Prohibido morir aquí
Nuri
Abramowicz definió que, durante 2019, solamente leería literatura escrita
por mujeres. Lo viene cumpliendo. Hubo cosas que leyó antes que otras. En esta
reseña sobre Prohibido morir aquí, de Elizabeth Taylor, nos
habla de los prejuicios que la llevaban a postergar la lectura, y del
deslumbramiento que sintió cuando finalmente decidió leerla.
Por Nuri Abramowicz
En la monarquía que ejerzo conmigo misma, muchas veces
tirana y otras más participativa, el año 2019 decreté que sería un año en el
que leería solo escritoras mujeres. Con prioridad a escritoras argentinas y
vivas.
Considerando que ya pasé las cuatro décadas y el porcentaje de hombres que leí durante mi vida es abrumadoramente mayor al de mujeres y, habiendo llegado a noviembre con tantos libros entretenidos, inteligentes, conmovedores, originales y diversos leídos, me siento feliz y orgullosa con esta ley de cupo absoluto.
Es cierto que a veces me gustaría entrarle a un tipo, para qué mentir. Uno de mis autores argentinos favoritos publicó una novela nueva y está la Trilogía de Paraná, que tiene un título arrasador… pero tampoco pasa nada si espero unos meses y los agarro en el 2020.
Desconociendo totalmente mis decretos, a principio de año Dalia Ber me recomendó- sin haberlo leído- Prohibido Morir Aquí, de la escritora inglesa ya fallecida Elizabeth Taylor.
Al día siguiente fui a comprármela, ¿cómo no hacerlo? una escritora que tiene la desgracia de llamarse igual que la estrella del cine de oro de Hollywood merece mi lectura. Sin embargo no la leí, le di prioridad a otros libros. Pero no la olvidé; miré de reojo las reseñas que la catapultaban como una de las autoras fundamentales del S.XX. Desconfié del marketing editorial e inmediatamente imaginé a Elizabeth Taylor igual a Lucía Berlín, que también está muerta, escribió un libro hermoso y físicamente es tan parecida a Elizabeth Taylor, la actriz.
Respiré hondo cuando vi en Wikipedia que nunca tuvo mucha prensa y le dieron un premio póstumo que recibió su marido. Tampoco eso me llevó a leer el libro que estaba en mi mesita de luz; lo que hice fue dárselo a mi mamá, quien además de ser una ávida lectora, es para mí un faro de criterio más allá de todo marketing.
Me dijo que le gustó mucho, que no diría que es uno de los 100 mejores libros del S.XX, pero que a la noche se ponía muy contenta de poder leerlo. Y me lo devolvió. Lo puse entonces en la parte de arriba de la mesita, más cerca de mi alcance y seguí con otras lecturas.
Hace unos días, no me acuerdo dónde, leí que Elizabeth Taylor contó que las historias de sus novelas se le ocurrían mientras planchaba y eso sí fue decisivo. Leí PROHIBIDO MORIR AQUÍ en tres días, haciendo las típicas pavadas que hago cuando quiero hacer durar una novela: subrayo con colores y pongo corazoncitos y estrellas al lado de párrafos u oraciones.
A mí sí me parece una de las 100 mejores novelas del SXX. No sé cuáles son las otras 99, jamás se me ocurriría hacer una lista, a menos que me paguen por ello. Por eso, amigues, abandonen un rato esta porquería de Facebook (¿ya vieron The Hack?) y lean, que hay mucha merca de la buena dando vueltas.
Considerando que ya pasé las cuatro décadas y el porcentaje de hombres que leí durante mi vida es abrumadoramente mayor al de mujeres y, habiendo llegado a noviembre con tantos libros entretenidos, inteligentes, conmovedores, originales y diversos leídos, me siento feliz y orgullosa con esta ley de cupo absoluto.
Es cierto que a veces me gustaría entrarle a un tipo, para qué mentir. Uno de mis autores argentinos favoritos publicó una novela nueva y está la Trilogía de Paraná, que tiene un título arrasador… pero tampoco pasa nada si espero unos meses y los agarro en el 2020.
Desconociendo totalmente mis decretos, a principio de año Dalia Ber me recomendó- sin haberlo leído- Prohibido Morir Aquí, de la escritora inglesa ya fallecida Elizabeth Taylor.
Al día siguiente fui a comprármela, ¿cómo no hacerlo? una escritora que tiene la desgracia de llamarse igual que la estrella del cine de oro de Hollywood merece mi lectura. Sin embargo no la leí, le di prioridad a otros libros. Pero no la olvidé; miré de reojo las reseñas que la catapultaban como una de las autoras fundamentales del S.XX. Desconfié del marketing editorial e inmediatamente imaginé a Elizabeth Taylor igual a Lucía Berlín, que también está muerta, escribió un libro hermoso y físicamente es tan parecida a Elizabeth Taylor, la actriz.
Respiré hondo cuando vi en Wikipedia que nunca tuvo mucha prensa y le dieron un premio póstumo que recibió su marido. Tampoco eso me llevó a leer el libro que estaba en mi mesita de luz; lo que hice fue dárselo a mi mamá, quien además de ser una ávida lectora, es para mí un faro de criterio más allá de todo marketing.
Me dijo que le gustó mucho, que no diría que es uno de los 100 mejores libros del S.XX, pero que a la noche se ponía muy contenta de poder leerlo. Y me lo devolvió. Lo puse entonces en la parte de arriba de la mesita, más cerca de mi alcance y seguí con otras lecturas.
Hace unos días, no me acuerdo dónde, leí que Elizabeth Taylor contó que las historias de sus novelas se le ocurrían mientras planchaba y eso sí fue decisivo. Leí PROHIBIDO MORIR AQUÍ en tres días, haciendo las típicas pavadas que hago cuando quiero hacer durar una novela: subrayo con colores y pongo corazoncitos y estrellas al lado de párrafos u oraciones.
A mí sí me parece una de las 100 mejores novelas del SXX. No sé cuáles son las otras 99, jamás se me ocurriría hacer una lista, a menos que me paguen por ello. Por eso, amigues, abandonen un rato esta porquería de Facebook (¿ya vieron The Hack?) y lean, que hay mucha merca de la buena dando vueltas.
Prohibido morir aquí
Elizabeth Taylor
La Bestia Equilátera, 2018.
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