¡In bocca al lupo! Sobre “Confundiendo Historias” de Gianni Rodari

Compartimos una reseña acerca de Gianni Rodari y su obra, una que toca de cerca un clásico de clásicos de la literatura infantil de todos los tiempos: Caperucita Roja. También Rodari festejó la historia inmortal de la niña y el lobo, así que en este mes que hemos dedicado a celebrar su obra literaria y didáctica, su militancia en pos de la lectura para todos, y la libertad para leer, viene muy a cuento recordarla.

Confundiendo historias
Gianni Rodari y Alessandro Sanna
Kalandraka, 2004.

“No se tiene porqué decir lo que Caperucita va a hacer ni cómo será su futuro. Gracias a su experiencia, podrá decidirlo ella sola”.

Bruno Bettelheim. 



Por Laura Inés Gutman*


Es curioso que una expresión que significa “En la boca del lobo” en italiano, desee buena suerte. Una de las interpretaciones de esta frase es el deseo de que alguien esté seguro y protegido, como la loba cuidó y amamantó a Rómulo y Remo (leyenda romana sobre los fundadores de la ciudad de Roma) o como la loba protege a sus cachorros manteniéndolos en su boca. Si a esta expresión responde un italiano “¡Crepi il lupo!”  lo que significa “muere el lobo”, esta vez la expresión hace referencia a la peligrosidad de encontrarse con un lobo y viene de la época de los pastores, para quienes el lobo representaba una amenaza.  La respuesta “Muere el lobo” es, dentro de la tradición, contestar con optimismo que podrás alcanzar lo que deseas y que podrás con esa amenaza.


La leyenda de La niña y los lobeznos, la versión escrita más antigua, es un poema medieval latino “La niña salvada por los lobos”. En esta primera versión los lobos no se comen a la niña protegida por la túnica roja que le regaló su padrino el día de su bautismo. Más tarde circula entre los campesinos franceses una versión sangrienta de este relato como “Cuento de la abuela” (Conte de la mère-grand), pero finalmente la joven consigue engañar al lobo y escapar.


Perrault rescata la leyenda oral y escribe un best-seller para la corte francesa con cierta dosis de erotismo y de sangre suficiente como para entretener y alertar a las cortesanas sobre los peligros que corre una joven campesina cuando se adentra en el bosque, muy lejos de la villa real. Al final de esta versión Le Petit Chaperon rouge, «La Caperucita Roja» es devorada por el lobo en cuestión.


Casi 120 años después los Hermanos Grimm rescatan la historia otorgándole por fin a Caperucita Roja (Rotkäppchen) una doble venganza al mejor estilo “Carrie”, de Stephen King, en los “Cuentos de la infancia y del hogar (Kinder- und Hausmärchen).


“La finta nonna”, la falsa abuela, es la versión popular del cuento italiano recogido por Italo Calvino en Cuentos populares italianos. Calvino escogió, entre un cúmulo de narraciones recopiladas durante casi dos siglos, las versiones más bellas y originales y las tradujo al italiano a partir de los dialectos en que habían sido compiladas. Según el autor “No era por fidelidad a una tradición étnica ni por nostalgia de las lecturas infantiles, sino por interés estilístico y estructural, por la economía, el ritmo, la lógica esencial con que son narrados.»


Dice Carlos Silveyra en su ensayo para ALIJA “Cuando Caperucita Roja echó a andar”:

“Caperucita Roja” es un cuento muy interesante para abordar por múltiples razones: Tal vez sea el cuento más difundido en todo el mundo. Hay versiones asiáticas y africanas además de las europeas. En los últimos tiempos se ha prestado para versiones en libro álbum, historietas, cortos cinematográficos, silent books, etc., que expresan nuevas problemáticas, en especial vinculadas con cuestiones de género. Hay adecuaciones, por supuesto, a las diferentes geografías y culturas populares. Por ejemplo, no es un lobo en África sino un león, en Taiwán es un tigre o una tigresa, etc. También en alguna versión oriental la antagonista es una ogresa.”


En el libro ilustrado “Confundiendo historias” Gianni Rodari nos entrega una versión bastante desopilante de Caperucita Roja mediante el recurso de la introducción del cuento dentro de otro cuento. En la historia de Rodari una niña quiere imperiosamente escucharlo en su versión original mientras que su abuelo se lo relata confundiendo todos los tópicos del cuento: el color de la capa, el trayecto que tiene que hacer Caperucita, con quienes se encuentra, y el encuentro con el lobo.


No sabemos si lo hace de manera accidental o deliberada, lo cierto es que la niña en cuestión desiste por fin de corregir al abuelo y nos ofrece un final distinto. 


Cumplen un rol importante las ilustraciones de Alessandro Sanna. El ilustrador nació en Verona, Italia, en 1975. Estudió pintura y se formó en Artes Gráficas y Comunicación Visual en la Academia de Bellas Artes de Bologna. Recibió varios premios importantes, como el Andersen al Mejor Libro en 2006, y al mejor ilustrador en 2009.


Las ilustraciones logran configurarse como parte intrínseca del relato, dándole identidad a los personajes, y también, de manera sutil y simbólica unir el relato oral primitivo con ciertos signos que lo ubican en el presente. 


Por medio de las ilustraciones se logra incorporar de manera imaginaria pero muy clara que el personaje central, la niña, es a la vez la que escucha el cuento y la misma Caperucita. Este proceso de identificación que es el que le permite a la niña “meterse” dentro de la historia, se transforma a su vez en un recurso narrativo.


Gianni Rodari le dedica un capítulo a este tema en su libro “Gramática de la fantasía”, indispensable en la biblioteca de quien desee abordar la literatura infantil y juvenil con una mirada crítica y una puesta en valor que le permita abordar los tópicos narrativos con humor, inteligencia e imaginación.


En el capítulo “Vamos a confundir los cuentos” se detiene en el cuento de Caperucita Roja para ofrecernos su perspectiva sobre las intervenciones al cuento tradicional para concluir en que “Los niños no estarán jugando con Caperucita Roja, sino con ellos mismos, sintiendo el desafío de enfrentarse a la libertad, sin miedo, asumiendo arriesgadas responsabilidades.”


Para concluir, parece válido reconocer que en este momento en que repensamos a las infancias con nuevas responsabilidades sobre el valor y el significado del lenguaje queda claro que la niña ingenua que le prestó su atuendo a un ejército de mujeres silenciosas en “El cuento de la criada” tiene todavía mucho para contar. 


* Laura Inés Gutman, Intérprete titiritera y de música popular. Licenciada por la UNA en Artes del Movimiento. Egresada del Teatro Colón en Regiè y de la Escuela de titiriteros del Teatro San Martín. Docente universitaria en la Licenciatura en Musicoterapia UBA. 


Comentarios

  1. Me encantó mucho es realmente muy interesante realmente otra mirada que me atrajo mucho mí atención ,,muy bueno

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