Paula Bombara y Verónica García Ontiveros: “Para pensar Malvinas, para escribir Malvinas, muchos necesitamos de cierta distancia histórica”

Comenzamos la segunda parte de la entrevista charlando acerca de este momento de “malvinización” de nuestra sociedad y, desde luego, con las novelas y los cuentos que están acompañando, con el contexto, la guerra, la pandemia, los proyectos. Una charla imperdible.

Foto: Lili Morales


MM: Una pregunta que se va a repetir en este ciclo. Seguramente los que vengan todos los lunes lo van a recordar. Se dijo hace dos lunes y ahora la repito. ¿Por qué ven ustedes, como autoras de dos libros que toman la efeméride, que hoy, a cuarenta años, Malvinas es mucho más fuerte que hace diez? ¿Qué habrá pasado, para ustedes? ¿Qué hipótesis tienen?

Verónica García Ontiveros: Bueno, distancia histórica, seguro. Pensamos que cuarenta años es mucho, pero en doscientos años de historia no es tanto. Me parece que a medida que se va tomando distancia se va volviendo más nítido. Creo que el número redondo que decía Paula, también hace a una mayor concientización, porque se empieza a replicar en un montón de lugares. 

Paula Bombara: Bueno, ya lo van a tener acá a Federico Lorenz, y ahí traigan anotadas las preguntas, porque es un genio. Federico habla de los procesos de desmalvinización y remalvinización. Eso es muy interesante. Es muy compleja, también, la decisión de contar o no de quienes estuvieron allí –algunos se llaman a sí mismos “ex combatientes”; otros, “combatientes”, porque es un litigio que sigue; otros se dicen “veteranos” … Todo ese proceso interno de ellos y de ellas, de cómo reconocerse, qué lugar asumir en la sociedad, esa apertura a contar más, hace que también vayamos pescando nosotros, como artistas e intelectuales, más elementos con los que crear y reflexionar. Y entonces podemos escribir más. Por otro lado, en 2009 se presentaron en la Convención sobre el Derecho del Mar pruebas concluyentes para extender las aguas continentales, argumentando que las islas son parte de la misma masa territorial que el continente. O sea, si las aguas del océano bajaran y bajaran, se vería que el continente está unido a las islas. Estas pruebas fueron reconocidas como válidas en 2016. Por eso la zona de exclusividad económica pasó de 200 millas a 350 millas. Este hecho también me parece que, simbólicamente, tiene un peso. Aunque no se habla de soberanía, hay un reconocimiento internacional al conceder esa ampliación de aguas continentales. Creo que eso también predispone a los especialistas, historiadores, quienes vivieron de cerca ese momento, a hablar de otro modo. Y me parece que nosotras, como intelectuales y artistas, pescamos algo todo eso. Pienso que viene por ahí. Pero Federico seguro que les explica mucho mejor todo esto, tan complejo. 

MM: Va a ser un lujo cuando venga. Alvar…

Alvar Torales: me parece que hace un momento Paula dijo que el tema de Malvinas era también parte de la dictadura. Si bien en un principio esa canallada política fue eclipsada por la épica, de todas maneras, la gente asociaba Malvinas con la dictadura. De ahí el rechazo a los ex combatientes, también. ¿Se acuerdan de que vendían estampitas vestidos de militares? Y no tenían una gran aceptación. Hoy creo que eso se ha superado. Y está claramente diferenciado. Y la gesta de Malvinas es verdaderamente una gesta, y lo otro es lo otro. Me parece que ya no está contaminado como estaba antes. 

VGO: Claro, ese es un ejemplo de los procesos de desmalvinización. Uno de los capítulos de La lista es puntual, sobre un veterano repartiendo estampitas. Y eso surge de un recuerdo, porque yo ya era más grande, y seguramente ustedes recuerden que era corriente que aparecieran ex combatientes en los trenes. Yo usé una frase que no es mía en realidad, que surgió en el proceso de documentación, en un testimonio de un centro de ex combatientes de San Miguel. Y lo puse en la voz del soldado: “Nuestros ideales fueron los de San Martín, no los de Galtieri”. Me sonó casi literaria la frase. Creo que tiene que ver con lo que dice el señor. Va en esa dirección. Después, depende de los tiempos que pasaron y pasarán. Hasta podrán retroceder algunas cuestiones, creo que es algo que va a seguir yendo y viniendo. 

