Experiencia con la palabra poética en el Hospital Piñero


En esta nota, Diana Tarnofky nos cuenta en qué consisten las actividades de promoción de la lectura que se está realizando en  la biblioteca del Hospital Piñero, en el Bajo Flores.



Sana, sana
con mate y cedrón
si no sana ahora
sanará escuchando
el bandoneón
Sana, sana,
con plateado viento
si no sana ahora,
sanará en otro intento!

Sana sana
con baile de cejas
moviendo la cara
se van todas las quejas

Sana, sana,
con caricias de aire
si no sana ahora
sanará más tarde!

Sana, sana
cantando bajito
si no sana ahora
sanará con mimitos

(“Sana sana”. Estos versos nacieron después de la lectura de El libro que canta, de Yolanda Reyes.)
El camino es sinuoso: calles con arboleda, rampas, escaleras, ascensor, puertas, obra en construcción, aulas, terraza. El cielo al alcance de las manos: una vista panorámica de la ciudad de Buenos Aires desde Bajo Flores.
Un sendero de macetas con malvones y otras flores lilas, naranjas, blancas…
Una puerta abierta: Liliana Toloza, la bibliotecaria, nos recibe en la biblioteca del hospital Piñero. Allí entre, el Equipo de Servicio Social y el Programa Bibliotecas para armar, establecimos un tiempo/espacio de encuentros, para pensar y poner en marcha acciones de lectura y narración oral en la sala de internación clínica de personas jóvenes y adultas.

El grupo es heterogéneo: musicoterapeutas, narradoras, trabajadoras sociales, educadoras, una titiritera, una nutricionista, residentes interdisciplinarias en educación para la salud, y la bibliotecaria.
La idea es hacer una exploración de las posibilidades narrativas y poéticas en el ámbito hospitalario, puntualmente en la sala de internación.
 ¡Esta aventura de exploración y socialización de saberes y experiencias, recién comienza!  El siguiente es el entramado de los dispositivos compartidos y de los autores y autoras que enmarcan este recorrido.
 

-PUP (Pequeños universos de posibilidades):  Están pensados para que sea posible la “lluvia poética” en el hospital. Un PUP es todo lo contrario a un paraguas: mientras que éste impide que el agua nos toque, el PUP favorece que nos empapemos de poesía. Las palabras tocan, acarician, envuelven, sostienen, hamacan, fortalecen. En esa pequeña “casa” hecha de tres, cuatro o cinco versos, es posible encontrar refugio. Habitar un instante.
 “...Durante demasiado tiempo se ha contrapuesto lo oral a lo escrito pese a que el libro y la voz son compañeros y que en particular la biblioteca es un marco “natural” para la oralidad: es el lugar de miles de voces ocultas en libros que fueron escritos a partir de la voz interior de un autor. Cuando un lector lee, hace vivir esa voz…” (…) “Alguien debe prestarles su voz para que oigan la que el libro transporta…” (Michel Petit)

-Historias y canciones entrelazadas: Jugamos con el ritmo de la voz:  palabras cantadas y narradas. Queremos entrenar la escucha, salir a buscar repertorios posibles para compartir.
“…el ritmo supone un regreso, una repetición, una especie de circularidad, capaz de oponerse a las tendencias a la diseminación y la dispersión...” (Alberto Konicheckis)
“…la poesía es mucho más que juego con el lenguaje. Es ante todo ritmo, ritmo que sostiene, que protege del vacío, que no permite la sensación de vértigo, porque cuando nos entregamos al ritmo, éste nos acoge lentamente unas veces, de manera rápida o cadenciosa otras, devolviéndonos el ritmo original y binario del corazón: sístole, diástole…” (Beatriz Robledo)

-Paisajes sonoros: Nos acompañan la música como transporte en el viaje de ida (viajes geográficos y temporales) y las palabras en el viaje de regreso. Una misma sonoridad se comparte en un grupo y permite la apertura para experiencias singulares de evocación. Cada “pasajera” encuentra su propio recorrido, hay precisión en el paisaje, es una aventura única, subjetiva y personal. Cada una cuenta su travesía, volvemos a viajar todas, con la palabra de cada una. Los senderos se multiplican. Todas toman la palabra, la escucha se expande, crece.

