El hombrecito de la lluvia

Compartimos una nueva reseña sobre la obra de Gianni Rodari, autor al que dedicamos el mes en el Laboratorio de Análisis y Producción de LIJ. En esta oportunidad, El hombrecito de la lluvia, con ilustraciones de Nicoletta Costa y editado por Loqueleo. Como bonus track, la autora seleccionó algunas de las imperdibles frases de Rodari, que reflejan su ideario.


Por Olga Kennedy*


De forma poética e imaginativa, Rodari cuenta a los niños la historia de “El Hombrecito de la lluvia”, que vive en el cielo, saltando muy liviano de una nube a otra, porque allí está su hogar, y tiene la maravillosa tarea de abrir y cerrar los numerosos grifos para dejar caer el agua sobre la tierra. Tan atareado anda todo el día que a veces se cansa, y entonces las cosas no salen tan bien…

El hombrecito de la lluvia es un pequeño libro álbum ilustrado, con dibujos a doble página en estilo naif y una paleta de colores que ayudan a contar los efectos del agua en la tierra y la importancia de cuidarla. Texto e ilustraciones son la alquimia perfecta para adentrarnos con ternura y humor al mundo de la imaginación. La historia es atemporal e infinita e invita a contar una y otra vez. El texto en mayúscula de imprenta es amigable para primeros lectores. Es un viaje por las nubes, la fantasía y la búsqueda de la respuesta a: ¿quién se encarga de la lluvia?


Mucho se escribirá sobre la biografía de Gianni Rodari durante todo el mes, al cumplirse cien años de su nacimiento, por eso, para conocerlo a través de su pensamiento, les dejo alguna de sus frases sobre la infancia, la lectura, el trato hacia los niños, la educación, etc., dignas de leerlas y atesorarlas:

  • ¿Merece la pena que un niño aprenda llorando lo que puede aprender riendo?

  • Quisiera que todos leyeran, no para volverse literatos o poetas, sino para que nadie sea esclavo.

  • ¿Cuánto pesa una lágrima? Depende: la lágrima de un niño caprichoso pesa menos que el viento, la lágrima de un niño hambriento pesa más que la tierra.

  • Los errores son necesarios, útiles como el pan, y a menudo hermosos: por ejemplo, la torre de Pisa.

  • La fantasía no es un lobo malo al cual hay que tener miedo, ni un delito que haya que vigilar constantemente, sino un mundo extraordinariamente rico y marginado de una forma estúpida.

  • Si queremos enseñar a pensar, debemos antes enseñar a inventar.

  • Para una literatura infantil que no caiga sobre los niños como un peso externo o como una tarea aburrida, sino que salga de ellos, viva con ellos, para ayudarlos a crecer y vivir más arriba, tendríamos que conseguir relacionar íntimamente estos tres sustantivos: imaginación-juego-libro.


* Olga Kennedy participa desde hace años del taller literario coordinado por la Prof. Ana Tripi  en la Biblioteca Popular Bartolomé Mitre de caseros, Prov. de Buenos Aires donde integró  la C. D. de la biblioteca.

Participó con sus escritos de tres antologías publicadas por el taller  y una de sus obras fue seleccionada por ACATREF para formar parte de un libro homenaje a Ernesto Sábato en 2014. También formó parte de otras tres antologías auspiciadas por la Municipalidad de Tres de Febrero.                 


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