PB: También al principio había un enojo totalmente entendible y pertinente por parte de los ex combatientes, por el rechazo social, por la falta hasta de respeto. Sentirse tan vulnerados… Eran héroes hasta la semana anterior y de pronto vuelven y son una piltrafa… Ese enojo quizá se volcó hacia un montón de personas, que éramos toda la sociedad, y no tuvo un cauce más ajustado hacia las personas responsables.

AT: También la sociedad era más antimilitarista. Estábamos muy tocados recientemente. Había un rechazo frontal a todo lo militar. 

PB: No tanto. Acordate de que hubo levantamientos hasta 1987 si no me equivoco. Los primeros tiempos de la democracia eran muy frágiles. Había un sector de la sociedad que ya sabíamos todo lo que había hecho la dictadura con nuestros desparecidos, y había un gran sector que no apoyaba la democracia. Si pensamos que el período democrático más largo de la historia nacional es este, nos damos cuenta de que en los primeros años de la democracia había un sector que se preguntaba cuándo se terminaba. Por eso los levantamientos y todo eso. Y creo que ahí estaba todo muy mezclado. Todos los sentimientos sobre Malvinas, sobre la dictadura, la situación económica... Y justamente esa es otra de las grandes canalladas de los genocidas, para mí: luego de la manifestación del 30 de marzo del ‘82, en la cual una multitud se animó a manifestarse en la calle, por las condiciones económicas, la hiperinflación y la falta de trabajo, toman la decisión del conflicto bélico para llenar la Plaza de nuevo, esta vez con gente que vitoreaba y festejaba. 

AT: Me acuerdo de una consigna que se gritaba la segunda vez, unos días después. Alguien tuvo un poquito de claridad: “Ya se van, ya se van. Se fueron los ingleses, que se vaya el alemán”. En alusión al ministro de Economía, Roberto Alemann. Así que no era que se estaba tan embaucado. 

Asistente: La gente fue a apoyar a la Plaza…

AT: Sí, pero fue a apoyar la gesta. 

PB: Ahí fue cuando se aprovecharon. Ahí está la manipulación. 

Liliana Morales: a mí me parece que también es importante ver como un continuo en el tema de cómo fueron tratados los ex combatientes y como después, a partir de una política de Estado, son revalorizados. Y cómo se retrocede otra vez, durante cuatro años, cuando se cae la doble jubilación. Hay que poner en valor todas estas cosas, y creo que también, en estos momentos, en los que veo un reverdecimiento muy poderoso en todo lo que tiene que ver con las manifestaciones artísticas, no solo en la literatura. Porque estamos en un momento de negacionismo muy profundo y un avance de la derecha, y creo que la sociedad también responde a ese ataque. En el que se está cuestionando el número de desaparecidos… Me parece que hoy está puesto sobre el tapete todo el tema de Malvinas, y la dictadura cívico militar porque hay un ataque muy fuerte de la derecha. Y es una sociedad en la que pudo enraizar profundamente el tema de los derechos humanos. Creo que si todo esto está en boca de todos, es por una necesidad de oponernos a ese discurso que está negando la dictadura cívico militar como tal. 

Asistente: hay una obra de teatro, Campo minado, que no sé si fueron a verla…

MM: Está la película, se la puede ver en Cine.ar también. De Lola Arias. También pensaba en lo que decías recién, Lili. Hubo un cambio en el campo popular con esto. Y en un gobierno de carácter parecido. En 2010, por la efeméride del Bicentenario, el movimiento fue enormísimo, y con el mismo gobierno, en 2012, no. Y hoy, sí. Por eso también me preguntaba ¿Qué pasó que en 2012 no nos acordamos de que habían pasado treinta años de la guerra de Malvinas? Esto lo explicará bien Lorenz. Ahora estamos malvinizando. No recuerdo que hace diez años, en todos los partidos de fútbol de la fecha estuvieran los soldados recibiendo la camiseta de los jugadores más importantes. O medallas. Y que toda la hinchada estuviera gritando, y cantando el himno. Y era un gobierno popular. 

