"Es un libro para llorar y eso"

María Trombetta les pidió a algunos de sus alumnos que recomendaran libros que los hubieran conmovido. Compartimos esas recomendaciones, para acompañar el festejo del Día del Estudiante.


Se había cortado la luz en mi casa durante muchos días cuando decidí encarar este pequeño libro de lectura rápida.  Los primeros capítulos los leí con bastante claridad hasta que llegué a una frase que desfiguró mi cara y me hizo llorar como un nene desconsolado. Fue una angustia mezclada con cariño y dulzura, tan inconmensurable que mi frialdad hacia el libro se rompió como un cristal y esparció los pequeños pedazos para que no pudiera imponer un muro otra vez. El libro llenó de vida mis impulsos, mis lazos, mi forma de tratarme y de tratar a otros. La historia sobre un muchacho alejado de su familia ante una enfermedad, y de su hermano menor, visitándolo a él y a su perro, escuchando discos que tal vez nuestros padres escucharon. Leer este libro puede crear más de un efecto adverso: llorar hasta dejar nuestra alma vacía de dolor o caminar hacia adelante y pegarle un llamado a esa persona que amamos y, por razones inherentes a nosotros, nos cuesta pronunciar una sola palabra. O bien llevarle este pequeño tesoro, y abrazarlo fuerte. Vos decidís que hacer.
Los ojos del perro siberiano, de Antonio Santa Ana - Agustín, 18 años.


Se encuentra entre mis libros favoritos, narrado por una niña judía que vivió en carne propia el horror nazi. El 12 de junio de 1942, como regalo de cumpleaños, recibió un diario de tapas rojas, que se convertiría en su mejor amiga y la confidente de sus pensamientos durante los próximos años. Al ser hechos reales y estar escritos por Ana, se pueden apreciar los cambios que surgen en ella entre sus 13 y 15 años, algunos tan comunes como la soledad, disfrutar con los padres, enamoramientos, y otros no tan cotidianos, como el esconderse ante una persecución, y el exterminio étnico y religioso. Sin embargo, su escritura es clara y conmueve al lector. Personalmente, este libro cambió mi mirada ante la vida, el mundo y la gente: también cambié yo, comprendiendo, a la edad de 11 años, que no todo en la vida es “color de rosa”, pero mientras veamos el lado positivo y no nos dejemos derrumbar por las circunstancias, podremos reunir fuerzas de nuestro interior para que aumenten las esperanzas. Ana también me animó a expresarme sin temor al qué dirán. Es por esto que recomiendo este libro, el cual tiene la habilidad (como muchos) de hacer que nos replanteemos cosas en nuestra vida para tener una nueva visión de nosotros mismos.
El diario” de Ana Frank - María Eva, 14 años.


Este libro se relaciona con el terror, el misterio y la amistad. En él se encuentran seis historias diferentes, todas relacionadas con el mismo colegio, en el cual ocurren distintas situaciones sobrenaturales (conocidas sólo por el director), por ejemplo: un cuarto que te hace envejecer, o convertirte en un niño de nuevo, una melodía en el piano que al ser tocada puede detener el tiempo, un zombie que se encuentra en el laboratorio del colegio, y más. Me entretuvo bastante leerlo y me gustan mucho las ilustraciones y la portada.
Colegio maldito, de Gabriel Korenfeld, ilustrado por Federico Combi - Maximiliano, 14 años.


El autor es un novelista impresionante (autor de American Gods, Good Omens, Coraline, entre otros) y este libro en particular es fácil de leer, juega mucho con la cuestión mitológica (por fuera de la clásica literatura grecorromana), pero con una vuelta de tuerca moderna. Sus personajes te atrapan fácilmente, la trama está fragmentada, pero al final encuentra la forma de unirse, tiene esta mezcla entre una historia de drama familiar y magia que para mí lo hacen un libro único y muy disfrutable. Recomendable para todas las edades, especialmente adolescentes y jóvenes adultos. Como aracnofóbica pude disfrutarlo, a pesar de algunas escenas angustiantes (que le dan un picantito de terror), pero igual recomiendo precaución para las personas con esta fobia.
Los hijos de Anansi, de Neil Gaiman - Cho, 18 años.


De la novela me quedan frases, reflexiones para la humanidad y con la humanidad. También me quedan metáforas de las que te dan ganas de anotar porque decís “¿Cómo hizo para entramar ese significado con esas palabras?”. Y me queda ese mundo desolado en que se alumbraron por más o menos tiempo, esperanzas. Pero, por sobre todo, me quedan esas esperanzas, que yo las describo como atmósferas cálidas dentro de la lectura.
En el libro se presenta un mundo distópico y altamente tecnologizado. Pero, como la distopía lo requiere, las personas tecnologizadas no son mejores o más inteligentes, al contrario, están completamente alienadas, al menos la mayoría, lo que lleva a que las relaciones entre pares sean a un punto robóticas. 
Dentro de este panorama, el acercamiento a las lecturas prohibidas es un viaje al tiempo perdido. Ahora lo anhelado, que lleva a la esperanza. En cada escabullida a las páginas de poesía u otro texto se podía revivir de entre la hostilidad presente, un poco de calidez, que se afirmaba y se plantaba en la convicción de un personaje que no se perdió en la ambición de un sistema autoritario.
Las atmosferas cálidas son los encuentros únicos del protagonista con personajes, y con lo banal de la vida que se transforma en metáfora y razonamiento.

Fahrenheit 451, de Ray Bradbury - Celeste, 18 años


Es una historia que, a simple vista, parece solo destinada para un público de niños. Sin embargo, mientras uno más se va adentrando en el libro, más se va creando una empatía con los personajes. Todo comienza con una niña consentida y caprichosa, que luego de quedar huérfana, ve que su mundo empieza a cambiar y es acogida por su tío. A lo largo de la soledad que siente Mary, la niña, se entretiene recorriendo jardines abandonados que causan un raro efecto.
Al fin y al cabo, lo lindo del libro es sentir cómo el personaje va cambiando y cómo se va amigando con su tío y un niño. Pero lo mejor, es ver los jardines.

El jardín secreto, de Frances Hodgson Burnett - Luciana, 14 años.


Es un libro para llorar y eso. Me lo dieron en la escuela, y me gustó porque refleja la vida de los adolescentes. Algunos amigos se identificaron con algunos personajes, y las situaciones que muestra: bullying, maltrato, agresión sexual. Lo recomendaría a los adolescentes en general porque muestra cómo es su vida y cómo lo pasan. Refleja esa etapa en general.
La lluvia sabe por qué, de María Fernanda Heredia - Lautaro, 13 años.


Trata de la vida de una chica que tenía sobrepeso y se sentía invisible. Lo leí en el colegio, me enganché y lo terminé de leer en mi casa. Me atrapó cómo ella se describía. ¿Viste esos amores que sabés que no va a pasar nada, por cómo te ves? ¿O cuando te preocupa más tu físico que cómo sos vos, y te importa más eso, y por eso creés que la persona no se va a fijar en vos?
Me gusta porque ese libro le puede servir a cualquier persona que se sienta mal o que no se sienta conforme con su cuerpo, y está bueno para que los que lo lean se den cuenta de que el físico no importa, lo que importa es lo de adentro.

Rafaela, de Mariana Furiase - Milher, 13 años.

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