-Fotos, Pinturas y Objetos: Son propiciadores de relatos, invitan a combinar lenguajes artísticos que facilitan la circulación de la palabra. Se enlazan poemas y cuentos con fotografías  y pinturas.  El objetivo es entrenar la percepción, agudizar la mirada.
“…Oral o escrita, la literatura es un regalo de espacio. Las palabras no dejan de abrir en ella paisajes, pasajes…” (…)  “…como si su esencia fuera mucho más espacial que verbal, como si su base geográfica fundara su sentido. Antes que cualquier otra cosa, es tal vez un espacio lo que se encuentra en algunas palabras leídas, de manera vital, sobre todo para quienes no disponen de ningún lugar, ningún territorio personal, ningún margen de maniobra…” (Georges-Arthur Goldschmit)
 “…para aquellos que por circunstancias de la vida han sido despojados de sus derechos fundamentales, o de sus mínimas condiciones humanas, un libro es quizás la única puerta que puede permitirles atravesar el umbral y saltar al otro lado” (…)  “…apertura de otro espacio, que rompe con la situación en que se encuentra el que lee o escucha un texto y en el que se entra de un salto o de un solo paso, y la reactivación de una actividad psíquica y una palabra, la puesta en movimiento de un tiempo que parecía congelado…” (…) “…ese salto fuera de su realidad ordinaria provocado por un texto, no es tanto una evasión, sino una verdadera apertura hacia un lugar distinto en el que la ensoñación, y por lo tanto el pensamiento, el recuerdo y la imaginación de un futuro, se vuelven posibles…(…) “…lo que se ofrece a quienes  participan de estas experiencias, además de una atención cálida y respetuosa, son bienes culturales que abren de manera radical el tiempo y el espacio y permiten precisamente un desvío…” (…) “…el desvío hace posible un olvido temporal del dolor, del miedo o la humillación. Es casi un conjuro.” (…) “A partir del desvío de un relato o de una metáfora poética, las personas empiezan a convertirse en narradoras de su propia historia. En este caso, la literatura, es una reserva de la cual abrevar para crear o preservar intervalos donde respirar, darle sentido a la vida, soñarla, pensarla…” (Beatriz Robledo)


Los encuentros en la biblioteca permiten la circulación de canciones, poemas, cuentos. Permiten escribir, narrar, leer. También abren la puerta para conversar, re-pensar las prácticas, diseñar nuevos dispositivos.
Situarse  en poesía y narrativa; habilitar esa disponibilidad de escucha hacia adentro y hacia lxs otrxs, integrar a la comunidad hospitalaria en las acciones,  es un universo que se va creando con tiempo, excede  el hecho de compartir recursos, implica una búsqueda profunda  estética y poética,  que cada participante está invitada a recorrer.
Jorge Larrosa lo dice maravillosamente en Pedagogía profana. Estudios sobre lenguaje, subjetividad, educación.
 “La experiencia, la posibilidad de que algo nos pase, o nos acontezca, o nos llegue, requiere de un gesto de interrupción, un gesto que es casi imposible en los tiempos que corren: requiere pararse a pensar, pararse a mirar, pararse a escuchar, pensar más despacio, mirar más despacio y escuchar más despacio, pararse a sentir, sentir más despacio, demorarse en los detalles, suspender la opinión, suspender el juicio, suspender la voluntad, suspender el automatismo de la acción, cultivar la atención y la delicadeza, abrir los ojos y los oídos, charlar sobre lo que nos pasa, aprender la lentitud, escuchar a los demás, cultivar el arte del encuentro, callar mucho, tener paciencia, darse tiempo y espacio.”
Vamos a continuar teniendo estos encuentros en la bella biblioteca del hospital Piñero, que entre libros, descubrimientos, e intercambios, es un lugar de encuentro y aprendizaje permanente.

Diana Tarnofky. Facilitadora del taller.

Comentarios

  1. Mágicos y maravillosos encuentros propiciados x Diana que inauguran un espacio nuevo para seguir aportando a la salud en nuestro hospital

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