PB: También hubo un cambio generacional y hubo una pandemia. 

VGO: Y hay una guerra…

MM: También, sí. Hay muchas guerras. 

VGO: Sí, pero hay una que está mediatizada. Creo que puede ser por eso también. Mi hija está en primer año de la escuela secundaria, y en Historia les preguntaron cuáles eran los hechos de sus vidas, de sus doce años, que creyeran que eran un hecho histórico. Y ella respondió, lo vi en su carpeta: la pandemia y el “inicio de la tercera guerra mundial”. 

MM: Apa…

VGO: Hay, en el inconsciente colectivo, más allá de las edades, un temor a una tercera guerra mundial. También se comunica así. 

MM: Lo hemos renovado, porque lo habíamos perdido.

VGO: Pienso, hipotetizo, que eso también toca una fibra que lleva a la guerra propia. 

MM: Muy bueno. 

AT: Está bien eso de la guerra que señalás… Es un dato importante. Porque es cierto que hubo y hay otras guerras actualmente. Pero esta es la guerra europea. 

MM: Sí. Es la que se nota. 

Asistente: A mí me sigue impresionando, ayer vi otra nota, de un ex combatiente argentino, y del inglés que se encargó de enterrar los cuerpos de los soldados argentinos, y que pensó en su madre, y en el abrazo que le había dado y dijo (la madre de este chico de diecinueve años, él tenía treinta y dos), que seguramente le habría dado el abrazo que su madre le dio a él. Y trató de enterrarlos con lo que tenían puesto para poder identificarlos alguna vez. Y son las dos personas, junto con Cruz Roja…

PB: Y el Equipo Argentino de Antropología Forense…

Asistente: …y el hecho de ver ahora un cementerio con su cruz, con su nombre... Contaba, por ejemplo, que las madres iban y le contaban que el papá había muerto, que era tío. Esas cosas. Por ahí estuvieron veinte años pensando dónde estaba. Justamente, el no sentirlo muerto sino desaparecido. Y saber ahora donde está. 

MM: ¿Dónde viste eso?

Asistente. Lo vi en La Nación. Lo hizo Sirvén el reportaje. Con todas las diferencias que tiene un inglés hablando del tema, demostró respeto, por ejemplo cuando hablando en castellano dijo “Malvinas”, por lo menos. Desde lo humano, fue fantástico poder reconocer a alguien por algo material. Si tenía una cadenita, por ejemplo. Pensando que quizá en el día de mañana podían identificarlos. 

PB: El llamado al EAAF fue desde el gobierno nacional en 2012 y en un primer momento 107 familias de ex combatientes se sumaron al trabajo del equipo dando datos y aportando su sangre. El viaje para trabajar sobre los restos fue en 2017 y se lograron identificar 90 soldados. Hay un documental del EAAF sobre el trabajo en Malvinas. 

Foto: Lili Morales

Asistente: El marido de una prima es ex combatiente y tuvo la oportunidad de ir a Malvinas. Así que en ese viaje llevó una bandera argentina, con el nombre de nuestra familia. Es todo un problema tratar de ingresar una bandera argentina. Ayer decían que en algunas fechas, cuando viajan familiares, dejan que flamee la bandera argentina en el cementerio, en ese sector. Aflojó bastante la tirantez que había entre los habitantes de Malvinas, con respecto al argentino. Por este hecho de poder identificar y poder llevarle una flor a un soldado muerto. 

PB: Lo que pasa es que antes de la guerra, los intercambios entre las personas comunes eran muy fluidos. Había un vuelo semanal… Eso también pídanle a Federico que les cuente. El relato de Laura Ávila, La maestra, también toma eso. Había una relación fluida entre las personas que, una vez iniciado el conflicto bélico, se cortó. 

