presente, la otra desde sus recuerdos- se va dibujando, paso a paso, un enigma a resolver.
Nerio Tello es escritor, dramaturgo, periodista y editor. Además se dedica a la docencia y a la investigación de nuestro folklore. Riojano de nacimiento, ha vivido y escrito por todo el país. En “Por qué es tan triste despertar” (Espacio Hudson, 2019), experimenta un policial negro revirtiendo uno de sus espacios característicos, el mundo urbano, trasladando el relato a la pampa profunda.
Entre líneas, casi en off, hay un misterio familiar. Una situación de violencia callada y omitida. También hay testigos que no quieren hablar. Colonia Santa Rita, un pueblo muy chico, esconde un infierno profundo, una trampa.
Tello escribe con pluma ágil y entretenida. Su personaje principal, un Ramiro cuarentón y dudoso de sus propias capacidades, se emparenta con los perdedores de las novelas de Chandler.
El texto tiene una línea vintage, que sucede en un tiempo anterior, sin celulares, con teléfonos públicos y grabadores para periodistas. Está muy bien trabajado ese pasado, en contraste con el presente gris.
Hay un quiebre temporal, dos momentos distintos que se desenvuelven y se brindan información. Tello construye en esos cruces la delicada trama del suspenso, con indicios más que con certezas.
Momentos de humor, de cierto cinismo y de melancolía, constituyen los mejores pasajes del libro. Ramiro, que retrocede sobre sus pasos -analizando sus errores en la vida y en el amor-, avanza sin embargo, con una especie de lealtad enamorada (y hace avanzar el relato), hacia el destino que lo espera.
El hallazgo del autor, instalado en un género en donde parece estar todo dicho, es narrar un crimen que se termina de perpetrar muchos años más tarde de su movimiento inicial. Los ajustes de cuentas se hacen carne en el futuro. Hay un legado de odio que atraviesa generaciones.
La historia se ensombrece. En el tiempo presente de la novela, todo lo que sucedió tiene el valor de lo efímero, de la vida que va pasando mientras todos los intentos de felicidad fracasan.
Nerio Tello
Ediciones Espacio Hudson, 2019.
Comentarios
Publicar un comentario