Hechos de libros


La docente María Trombetta nos habla de su experiencia en el diseño de actividades de animación a la lectura en las bibliotecas comunitarias y los espacios de lectura y de la particular importancia que tiene la selección de los textos que se van a leer.

La Cuentería Respetuosa




Por María Trombetta


Pensar una actividad de animación a la lectura implica encontrar un punto de encuentro: ese lugar en donde, a partir de una lectura compartida, se ponen en juego aquellas cosas que tienen en común animados y animadores: donde se reúnen sensibilidades, recuerdos, se conectan historias, se mueve el interés. Por eso, parte fundamental del diseño de una actividad de esas características es la selección del texto a leer: más que elegirlo con el único criterio del hipotético interés del futuro lector, es importante que la lectura elegida conmueva, sobre todo, al mediador, que pueda encontrarse a sí mismo en ella antes de invitar a otros a que se asomen a buscar sus propios reflejos. 
 
La Colección Robin Hood como eje disparador de las actividades de práctica en bibliotecas comunitarias que realizarían las participantes de la Capacitación en Animación a la lectura abrió una primera puerta en ese sentido: en cada una de ellas surgieron recuerdos de momentos especiales vividos con uno de esos libros amarillos, mediados por familiares amorosos leyendo para aliviar alguna pena, junto a hijos pequeños escuchando aventuras que antes habían acompañado a sus padres y madres y ahora los acompañaban a ellos, de cajones olvidados en la casa de algún familiar mayor en donde seguramente estarían esos libros atesorados en la infancia (y claro que estaban ahí), de lamentos por haberlos perdido en alguna mudanza. Se comprobó rápidamente que todas quienes estaban allí, compartiendo la aventura de pensar formas novedosas para invitar a otros y otras a leer, tenían algún lazo que las unía con esos libros.

Fue entonces que una compañera aportó un bello libro álbum que sintetizó esa sensación grupal: Una niña hecha de libros, de Oliver Jeffers y Sam Winston, que relata el viaje de una niña a través del mundo de las historias por medio de la interacción del texto y lo visual. La protagonista navega por un mar hecho, literalmente, con palabras de los cuentos y novelas más conocidos, escala montañas de frases, se esconde entre los troncos de un bosque hecho con lomos de libros. El viaje conduce a la niña al descubrimiento de la llave que la llevará a todos lados, y que por supuesto viene de las historias: la imaginación.

El libro álbum fue, entonces, la inspiración para las actividades diseñadas, aunque no en todas estuvo presente físicamente. Y ahí fueron las animadoras – mediadoras, a llevar historias e imaginación a diferentes públicos de bibliotecas comunitarias.

El primer grupo desembarcó en el CPI “Años felices”, del barrio de Once. Cuarenta nenes y nenas de las salas de 4 años escucharon embelesados el cuento “Murrungato del zapato” de María Elena Walsh (otro viaje, más imaginación) apoyado en un teatro kamishibai con hermosas ilustraciones realizadas por una de las participantes, artista plástica. Terminaron cantando todos juntos una canción sobre el viaje del gatito, y creando su propio títere gatuno para recordar el encuentro.

Unos días después los y las adultas mayores de la Biblioteca “Memoria con yapa” del CSM Ameghino recordaron las historias de la Colección Robin Hood junto a otro grupo de mediadoras. Un fragmento de Corazón, de Edmundo De Amicis, inició un viaje en el tiempo, hacia los recuerdos de infancia y las personas significativas que compartieron lecturas con cada uno de los y las asistentes.  Luego llegó el momento de recordar refranes, con un juego de naipes diseñado especialmente para la ocasión: después de la primera ronda, buscaron todos juntos nuevas formas de jugar. El mazo de naipes quedó en la biblioteca para otros usuarios y usuarias.

Otro viaje llevó a las animadoras de lectura al CAF Mitre, en Villa Lugano. Allí, un entusiasta y numeroso grupo de niños y niñas en edad escolar, compartió la lectura de Una niña hecha de libros. Las mediadoras que coordinaban la actividad llevaron varios ejemplares que circularon entre todos, y permitieron a los y las participantes descubrir detalles casi imperceptibles en cada imagen, como solamente pueden hacerlo los niños. Luego, la actividad: cientos de frases sacadas de cuentos, de novelas, de poemas, impresas y mezcladas les sirvieron a los grupos que se formaron para crear nuevos relatos combinándolas. Las frases se pegaban en afiches que recreaban las formas de los lugares que había visitado la niña del cuento.

Los libros que leemos se atesoran en nosotros tomando distintas formas. Los libros de la Colección Robin Hood volvieron en las actividades diseñadas en la Capacitación en Animación a la lectura para encontrarse con nuevas y viejas historias de los asistentes a las bibliotecas y convertirse en algo nuevo: un recuerdo, una canción, un juego, muchos nuevos lectores.


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