AT: Había dos maestras que enseñaban, tengo entendido. Y cosas como el correo, la provisión de gas, vuelos semanales a Río Gallegos…

PB: Alimentos, también. Los comercios…

MM: El cuento que dice Paula, que no pudimos incluirlo porque el ciclo se hacía muy largo, está en un libro muy lindo que se llama Donde termina el viento. Tiene un cuento de Laura Ávila, que ella fecha en el ’74, con esta experiencia real, histórica, de maestras que iban desde la Argentina… “qué iban desde la Argentina” … todo un tema, eh… Que iban desde el continente a enseñar castellano a los ingleses, debería decisre. Hay otro cuento, escrito especialmente para la ocasión, “Herido de sombras”, de Martín Blasco. Un cuento levemente fantástico. Hoy salió una nota que habla un poco de todos estos libros sobre los que estamos tratando, así que si entran al blog de Bibliotecas para armar, la ven. ¿Alguien más quiere preguntarles algo a las chicas? Ya han preguntado mucho. 

AT: Yo quería preguntarle a Paula, pero es un poquito por afuera de esto…

MM: Bueno. Si no es muy afuera… (Risas). 

Foto: Lili Morales

AT: Conociendo tu otra profesión, ¿no tenés pensado ningún cuento o novela sobre la pandemia?

PB: No sé. Hay que dejar decantar. Para mí, la pandemia no terminó. Esto va a ir yendo hacia una endemia. Vamos a estar con el coronavirus como con el virus de la gripe. Vacunándonos todos los años, quizá. Por eso la importancia de desarrollar una vacuna argentina, que ya se está probando. Eso, para mí, cuando salga va a estar buenísimo. Es otro tipo de soberanía, la de tener nuestras propias vacunas. Tal vez en un futuro escriba algo, pienso que eso no se busca, se encuentra. 

Sandra Comino: Vos habías hecho los videos. 

PB: Sí, eso me salió como reacción. 

SC: Interesantísimos. A mí, que estaba aterrada, me tranquilizaron muchísimo. 

PB: Hice esos dos videos porque justamente se usaba la metáfora de la guerra, que estábamos en una guerra contra un enemigo invisible. Y yo no estoy de acuerdo con esa mirada. Pensaba y pienso el surgimiento de este virus como el de una nueva especie que busca su lugar en el mundo como cualquier otra especie que surge. No hay posibilidad de hacer una metáfora de guerra cuando del otro lado no hay posibilidades de conversar y que se llegue a la paz. No va. Es un virus que se genera porque hay un desbalance ecológico sumamente importante que hay que contrarrestar. Estamos corriendo las especies animales de sus hábitats, y el precio es este: se generan mutaciones en los virus y algunas (no creo que esta sea la única ni la última), son nocivas para nosotros, que somos una especie más, no somos especiales. Somos una especie más con la capacidad de generar herramientas de adaptación como son las vacunas, que no es nada menor. 

AT: Da para literatura. 

PB: Por supuesto. Pero mi manera de trabajar es ir al encuentro. Veremos. La ciencia apareció en Lo que guarda un caracol, apareció en La cuarta pata… La ciencia aparece. Porque es parte de mi vida. Además, vivo con un científico y nos la pasamos hablando de temas de ciencia. Y ahora estoy estudiando nuevamente otra ciencia. La mirada científica es muy importante en mi vida. Puede salir o no como parte de un proyecto poético porque, justamente, como es una parte de mí, en la literatura a veces aparece y a veces, no. 

MM: Hay una novela ya publicada de una amiga común nuestra, sobre la pandemia, que les recomendamos mucho, que se llama Detrás de la máscara, de Andrea Ferrari. Está publicada en Random. La escribió en plena pandemia y es buenísima. 

PB: Muy linda novela.

Asistente: Cada uno de los capítulos del libro de Verónica, en vez de tener un título tiene dos. Quería preguntarte a qué se debe. 

VGO: En realidad uno es el nombre del elemento de la lista, y el otro es el título literario del cuento. Me interesaba numerar cada objeto, pero no quería perder el efecto estético de un buen título. Y la razón de cada título se encuentra en el desarrollo de cada capítulo. Desde el primer momento lo pensé con las dos cosas, y fue bien recibido por la editorial. Y lo dejamos. 

Asistente: Es interesante porque uno va y viene a ese elemento, y la segunda frase también va reflexionando sobre eso, y teniendo otra mirada… A mí me pasó eso…

VGO: Sí. En un punto es como una guía de ese orden de elementos. No me planteé en ningún momento que no tuviera el título literario. Porque podía decir solamente “manteca de cacao”, u “oro”, o “mantas” o “bufanda” o lo que fuere. Me pareció necesario que también tuviera el título. Es como una parte más racional en un punto y otra más literaria o emotiva en el otro. 

Asistente: Yo lo sentí como más emocional. Entre el objeto de la lista y lo que sintió uno después de ver esa lista. 

VGO: Sí. Habría que hacer el ejercicio de ver los títulos solos, qué pasaría. Porque podría estar la lista como un anexo, de alguna manera. 

Asistente: Me parece que les da más profundidad a los sentimientos. 

VGO: Sí, creo que funciona así. 

PB: Lo práctico también. En el primer cuento hay una familia que tiene unas mujeres muy prácticas. Y eso en realidad esconde una corriente emocional que a mí es lo que más cautivó de la novela. También lo pensé como que nos pasa todo el tiempo. Nos hacemos listas de todo tipo…

MM: Por si no todos lo leyeron, Vero lo dijo al principio además, cómo estructuró a partir de la lista. Les leo un par de ejemplos: Manteca de cacao/ El sol de la bandera, es el primer capítulo. Mantas/ La guerra de las Malvinas, es el segundo y así. Crema Nivea, chocolate, joyas… Antes de que nos vayamos, porque hemos hablado del presente puro y duro. ¿Proyectos? ¿Están en algún proyecto de escritura? 

VGO: Yo estoy con la escritura de una novela que en este momento está en stand by. Tengo la estructura, los personajes, pero le falta el desarrollo… Tengo un poemario, también en proceso. Me gusta escribir poesía, me gusta hacer cosas distintas. Pasar por los géneros, por los formatos, por los lectores… pensar en lectores diferentes. Tengo la novela ahí, pero no estoy escribiendo en este momento. Tiene como dos años de trabajo. Ya la retomaré, en breve. Y muchas otras cosas por corregir. 

MM: Veo que las dos son bastante morosas en el trabajo. 

VGO: ¿Amorosas? (Risas).

MM: También.

VGO: Mayormente yo pienso en un proyecto anual. 

PB: Este año tiene que salir un libro del que no les voy a decir nada. (Risas). Es un proyecto hermoso que todavía está en edición. Lo estoy haciendo con Raquel Cané y Lola Rubio en Fondo de Cultura Económica. Será mi primer libro ahí. Está quedando precioso, estoy chocha… (Risas).

MM: ¿Llegará a la Feria? 

PB: A la Feria Infantil, no sé. A esta Feria, no. Con mucha ilusión me tiene este libro. Vamos a ver qué les pasa a ustedes cuando lo lean. 

VGO: Me acordé de algo. Tengo un poemario, que no está en editado en papel todavía. Está en versión digital. En una editorial muy chiquita de Colombia que se llama Siete gatos. El libro se llama Solito. Y también es un proyecto de largo aliento y cocción después de muchos años, por el momento en digital en una plataforma que se llama Make Make. Y espero que para la FILBO de Colombia esté en papel. No queda bien que lo diga, pero quedó muy bello. 

PB: Esto no le interesa a nadie, pero yo tengo que escribir la tesis. (Risas). 

MM: Ella es bioquímica de primera carrera, y está haciendo una doctoración en un tema literario…

PB: Desde un enfoque lingüístico. La escritura de eso me va a tener bastante cautiva los próximos años. Sobre todo cuando me largue a escribir la tesis. No creo que mi directora me permita ser muy morosa en este punto... (Risas).

MM: Bueno, yo creo que se merecen un buen aplauso. Muchas gracias. 

APLAUSO FINAL

Comentarios

Entradas más populares de este blog

El crimen casi perfecto, de Roberto Arlt, Ilustrado por Decur

La lectura del tiempo

"El libro", un cuento breve de Sylvia Iparraguirre